LaLiga y el Fair Play: cómo Javier Tebas impuso el control económico a los clubes españoles.
Desde la llegada a la presidencia de LaLiga de Javier Tebas en 2013, muchos equipos del fútbol español de primera y segunda división viven con incertidumbres económicas y controles férreos de sus cuentas.
El famoso Fair Play financiero no es algo exclusivo del fútbol español, ya que desde la temporada 2011-2012 la UEFA ya puso en marcha su Financial Fair Play, impulsado por su entonces presidente Michel Platini con un lema claro: “no gastar más de lo que ingresas”. Y con esa premisa y las exigencias políticas y de la propia UEFA debido a las urgencias que vivía el fútbol español, LaLiga tuvo que poner en práctica su particular versión extrema.
EL CAOS FINANCIERO DE LOS 90 Y 2000.
En las décadas de los 90 y 2000, la mayoría de clubes españoles estaban profundamente endeudados, tanto que se acumulaban los problemas de atrasos en los pagos a la Hacienda pública e impagos a futbolistas, que hacían que el riesgo de una cascada de quiebras fuera muy real. Equipos como:
- Atlético de Madrid. A finales de los 90 su dueño y máximo propietario Jesús Gil y Gil, dejó deudas enormes y un tremendo caos societario. Todo ello, unido a los malos resultados deportivos, llevó al equipo a su descenso en la temporada 99-00 con una deuda superior a los 90 millones de euros.
- Deportivo de La Coruña. Tras una época fantástica, el equipo acumuló deudas millonarias debido a fichajes desorbitados. En 2010, sus deudas superaban los 160 millones de euros y el equipo estaba técnicamente en quiebra.
- Real Zaragoza. A principios de los 2000 el Zaragoza fichó por encima de sus posibilidades a futbolistas de la talla de Aimar, Ayala, Oliveira… Llegó a tener una deuda superior a los 120 millones, con riesgo real de quiebra.
- Valencia CF. A mediados de los 2000 una combinación financiera muy arriesgada hizo peligrar seriamente al club. La obra faraónica de la construcción de su nuevo estadio y fichajes de lujo pagados a golpe de talonario, elevaron la deuda del Valencia a unos inasumibles 500 millones de euros. Se tuvo que refinanciar con bancos y la Generalitat de Valencia para intentar sobrevivir.
- Real Betis. Como máximo mandatario del Real Betis, Manuel Ruíz de Lopera acumuló deudas altísimas debido a gastos millonarios en traspasos y fichas de jugadores. En 2010 el Real Betis entró en concurso de acreedores.
- Málaga CF. Cuando el jeque Al-Thani llegó como propietario del club, sus promesas llevaron a gastos sin control y deudas brutales que terminaron en impagos a jugadores y un castigo, traducido en un descenso administrativo de la UEFA.
- Real Mallorca. Impagos y deudas varias en los 2000 le hicieron rozar la quiebra.
- Racing de Santander. A finales de los 2000 las deudas de más de 40 millones de euros, le llevaron a entrar en concurso de acreedores.
- Recreativo de Huelva. Entre el 2000 y el 2010 el decano del fútbol español se vio inmerso en deudas con Hacienda y la Seguridad Social, que nunca se terminaban de resolver y que casi hicieron desaparecer al equipo.
- Rayo Vallecano. A finales de los 90 y principios de los 2000, las deudas económicas le llevaron a entrar en concurso de acreedores.
- FC Barcelona. A principios de los 2000, la deuda del Barça era cercana a los 150 millones de euros, que en boca de Laporta y Rosell, amenazaba al club con el riesgo de “quiebra técnica”.
- Real Madrid. En 2001 las deudas ahogaban al equipo de la capital, que llegó a un muy polémico acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid para la compra de su Ciudad Deportiva por valor de más de 400 millones de euros, que le permitieron sanearse y respirar.
Entre otros como también Sevilla, Celta o Compostela que entre mediados de los 90 y principios de los 2000, se vieron con problemas de impagos a Hacienda, descensos administrativos y dramáticas quiebras. A finales de los 2000 el modelo de “gastar lo que no tienes”, dejó de ser viable y ya no daba más de sí en el fútbol español.
OBLIGACIÓN LEGAL Y POLÍTICA.
La presión conjunta del Gobierno de España y la UEFA, así como la implementación del Financial Fair Play de la UEFA, obligó a LaLiga a tomar medidas drásticas.
En 2013 las deudas que mantenían varios clubes españoles con la Hacienda Pública y la Seguridad Social eran insostenibles, llevando a Bruselas a la amenaza de sanciones graves.
ACEPTACIÓN E IMPLANTACIÓN DEL FAIR PLAY DE LALIGA DE JAVIER TEBAS.
Con la mayoría de clubes del fútbol español contra las cuerdas, con serias posibilidades de sanciones como prohibición de disputar competiciones europeas, quiebras, descensos administrativos o desapariciones, estos aceptaron a regañadientes porque la alternativa era realmente peor.
El sistema que propuso Javier Tebas y con el que logró convencer a los clubes de LaLiga prometía:
- Un control centralizado y rígido a nivel financiero de los clubes. Estos aceptaban que LaLiga se encargara de centralizar los derechos de televisión, garantizando un reparto más equitativo entre todos los clubes, pese a la oposición lógica de Barça y Madrid.
- Les aseguraba cobrar a tiempo para hacer frente a sus pagos, reducir deudas y planificarse mejor.
- Estabilidad e ingresos para equipos pequeños y medianos.
Pero este control férreo que vendría a salvar económicamente al fútbol español, llegaba también a cambio de varias condiciones:
- El cumplimiento de todas reglas financieras impuestas por LaLiga a los clubes.
- “No se puede gastar más de lo que se ingresa”.
- LaLiga es la encargada de validar presupuestos y fichajes.
- Y, tal vez, la cuarta condición más interesada para que los clubes terminaran aceptando: un pacto fáustico. Tebas les quita a los presidentes de los clubes el control sobre gastos ante jugadores, agentes y aficiones y les da la excusa perfecta: “No podemos fichar porque LaLiga no nos deja”. En resumidas cuentas: Tebas es malo, clubes o directivas no lo son.
EFECTOS COLATERALES DEL FAIR PLAY DE LALIGA DE JAVIER TEBAS.
Debido al rígido y agresivo Fair Play financiero ideado por Javier Tebas, los clubes se están viendo en estos años obligados a asumir decisiones tales como la venta de jugadores importantes, patrimonio u otros activos para poder reforzar sus equipos con fichajes, inscribirlos e, incluso, seguir cuadrando números que exige la normativa, a fin de poder seguir compitiendo y luchando por objetivos.
Todo esto, sobre todo para los clubes más punteros del fútbol español, supone reducir en principio sus opciones deportivas frente a clubes de la Premier League, clubes estado o equipos de ligas emergentes como la Saudí, donde las normas y condiciones fiscales son más laxas y el gasto más elevado tanto en traspasos como en contratos de jugadores. Suponiendo también una perdida notable para la propia liga.
CONCLUSIONES SOBRE EL FAIR PLAY.
Este “austericismo controlado” de Javier Tebas, según reflejan los números, era inevitable para lograr sobrevivir a la presión política, así como la ejercida por la UEFA y garantizar los ingresos televisivos para todos.
Antes de la llegada de Javier Tebas a la presidencia de LaLiga, había del orden de cuatro o cinco clubes en concurso de acreedores cada año, a partir de entonces, salvo en contadas ocasiones ya no volvió a suceder. También líquido todas deudas con Hacienda y pese a que se ha incrementado la deuda total de los clubes por diversos factores, está controlada
También proporcionó un “chivo expiatorio” a los todos los clubes con el que justificar sus limitaciones económicas que afectan a lo deportivo, otorgando el papel de “poli malo” a un Javier Tebas que lo asume con total naturalidad.
En resumidas cuentas, a finales de los 2000 la mayoría de los equipos españoles estaban metidos en un lío económico que amenazaba con quebrar todo el fútbol español. Esos mismos clubes, por necesidad fueron quienes otorgaron el poder a Javier Tebas y, por lo tanto, sabían lo que hacían.
El límite salarial, la norma 1-1… son pesadillas recurrentes para muchos clubes cada verano y, tras más de una década instauradas, siendo las más restrictivas de toda Europa, incluso más que las de la misma UEFA, puede que vaya siendo hora de revisarlas. La crisis de la COVID19 agravó la situación de todos los equipos a lo largo y ancho de Europa, pero hay que reconocer que la situación de la mayoría es mejor que la de antes de 2013 y, puede que haya que “abrir algo el grifo”, si no queremos que el Fair Play repercuta de forma negativa deportivamente a futuro, tal y como funciona el fútbol.
Aún más necesario y justo sería esa revisión para clubes tradicionalmente polideportivos como por ejemplo el FC Barcelona, que lo forman 6 secciones profesionales (Fútbol masculino, Fútbol femenino, Baloncesto, Balonmano, Hockey sobre patines y Fútbol sala), más 8 secciones amateurs no profesionales (Atletismo, Patinaje artístico sobre hielo, Hockey sobre hielo, Hockey hierba, Voleibol, Rugby, Baloncesto en silla de ruedas y Fútbol playa). El Fair Play de Javier Tebas condiciona intencionadamente también la inversión en esas disciplinas, aunque no tengan nada que ver con el fútbol, obligando en algunos casos a recortes drásticos y sangrantes, así como en algunos clubes ha sucedido y sigue sucediendo, con la desaparición de alguna disciplina por el estricto control que tiene Javier Tebas.
Pese a todo, paradójicamente todas estas medidas podrían verse mejor en perspectiva si reflejamos sus consecuencias en la situación deportiva de la Selección Española en los últimos años. Y es que las dificultades que entraña el Fair Play para poder invertir en fichajes, lleva a los clubes a potenciar sus apuestas por jugadores del filial o cantera que, a su vez, nutren a las diferentes categorías de la selección hasta la absoluta otorgándoles minutos, experiencia y potenciando su formación y cualidades en la élite que benefician con logros y títulos a la selección.
Con esta entrada no pretendo ni blanquear, ni elogiar la figura de Javier Tebas, tampoco reír las bondades de su “milagro salvador” para el fútbol español. Considero que las necesidades y urgencias estaban ahí y que, los clubes no tuvieron más remedio que aceptar, puesto que la caída del fútbol español suponía también arrastrar a mucho más, más allá del propio fútbol.
El Fair Play salvó a LaLiga de la ruina, pero el reto ahora es que no la convierta en una liga saneada… pero de segunda fila.
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