La máquina que hizo soñar: Cómo Disney revolucionó la animación con la cámara multiplano.
Cuando pensamos en los clásicos animados de Disney —Blancanieves, Pinocho o Bambi— solemos recordar la magia, las canciones y los personajes entrañables. Pero detrás de esa magia había también una revolución técnica, que cambió por completo la forma de hacer animación.
Fue en 1937, cuando el ingeniero William Garity que trabajaba en Disney, perfeccionó una técnica que ya existía en la industria del cine de animación desde los años 20 y 30, gracias a la animadora y cineasta alemana Lotte Reiniger y el animador e inventor estadounidense Ub Iwerks.
Lotte Reiniger fue una pionera en la animación con siluetas. Inspirada en el teatro de sombras, Reiniger se hizo un hueco en el mundo de la animación, animando figuras negras recortadas moviéndose sobre fondos iluminados.
Reiniger, que en 1926 tenía en su haber la película “Las aventuras del príncipe Achmed”, considerada la película animada más antigua conservada hoy en día, desarrolló una técnica artesanal muy sofisticada para mover capas de siluetas recortadas en vidrio. Esa técnica desarrollada con muy bajo presupuesto y de forma artesanal revolucionó la animación, permitiendo aportar profundidad a lo que antes solo eran fondos planos.
Por su parte, Ub Iwerks conocido por ser el co-creador de Mickey Mouse junto a Walt Disney en 1928, quien también lo dibujó por primera vez y lo animó prácticamente en solitario en su debut en el corto sonoro de ese mismo año “Steamboat Willie”, fue también el responsable de la primera máquina capaz de lograr animar dibujos sobre varios planos. Un avance que dio un salto técnico y cualitativo a las animaciones como nunca antes se había visto, además de inventar más adelante, los efectos especiales que se combinarían con animación y acción real y que se utilizarían por primera vez en “Mary Poppins” (1964).
Pero, volviendo a 1937 y a William Garity, en ese mismo año se esperaba estrenar en cines una de las apuestas más importantes y ambiciosas de Walt Disney como era “Blancanieves y los siete enanitos”, que suponía el primer largometraje de la compañía. La idea, por supuesto, era la de asombrar al mundo y para ello Garity se puso manos a la obra con el fin de revolucionar la técnica de animación sobre planos.
Garity tomó el invento de Ub Iwerks y lo perfeccionó, colocando varias capas de vidrio o acetato transparentes una sobre otras, donde se ubicaban distintos elementos del escenario a representar como el cielo, el paisaje lejano, montañas, árboles, casas, objetos en movimiento y los personajes. Estas capas de vidrio podían moverse a distintas velocidades y direcciones delante de la cámara, creando una ilusión más realista de profundidad y movimiento tridimensional en cortos de animación 2D. Fue en ese momento cuando nació la Cámara Multiplano, que daría un salto de gigante a nivel técnico en el sector de la animación, revolucionando totalmente la industria.
La Cámara Multiplano se utilizó a modo de testeo en el cortometraje de 1937 “The Old Mill”, de apenas 9 minutos de duración y que terminaría ganando el Óscar de 1938 al mejor cortometraje animado. Tras ello, la técnica mejorada en la Cámara Multiplano sería empleada en el largometraje de ese mismo año “Blancanieves y los siete enanitos”, logrando un salto de gigante al conseguir una sensación de profundidad y realismo nunca vista antes en la animación 2D, siendo pioneros en efectos de iluminación, lluvia, viento y reflejos en el agua que aportaba también a las escenas un gran realismo.
El invento o mejora que aportó William Garity con la Cámara Multiplano, aparte de los ya mencionados aspectos técnicos, conseguiría que se aportase una narración más inmersiva y de calidad cinematográfica a las películas de animación, que acercaría al cine de animación más al estilo del cine convencional, en cuanto a composición, ritmo visual y atmósfera siendo tomado el cine de animación más en serio y demostrado que también era una importante forma de arte, así como viable económicamente.
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