La asombrosa vida de Christopher Lee.

La vida del famoso actor británico que nos dejó en junio de 2015, bien merecería una gran película en formato biopic. Y es que, en vida fue mucho más que un gran actor que interpretó a grandes personajes muy conocidos en la cultura pop. Quédate conmigo y descubre en estas líneas la asombrosa vida de Sir Christopher Lee.


SU FAMILIA E INFANCIA.

Nacido el 27 de mayo de 1922 en Belgravia, un distrito del centro de Londres, su familia es ya de por sí digna de un libro de historia. Su madre fue la condesa Estelle Marie Carandini di Sarzano, miembro de una familia noble que se dice desciende del mismo emperador del Sacro Imperio Romano Carlo Magno. Su madre, con vocación musical, de hecho, su abuela la marquesa de Sarzano Marie Carandini fue una conocida cantante de ópera anglo-australiana que hizo carrera en Australia, transmitió su legado a cinco de sus hijas de ocho hijos en total, que también se dedicaron a la música. Su padre, Geoffrey Trollope Lee, fue Teniente Coronel del ejército británico que participó en la Primera Guerra Mundial y fue miembro del Cuerpo Real de Fusileros del Rey.


Con cuatro años de edad sus padres se separan y Christopher y su hermana mayor quedan al cargo de su madre, que decide mudarse a Suiza donde los escolariza, matriculándolo a él en la academia teatral Miss Fisher de Territet, una pequeña localidad suiza. A los pocos años vuelven a Londres, donde su madre volvería a contraer matrimonio con el banquero inglés Harcourt George St-Croix Rose, tío de Ian Fleming, el que se convertiría en el escritor y novelista creador de James Bond. Con nueve años de edad fue inscrito en una escuela preparatoria para Oxford, siguiendo a partir de entonces su formación académica y teatral, además de practicar diferentes deportes como la esgrima, deportes de raqueta y críquet y perfeccionar idiomas hasta hablarlos a la perfección como el francés, español, italiano y alemán y defenderse muy bien con el sueco, ruso y el griego.

LOS ASESINOS DEL MONJE LOCO.

Siendo un niño, mientras estaba junto a su madre una noche durante una fiesta, le presentaron a Félix Yusúpov y Demetrio Románov, dos miembros de la nobleza rusa y asesinos del famoso y misterioso Rasputín, al que en su dilatada faceta como actor llegaría a interpretar y conocer a la hija de este.


PRESENCIA LA ÚLTIMA EJECUCIÓN DE FRANCIA.

Con diecisiete años tuvo que abandonar sus estudios, debido a que su padrastro se arruinó y no pudo seguir pagándoselos. Fue entonces cuando su madre lo envío de viaje a Francia donde su hermana estaba pasando unas vacaciones en la Riviera francesa, Christopher Lee presenció en París la que a la postre sería la última ejecución por guillotina en suelo francés.

SU PARTICIPACIÓN EN LA GUERRA MUNDIAL.

Tras estallar la Segunda Guerra Mundial, Christopher Lee se matriculó en una academia militar, presentándose voluntario para luchar en el frente junto al ejército finlandés, contra la Unión Soviética. Lee y otros voluntarios permanecieron en Finlandia dos semanas, aunque alejados del campo de batalla y desempeñando tareas de vigilancia de la frontera. El propio Christopher Lee aseguraría que sabía perfectamente disparar, pero que de haber sido destinado al frente su pésima habilidad para esquivar balas le hubieran impedido volver a casa.

En 1941 se alistó en la Home Guard, una organización creada al inicio de la guerra y desplegada tras la derrota francesa contra la Alemania Nazi, para prestar apoyo al ejército. Tras eso y la muerte de su padre, se alistó en la RAF o Real Fuerza Aérea donde fue destinado a Sudáfrica y Rodesia del Sur. Christopher Lee no lograría convertirse en piloto de combate en aquel momento debido a unos problemas en su nervio óptico, por lo que decidió solicitar la admisión en el servicio de inteligencia de la propia RAF. Allí estuvo un tiempo sin demasiado trabajo hasta que viajó a Ismailía (Egipto), previo paso por Suez en 1942, donde desempeñaría labores de inteligencia. Allí participaría en la Campaña en África del Norte, que le llevaría por Libia y Túnez en un avance para preparar la invasión aliada de Sicilia.

En 1943 y al finalizar la campaña siciliana, recibiría su segundo ascenso como oficial de vuelo y tendría que ser hospitalizado al contraer malaria por sexta vez ese año. Al volver de su ingreso ya recuperado, tuvo que hacer frente a un intento de motín en el escuadrón en el que estaba destinado. Lee consiguió apaciguar los ánimos y lograr que todos volvieran a su trabajo, algo que impresionó a su superior y que demostró su carácter, experiencia y saber hacer en momentos difíciles.


En 1944, de nuevo fue ascendido, esta vez a teniente para ocupar un puesto en el Cuartel General de la Fuerza Aérea, donde participó en la planificación y trabajó de enlace en el asalto a una fortaleza militar alemana en los Alpes.

Al finalizar la guerra, Lee fue destinado al Registro Central de Criminales de Guerra, donde persiguió y dio caza a nazis huidos para que fueran juzgados.

En 1946 terminó su servicio en la RAF, con el rango de Teniente y fue años más tarde cuando dejaría caer que, también, habría estado adscrito en las Fuerzas Especiales, presumiblemente llevando a cabo trabajos de espionaje y boicot en instalaciones y servicios enemigos durante la guerra, aunque siempre se ocupó de dejar claro que tenían prohibido hablar de sus misiones tanto en presente, como futuro. De lo que si habló, fue de los horrores que llegó a presenciar en los campos de concentración que llegó a conocer personalmente. Si podemos añadir una curiosidad más a esta hasta faceta de su vida, fue que su propia hermana también llegó a trabajar para los servicios de inteligencia, descifrando códigos secretos.

SU CARRERA COMO ACTOR.

Como reconoció el propio Christopher Lee, lo que le hizo convencerse de que debía dedicarse a la actuación, fue una charla en 1946 con el embajador italiano en Gran Bretaña Nicolò Carandini que, además, era su primo, y que le hizo ver el talento que atesoraba y la tradición que artística que había en su familia.

Christopher Lee aún sigue siendo considerado el actor más taquillero y visto de la historia del cine, con la participación en 250 películas. No en vano, participó en doce películas de la mítica Hammer Productions interpretando a su personaje icónico del Conde Drácula, fue también el Conde Dooku en la trilogía precuela de Star Wars, el mago Saruman en la del Señor de los Anillos, Sherlock Holmes o el villano de James Bond Francisco Scaramanga en la entrega “El hombre de la pistola de oro”, entre otros muchos personajes, muchos de los cuales eran villanos.


Y es que su 1,96 cm de altura (récord en la historia del cine al actor protagonista más alto) y esa voy grave le otorgaban una presencia especial que, unidos a su talento interpretativo le convirtieron en un actor perfecto para esos papeles, además de querido y muy especial.

Precisamente algunos de esos personajes que le hicieron pasar a la historia del cine, tienen anécdotas muy interesantes.
Por ejemplo, su relación familiar con Ian Fleming, que era primo por parte de su padrastro, estuvo a punto de acercarlo al papel protagonista como James Bond. Fleming, que también trabajó para el servicio secreto y que se cuenta tubo de inspiración a un tal Dusan Popov, un espía de origen serbio que llegó a trabajar para ambos bandos como agente doble, creía que su buen amigo y primo Christopher, con el que a buen seguro llegaron a departir historias de la guerra, era ese actor idóneo para el papel de su mítico James Bond. Pero cuando planteó a la productora su nombre, no le tomaron en serio, creyendo que solo lo proponía por su vínculo familiar. Sea como fuere, Lee finalmente terminó participando en una de las primeras películas de James Bond, aunque encarnando al que hasta la fecha es uno de sus mejores villanos según la crítica y publico fan de las historias del agente 007.


En el Señor de los Anillos demostró lo aficionado que era a las novelas de J.R.R. Tolkien, cuando envió un vídeo a su director, el neozelandés Peter Jackson, disfrazado de su personaje favorito y que ansiaba interpretar, Gandalf. Finalmente, Jackson contó con Lee para el papel del villano Saruman, algo que Lee aceptó de buen grado, aunque tuvo muchas discusiones con Jackson por el enfoque del personaje, al que no creía que fuera tan malo. Se daba el caso de que el único de los integrantes del rodaje de las tres películas que conoció a Tolkien, fue el propio Christopher Lee, que lo conoció de forma totalmente inesperada en un Pub inglés. 


En la entrega del “Retorno del Rey” en la escena de la muerte de Saruman, en la que era apuñalado a traición, Peter Jackson decidió aconsejar a Lee que imaginara como sería que lo apuñalaran para darle realismo y le aportó una serie de consejos, a lo que el actor británico le contestó: “¿tienes alguna idea del sonido que hace una persona cuando la apuñalan? Yo sí.” Y continuando con su papel de Saruman, Peter Jackson decidió omitir del metraje final esa escena, aunque luego aparecería en su versión extendida. Aquello no gustó nada al bueno de Christopher Lee que, a modo de protesta, decidió por su parte no acudir a la premier de la segunda entrega de la trilogía.

Otro de sus papeles más recordados fue el Conde Dooku en la trilogía precuela de Star Wars, donde sus conocimientos en esgrima le valieron para esos momentos de acción con espadas láser. Christopher Lee aportó ese carisma especial para interpretar villanos, haciendo del personaje uno de los más interesantes de aquella etapa.


Christopher Lee conoció a muchas personas interesantes en su vida y entabló amistad con muchas de ellas, algunas también en el mundo del cine como su compañero Peter Cushing, actor británico que participó en diferentes largometrajes de la Hammer Productions encarnando al profesor Van Helsing o el Gran Moff Tarkin, de la primera trilogía de Star Wars


También llegó a declararse amigo personal de Jonhny Deep, con el que coincidió en el rodaje de “Charlie y la fábrica de chocolate” y al que le dedicó unas palabras en una entrevista de 2013, al enterarse de que Deep tenía intención de retirarse, algo que lo decepcionó.

ESCRITOR Y CANTANTE DE HEAVY METAL.

Christopher Lee vivió para la actuación, que era lo que más le llenaba, aunque también sacó tiempo para escribir libros y lanzarse para publicar un disco de ¡Heavy Metal!, estilo musical que el propio Lee aseguró saber que lo llevaba en la sangre, pero no lo supo hasta los 80 años.



Posiblemente, si hubiera una persona en la que pudieras reencarnarte para vivir su vida, Christopher Lee sería esa persona. Pocas pueden haber asegurado que descienden de una familia con tanta historia o que hayan podido tener un papel relevante en un conflicto mundial, afrontando peligros y guardando secretos por la seguridad de su nación y que, además, participó en más de 200 películas de Hollywood, escribió libros y publicó un álbum musical como vocalista practicante en la etapa final de su carrera. Si a todo ello le sumas la cantidad de idiomas que hablaba y que le permitieron seguir viviendo una vida rica y plena y que tuvo éxito en el amor, casándose en 1961 con la modelo danesa Birgit Kroencke, pasando cincuenta y cuatro años juntos hasta la muerte de Lee en 2015, y una hija en común, pocas vidas podrían llegar a ser tan interesantes y emocionantes como la de Sir Christopher Lee.


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