El paso del Diablo por Barcelona.
Tanto la Catedral de la Santa Creu i Santa Eulàlia, construida entre el 1298 y 1420, la Basílica de Santa María del Mar, edificada entre el 1329 y 1389, y la Basílica de Santa María del Pi, llevada a cabo entre 1319 y 1453, guardan algo en común entre ellas más allá de ser tres de los lugares de culto de estilo gótico más interesantes a nivel cultural e histórico de la ciudad. Y es que en las tres existe la relación directa del diablo en su construcción, según antiguas leyendas locales.
CATEDRAL DE LA SANTA CREU I SANTA EULÀLIA.
Cuenta una leyenda que se extiende desde la época medieval, que en su construcción uno de los portales interiores en el lateral de la futura catedral, estaba destinado a ser un portal de entrada directa al infierno.
En su construcción, tanto trabajadores como ciudadanos de los alrededores aseguraron presenciar como sombras extrañas y figuras demoníacas, hacían aparición en ese portal y alrededores durante las noches, causando el pánico. Los ruidos, golpes, gritos y lamentos extraños que parecían provenir del mismo portal agudizaban el miedo de los barceloneses.
Para intentar acallar todos aquellos rumores, la Iglesia, sabedora o no de que realmente fuera aquello una entrada al mismísimo infierno, se dispuso a realizar una misa y exorcismo con el que sellar esa puerta. Para evitar que el portal pudiera volverse a abrir jamás, se decidió colocar encima mismo una Cruz de Sant Jordi, a modo de amuleto protector que protegería aquel portal y la Catedral para el resto de los tiempos.
BASÍLICA DE SANTA MARIA DEL MAR.
Esta leyenda, también medieval, cuenta que durante su construcción un hombre misterioso se ofreció a ayudar en su construcción a los mismos trabajadores. Estos, sin interés alguno por su procedencia, aceptaron el ofrecimiento. El hombre rápidamente comenzó a destacar por su extremada fuerza, capaz de levantar piedras realmente pesadas él solo, así como trabajar de forma incansable durante jornadas enteras.
Algunos trabajadores extrañados por ese comportamiento y habilidades sobrehumanas, comenzaron a sospechar del misterioso hombre, aunque fue un trabajador el que, tras enterarse difundió un secreto aterrador. Ese hombre no era otro que el Diablo mismo, con el que uno de los arquitectos llegó a un pacto a cambio de su alma, si le ayudaba en la construcción rápida de la Basílica.
El Diablo al ser descubierto, dejó una marca de su presencia en una de las paredes exteriores de la Basílica.
BASÍLICA DE SANTA MARIA DEL PI.
Esta basílica inició su construcción en pleno siglo XIV y su maestro de obras, tenía la ambición de que la torre de la basílica fuera la más alta de la ciudad. Para ello, la leyenda descubriría como este hombre lo consiguió.
Sabedor de la hazaña que tenía entre sus manos, este maestro de obras decidió vender su alma al Diablo, a cambio de que le ayudara a conseguir su objetivo. Este llegó al acuerdo de que cuando llegara a la construcción del peldaño 100, el Diablo volvería para cobrarse lo pactado.
El Diablo se puso manos a la obra y cuando lo consiguió, volvió para reclamar lo que era suyo. Justo el día en que los operarios llegaron al escalón número 99 de la torre, el maestro de obras ordenó seguir los trabajos de construcción por otro lado, ralentizando la obra y evitando afrontar lo pactado. El maestro de obras logró engañar al mismísimo Diablo y librarse de la condenación eterna de su alma, al llegar hasta viejo y morir de forma natural. La construcción de la torre la prosiguió otro maestro de obras años después, sufriendo las consecuencias de la ira que provocó en el propio Diablo. Tras terminar la obra definitivamente, cuentsn que el Diablo enfurecido golpeó con fuerza uno de los peldaños de la torre, el número 100, dejándolo roto desde entonces.
Otra versión de la leyenda cuenta que cuando se terminó la torre, el Diablo dejó su huella en el peldaño número 100, pues existía la creencia que aseguraba que ninguna de esas torres podría construirse por encima de ese peldaño, a no ser que se pactara con él. Cuando la Iglesia supo de esto, puso el grito en el cielo y mandó destrozar ese peldaño, para acabar con aquella marca que simbolizaba la presencia del maligno en lugar sagrado.
El incumplimiento de ese pacto no alejó la sombra del Diablo del lugar, puesto que aún hoy se cree que ronda la basílica como recordatorio para todos los barceloneses de quién fue el auténtico responsable de la construcción de dicha basílica.
Como ves, Barcelona está repleta de secretos, leyendas y curiosidades relacionadas con su historia, algunas tan sorprendentes como las de estas extraordinarias obras de arte de la arquitectura barcelonesa y catalana.
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