Los Fantasmas del Royal Drury Lane.

El Royal Drury Lane es el teatro más antiguo de toda Inglaterra, además de ser uno de los más conocidos y populares entre los británicos. Toda una joya cultural con historia y, como no podía ser de otra forma, misterio que rebosa por todas sus paredes.


El Royal Drury Lane fue construido nada más y nada menos que en 1663. 

En el 1672 un incendio lo destruyó  y poco después se volvió a levantar. En 1809 de nuevo un incendio volvió a casi reducirlo a cenizas, pero de nuevo en 1812 consiguieron reconstruirlo ampliando su aforo hasta unas 2000 butacas más. Aunque no fue hasta aproximadamente 1880 cuando su popularidad se disparó, con espectáculos que lograron ser recordados y admirados en la historia cultural y teatral británica.


Pero si de algo también es muy conocido el Royal Drury Lane es por algunos de sus célebres fantasmas. Residentes permanentes del teatro, que parecen haber quedado ligados a un lugar con mucho más que historia.

Uno de estos fantasmas es un personaje admirado y conocido internacionalmente. Joseph Grimaldi, considerado el primer payaso triste, tuvo una vida de éxitos hasta que unos problemas físicos, depresiones y su alcoholismo le fueron apartando de los escenarios hasta terminar muriendo solo, abandonado y casi olvidado. Se dice por parte de diversos trabajadores y actores, que Grimaldi sigue aún presente en el Royal Drury Lane. De hecho algunos de los habituales trabajadores del lugar aseguran haber visto manifestarse por los pasillos del teatro, lo que describen como una cabeza sin cuerpo levitar frente a ellos. Curiosamente Joseph Grimaldi quiso que al ser enterrado, su cabeza fuera separada de su cuerpo. Al fantasma de Grimaldi se le tiene también como una especie de protector o acompañante de los jóvenes actores que allí empiezan, ya que su fantasma ha sido visto en el palco del teatro mientras estos actores ensayan en el escenario del Royal Drury Lane, como si siempre quisiera estar presente en los primeros pasos de estos actores y actrices, en aquel escenario que le ayudó a ser famoso.


El segundo y tal vez el más conocido y que se relaciona intensamente con el teatro, es el fantasma del llamado El Hombre Gris. Este fantasma de un hombre joven, vestido con un traje gris y un sombrero de tres puntas, a diferencia de lo que muchos podrían creer no se manifiesta de noche y si de día, concretamente entre las 10:00 de la mañana hasta las 16:00 de la tarde, apareciendo habitualmente en el círculo superior del teatro. Hubo un momento en el que el fantasma pudo ser visto por más personas dentro del Royal Drury Lane. Fue durante la representación en 1939 de la obra teatral “The Dancing Years”, donde una gran parte del reparto se reunió para una fotografía, cuando El Hombre de Gris se manifestó cruzando por aquel círculo superior hasta desaparecer por la pared opuesta. Trabajadores y espectadores también fueron testigos de la materialización ante sus ojos de un auténtico fantasma. Su figura fantasmal ha sido vista también sentada en la misma cuarta fila del teatro, como si presenciara algunas de las obras que allí se representan. En 1970 se descubrió una puerta que daba a una habitación desconocida hasta la fecha, dentro de la misma se encontraron los restos humanos de un esqueleto envuelto en una tela gris. Curiosamente esos restos tenían clavado a la altura del tórax un puñal. Presuntamente pudo haber sido un antiguo amante de una de las actrices que, tras un ataque de celos o despechada por algún motivo, acabó con aquel misterioso hombre y lo ocultó allí. Aún y con su descubrimiento hoy en día continúa siendo un completo misterio su identidad, aunque sí que se relaciona con el fantasma del Hombre Gris.

Por último el tercero de los fantasmas del Royal Drury Lane, se cree firmemente que es de otro artista que actuó tantas veces allí, el de George Galvin o como era más conocido Dan Leno. Dan Leno fue un comediante muy conocido que actuó desde 1886 hasta el 1904, cuando el cómico falleció a los 43 años, dicen que totalmente enloquecido. En 1981 durante la representación de una obra, su director se encontraba entre bastidores cuando este fue empujado bruscamente, tan fuerte que el director se dio la vuelta para recriminar tal situación, sin encontrar a nadie allí. La siguiente noche y en el mismo lugar, una de las actrices de dicha obra esperaba entre bastidores cuando de la nada algo o alguien la golpeó, haciendo volar del mismo golpe su peluca, de nuevo tras ella no había nada. Se dice que en muchas ocasiones la cuando se pasa por el que fue tantas veces su camerino, desde dentro se escuchan sus pasos como si estuviera ensayando su recordado número de baile, sin haber nadie allí metido.


Y hasta aquí los tres fantasmas que perviven entre las paredes del Royal Drury Lane. Tres fantasmas que atraen la curiosidad de propios y extraños que visitan este histórico teatro.

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