La historia de las psicofonías.

El mundo de las psicofonías comenzó como muchos otros, a través de una casualidad, sin buscarlo, encontrándose con el misterio de forma accidental. Es de esta forma como un antropólogo estadounidense en 1901 se cruzó con algo imposible en una grabación de cilindro de cerámica mientras documentaba en audio un estudio antropológico. Aunque no sería hasta 1959, cuando un documentalista y cineasta sueco se toparía con otra casualidad, que lo llevaría a ser considerado el padre de las psicofonías, tal y como las conocemos hoy en día.


En la Siberia de 1901, el antropólogo estadounidense Waldemar Bogras se encuentraba inverso en el estudio del pueblo paleosiberiano, conocido como Chukchi, indígenas siberianos que habitan una zona muy extensa de Siberia y que hoy sabemos, a través de una investigación de 2018, que son los parientes más cercanos de los indígenas americanos. 




En su estudio, Bogras realizó varias grabaciones con el antiguo método de registro en cilindros de cerámica, de cánticos tradicionales propios de su cultura, pero en uno de ellos, mientras esa antigua grabadora funcionaba protegida del exterior y sin ningún tipo de sonido alrededor, un extraño cántico quedó registrado. Un cántico identificado poco después por Bogras como el de un chamán chukchi realizando algún tipo de ritual. También pudo identificar el sonido del aullido de un lobo.

Esa grabación sorprendió a Bogras, al que no le interesaban estos temas, aunque con el tiempo para los estudiosos del fenómeno, esta sería considerada la primera psicofonía de la historia.

A principios del siglo XX, el interés por este tipo de grabaciones fue en aumento, hasta el punto de que se construyeron, diseñaron y plantearon máquinas, telégrafos o grabadoras que pudieran captar esas voces y sonidos. Algunos de esos inventos, la gran mayoría, no tuvieron éxito o no se llegaron a construir nunca, aunque se siguió investigando y experimentando.

En los años 20, concretamente entre 1923 y 1925, un psiquiatra y político italiano llamado Ferdinando Cazzamalli, muy interesado por los fenómenos paranormales, registró junto a su equipo una serie voces en un receptor de radio protegido por una caja de Faraday, mientras experimentaba con fenómenos telepáticos.



Cazzamalli que en 1937 sería uno de los cuatro miembros fundadores de la Sociedad Italiana de Metafísica, llegaría a la conclusión con aquel experimento que los fenómenos paranormales existían. 

Unos años más tarde, en 1952, los sacerdotes italianos Gemelli y Ernetti, este último aseguraría 20 años después haber construido un invento revolucionario capaz de fotografiar el pasado, registraron unas voces extrañas en una cinta magnética, mientras grababan en el Laboratorio de Física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán. Esas voces eran lo que parecían cánticos gregorianos.

En 1956, él parapsicológico Raymond Bayless junto al psíquico Attila von Slazay, registraron en mitad de una sesión médium voces en una cinta magnetofónica.

Y es en 1959 cuando llegamos a un momento clave en la historia de las psicofonías. Friedrich Jürgenson, un productor de cine, documentalista, pintor y músico sueco que es considerado, también, el pionero y padre de la investigación de las EVP o Fenómenos de Voces Electrónicas, registró con su magnetófono una voz muy cercana para él.


Mientras se encontraba registrando el canto de las aves para un documental en una campiña cercana a su casa en Estocolmo, una voz familiar se coló en su grabación. Tras revisarla en varias ocasiones para identificar que era eso que se había colado entre el canto de los pájaros, Jürgenson pudo descifrar el mensaje y de quién provenía. “Friedel, mi pequeño Friedel, ¿puedes oírme?”, fueron esas palabras que Jürgenson relacionó rápidamente con su difunta madre, puesto que ella era la única que le llamaba de esa manera.

A partir de ahí, Friedrich Jürgenson inició una carrera centrada en la investigación repleta de decepciones, pero también de éxitos remarcables, además de relacionar directamente esas psicofonías con mensajes de difuntos.

En 1985 llegaría otro momento remarcable en esta curiosa historia de las psicofonías a nivel internacional. Klaus Schreiber, un alemán experto en psicofonías y autoproclamado psíquico, registró una grabación en la que una voz le invitaba a seguir su investigación a través de la televisión. Fue en ese instante cuando nació el estudio de la psicoimagen.


Montando su centro de trabajo en su sótano, allí se rodeo de aparatos de televisión, a través de los cuales comenzó a cosechar grandes resultados registrando voces e imágenes de personas, en muchas ocasiones, familiares difuntos que contactaron con él.

En España han habido varios referentes del estudio de las psicofonías como Germán de Argumosa, que tiene en su haber una de las psicofonías más inquietantes como es la conocida como “La psicofonía del infierno”.

Hasta aquí este breve repaso por el amplio mundo de las psicofonías. ¿Fraude, interferencias, imaginaciones, voces del más allá, mensajes de otra dimensión? Sea lo que sea, seguro que no te dejan indiferente.


Comentarios