Los cadáveres de la piscina.

En 1982 se estrenaba una de las películas de terror que más han marcado a varias generaciones. Con la producción de Stephen Spielberg, la dirección de Tobe Hooper y guion, entre otros del mismo Spielberg, en POLTERGEIST se cuenta la historia de una familia que se muda a un nuevo vecindario residencial a las afueras. Aquella vida idílica que esperaban tener todos juntos en su nuevo hogar, no tarda mucho en complicarse debido a una serie de fenómenos imposibles.

La película supuso toda una experiencia aterradora no solo para los espectadores que fueron a verla al cine o que la disfrutaron en sus casas, también lo fue para algunos de los integrantes de la misma. Es sabida la leyenda que corre de boca en boca desde los 80, sobre la maldición que supuso el rodaje de la película para muchos de sus integrantes. Un rodaje plagado de problemas, accidentes e incluso alguna muerte que algunos relacionan a esa maldición, pero también de decisiones realmente polémicas.

Una de esas decisiones que más marcaron al reparto y en especial a la actriz JoBeth Williams, que no perdonó jamás a Stephen Spielberg su responsabilidad en todo aquello, fue con la escena de la piscina en el tramo final de la cinta. En ella y en mitad de una fuerte tormenta y el caos formado por culpa de los fenómenos desatados en la casa, Diane Freeling, la madre de la familia, resbala y cae en la piscina en construcción que tienen en el patio trasero. Mientras lucha por sobrevivir y salir del agua, comienzan a salir a flote multitud de cadáveres humanos ante el asombro de Diane. La promotora había construido la casa y el resto del vecindario encima de los terrenos que fueron anteriormente un cementerio, del que para ahorrarse dinero, no movieron los cuerpos.


Una escena de las más aterradoras del cine, en el que se utilizaron cadáveres auténticos para rodarla, sin el conocimiento ni consentimiento previó de la protagonista de esa escena. Los sorprendentes motivos que llevaron a esa decisión fueron económicos. Por lo visto el precio por fabricar réplicas de esos cadáveres eran sumamente elevados, por lo que tiraron de “ingenio” y alquilaron esos cadáveres a una institución médica, pretendiendo con ello lograr unas reacciones mucho más auténticas.


Tras aquello JoBeth Williams estuvo a punto de dejar el rodaje y demandar a los responsables por la traumática experiencia vivida. Por suerte para el futuro de la película, la situación se recondujo aunque con la promesa, que se tuvo que cumplir por el bien de la misma, de bendecir el plató antes de iniciar cada rodaje, pues se temía que el haber tenido a todos aquellos auténticos cadáveres humanos pudieran haber dejado maldito el lugar.

Aunque sorprenda los productores estuvieron tentados de repetir la experiencia en la segunda entrega, pero la rotunda negativa y amenaza de los actores les hicieron desistir. Esos mismos actores fueron los que suplicaron, en este caso a uno de sus compañeros de rodaje de ascendencia nativa americana y con conocimientos como “chamán”, que realizara rituales en los platós para exorcizarlos y trabajar más tranquilos.

Si a ti también te impactó aquella escena, imagina la cara y la sensación con la que JoBeth debió quedarse, al verse rodeada de auténticos cadáveres humanos flotando junto a ella en aquellas aguas embarradas.

Comentarios

  1. buenas, según tengo entendido, el tema de los cadáveres tiraba más por la compra de los esqueletos para destino médico facilitados por empresas de la India, ya que, como tú mencionas, era más barato que fabricarlos. Los esqueletos fueron "maquillados" por el estudio de efectos especiales para que pareciesen cadáveres en descomposición.

    Un saludo y gracias por la info!

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  2. Recuerdo esa escena y no me lo puedo creer. Yo hubiera demandado jajaja. Muy buena información. Saludos.

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