La Silla Maldita: La Leyenda Oscura de Thomas Busby.
En la historia existen objetos considerados malditos, que muchos temen y han temido de forma inexplicable. Uno de esos objetos tiene que ver con uno muy cotidiano, una silla conocida como la Silla de Thomas Busby.
Corría el año 1702, en Yorkshire del Norte, Reino Unido, cuando un tal Thomas Busby sería condenado a muerte. Busby ya era conocido como un tipo conflictivo, pero lo que terminó con sus huesos en la horca fue el asesinato de su propio suegro, según cuentan, a consecuencia de un conflicto familiar o de negocios.
Busby, como último deseo, pidió realizar su última cena en su posada favorita. Al final fue levantado a la fuerza por sus carceleros de la silla de roble en la que estaba sentado y, mientras se lo llevaban prácticamente en volandas, pronunció unas palabras a modo de maldición que decían: “que la muerte llegue a cualquiera que se atreva a ocupar esta silla”. Tras ello, a la mañana siguiente Thomas Busby fue ajusticiado, pero una serie de muertes le perseguirían más allá de la tumba.
Y es que aquellas palabras espetadas durante su última cena, convertirían a un simple mueble, en una aterradora máquina de matar. Desde entonces, cualquiera que se sentara en ella sufriría extrañas y misteriosas muertes. La leyenda habla de unas sesenta muertes relacionadas con esa silla, todas ellas de personas que se atrevieron a desafiar la maldición de Busby, pagándolo con sus propias vidas.
Las autoridades, tras años de inexplicables fallecimientos, decidieron tomar cartas en el asunto y requisarla. Esta silla se exhibe hoy en día en el museo Thrisk, lugar donde se puede observar anclada en lo alto de una pared, para evitar que la maldición siga cobrándose vidas.
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