Entre sueños y pesadillas: mi viaje por The Sandman en Netflix.
El polifacético autor británico Neil Gaiman, logró notoriedad con su obra más conocida e icónica como es The Sandman (1989-1996). Su capacidad para mezclar mitología, historia, terror y filosofía, además de esa facilidad innata para mezclar lo cotidiano con lo extraordinario, trabajar con la fantasía y hacer sentir lo real algo extraño, lo convierten en uno de los escritores y guionistas más influyentes del género fantástico que hay. Por eso no es extraño ver como algunas de sus creaciones han llamado la atención de grandes estudios, dispuestos a adaptar sus obras al cine o televisión. Precisamente, THE SANDMAN es una de esas obras que Netflix estrenó en 2022 y que en 2025, puso final a la increíble historia del rey de los sueños.
Cuando Morfeo, el Rey de los Sueños, escapa tras más de un siglo de cautiverio, debe recorrer mundos y líneas temporales para recuperar lo que le fue robado y restaurar su reino.
Basada en la aclamada saga de cómics de Neil Gaiman, la serie combina fantasía oscura, terror, mitología y drama para explorar el poder de las historias… y lo que ocurre cuando los sueños y las pesadillas se desatan en el mundo real.
La serie adapta de forma bastante cuidada, aunque con siempre cambios comprensibles e incluso perdonables, los arcos Preludios y nocturnos y La casa de muñecas del cómic, algo que solo se entiende con la vinculación de Gaiman en el proceso de creación de la serie que, por otra parte, es bastante habitual en él siempre que se adaptan algunas de sus obras.
Pocas veces he quedado tan absorto con una serie como con THE SANDMAN y, a la vez, con una sensación tan relajada tras el final de cada capítulo o temporada. Y es que lo que transmite esta serie debería hacerte atragantarte con tantas preguntas y dilemas existenciales del tipo:
- El poder y fragilidad de las historias.
- La responsabilidad de lo que creamos.
- El cambio como parte inevitable de la existencia.
- La delgada línea entre sueño y realidad.
- Exploración de la mortalidad y el tiempo.
- Una galería de lo humano… y lo inhumano.
Que son algunos de los conceptos que los creadores de la serie han querido transmitir al espectador, y son solo unos cuantos de los que el cómic se atreve de forma brillante.
En definitiva, y según los responsables de la serie, quieren que terminemos con dos preguntas cuasi existenciales que nos hagamos: ¿Qué sueños me definen?, y ¿qué pasaría si mis pesadillas se hicieran reales?
Debo reconocer que lo que se pretende con lo de preguntarnos y plantearnos dilemas, no siempre se consigue, no al menos de forma consciente en el momento, ya que la serie no deja de ser un entretenimiento, uno que te consigue mantener muy atento a todo y que logra explicarse y hacerse entender muy fácilmente y, en ocasiones, de forma muy tierna.
Hay capítulos en los que conceptos como la vida y la muerte se tratan de una manera tan bella y natural, que te hacen sentir muy bien. En otros, las historias de amor o la realidad y sus consecuencias se muestran tan duras que más allá de mostrar rechazo o indignación, consiguen empatizar con el protagonista sintiendo su pena y dolor.
En lo que corresponde a las actuaciones, me atrevería a decir que todos y todas dan lo mejor de sí mismos para cada papel. Lógicamente no todos los papeles tienen el mismo rol en la trama, pero si algo consigue ese guion y las interpretaciones es tocar cierta fibra sensible en el espectador.
Tras terminarla, puedo valorar a THE SANDMAN como una serie emotiva, poética, hipnotizante, empática, profunda, visualmente fantástica y un drama filosófico.
Puede que esperes algo con más ritmo… creo que tiene el ritmo idóneo. Puede que si has leído el cómic haya adaptaciones o momentos que no te cuadren o convenzan… ahí la impresión de cada uno y sus expectativas es la que es y no se pueden cambiar. Pero realmente creo que salvo alguna cosa que pudiera chirriar, como la adaptación de John Constantine como Johana Constantine, que al principio choca, pero que a lo largo de la historia en lo personal considero acertada.
En general es una serie muy recomendable, que me dejó una sensación de haber vivido una fantasía completísima, con personajes tremendos y secundarios tan importantes para el transcurrir de la trama, como el propio protagonista.
Una de esas series deliciosamente perfectas para ir devorando en la tranquilidad de tu sofá, con todos los sentidos puestos y abiertos para disfrutarla.
Lamentablemente, la preocupante polémica alrededor de la figura de Neil Gaiman, que vio la luz durante el rodaje de la segunda temporada, ha dado al traste con cualquier continuidad tanto de la historia, que ya se le da un final, como de cualquiera relacionada con su universo u otras adaptaciones de sus obras. De hecho, ni tan siquiera hubo anuncio o promoción de la segunda temporada.
En ocasiones, es difícil separar actos claramente condenables de la vida privada de, en este caso el autor, con una obra fundacional o la adaptación de la misma tan importante como esta, y decidir dejar de leerla o verla y condenarla al ostracismo como castigo al mismo. Cada cual que decida de qué manera se siente mejor actuando.
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