Johan, el primer rebelde del fútbol moderno.

El fútbol ha vivido momentos de jugadores declarados oficialmente o no en rebeldía. Momentos que crearon tensión entre directivas, aficionados y prensa deportiva. En algunos casos, incluso, auténticos problemas de estado para algunos, pero pocas luchas se han vivido tan intensas en el mundo del fútbol, como el pulso que mantuvieron Johan Cruyff y el presidente de su entonces club, el Ajax de Amsterdam, por su deseo de firmar por el F.C. Barcelona.

Cruyff significó un antes y un después para un Barça que llevaba más de una década de decepciones y derrotas. Antes que él, otros futbolistas lograron cambiar radicalmente e, incluso, salvar económicamente a la entidad en momentos difíciles como Ladislao Kubala o Luis Suárez, pero lo que significó Cruyff en aquel tiempo, donde España viviría el tramo final de la dictadura franquista, tal vez no se volvería a vivir hasta la irrupción de cracks más modernos como Ronaldinho o el mismo Lionel Messi.

Pero Johan Cruyff era más que un magnífico futbolista, era el paradigma del jugador moderno, profesional y entregado a su gran labor, jugar para divertir y ganar, algo que demostraría también en su posterior etapa como entrenador, también de Ajax y Barça. El carácter ambicioso y ganador de Cruyff le llevó a ser muy joven capitán del Ajax, donde jugó desde 1964 a 1973. 

Fue durante el verano de 1969 cuando el Barça y sus máximos dirigentes, encabezados por su presidente Agustí Montal, se lanzaron a por su contratación, esperando la apertura de fronteras con respecto a la contratación de futbolistas extranjeros en la liga española. El entonces entrenador del Barça, el inglés Vic Buckingham, que en su momento fue mister del Ajax y que precisamente le hizo debutar con el primer equipo en Países Bajos, contactó con el crack, pese a que su fichaje no le acababa de entusiasmar, debido a que conocía su fuerte carácter.

Vic Buckingham

En la temporada 1970/71 el Barcelona llegó a un acuerdo con el Ajax para su traspaso por unos 24 millones de pesetas, tras la petición de Cruyff de marcharse a un club más grande donde pudiera seguir prosperando, petición que sería concedida. Pero contra todo pronosticó, o no, la Federación Española de Fútbol se echó atrás y se negó a inscribir a futbolistas extranjeros. Aquello supuso un gran contratiempo que obligó a Johan Cruyff a renovar su contrato, que estaba a punto de expirar.

Su renovación de contrato, bajo los consejos y supervisión de su agente, que también era su suegro, le llevaron posiblemente a conseguir uno de los primeros contratos profesionales similares a los que hoy en día se firman en la elite.

La negativa de la Federación Española, llevó al presidente del Barça, Agustí Montal, a una guerra en la que el club catalán destaparía el fraude de los jugadores “oriundos”, una ley que permitía firmar jugadores extranjeros, preferentemente de Hispanoamérica y con raíces españolas. El nulo control de esas contrataciones, llevó a muchos clubes españoles, a excepción de los vascos, a falsear los orígenes familiares de más del 90% de jugadores catalogados como “oriundos” en la liga española, algunos de ellos jugando con la selección. Aquello acabó suponiendo un escándalo mayúsculo, que las autoridades competentes decidieron tapar llegando a un acuerdo con Montal, en el que se permitiría a los clubes de la liga española contratar extranjeros. A partir de entonces, el Barça retomaría la misión de contratar a Johan Cruyff.

En 1973 el Barça, a través del directivo Armand Carabén, asumiría la compleja tarea de retomar las negociaciones para la contratación de Cruyff. Para aquel entonces, Johan Cruyff tenía un contrato profesional con el Ajax hasta 1978, por lo que el presidente del Ajax se descolgaría pidiendo al club azulgrana cerca de 180 millones de pesetas. Para la época, aquella cantidad era prácticamente inalcanzable, por lo que se entendió que el Ajax se negaba en rotundo a vender a su joven talento. Esta situación obligó al Barça a buscar una alternativa a Cruyff y esta alternativa, sería el crack alemán Gerd “Torpedo” Muller.

Cruyff, que tiempo atrás habría asegurado que solo jugaría en el F.C. Barcelona, sería ofrecido directamente al Real Madrid, máximo rival deportivo del Barça, en un claro intento de hacer ver que si el Ajax vendía a Cruyff, lo haría a cualquiera que no fuese el Barça. El Madrid igualaría cualquier oferta para conseguirlo, pero Cruyff se negaría en rotundo declarando que lo suyo no era una cosa de dinero. Aquello enfureció al astro holandés que amenazaría directamente con colgar las botas o denunciar al Ajax

La relación con el club de toda su vida estaba rota y la tensión era evidente. Sus compañeros decidieron votar a principio de temporada quién debía ser el capitán del equipo, arrebatándole el brazalete, algo que dejó abatido a un Cruyff, que había luchado esos años en los despachos para que sus compañeros obtuvieran mejoras contractuales. Además, el club lo dejó vendido ante su afición, colgándole la etiqueta de villano en toda esta historia. Pero Cruyff continuaba convencido de fichar por el Barça, por lo que tras amenazar con no jugar el primer partido de liga de Países Bajos, algo que su agente le persuadió de no hacer prácticamente en el último momento, decidió invitar a Armand Carabén y su esposa, que también era neerlandesa y con los que le unía una muy buena amistad, a raíz de sus primeros encuentros para ficharlo en 1969. Cruyff cuando los vio en la grada, no dudo en correr hacia ellos y plantarles un gran abrazo a cada uno ante los ojos de la directiva y su afición. Aquel partido el Ajax lo ganó con dos goles de Cruyff, siendo su último partido en Países Bajos.

Finalmente, el coste del traspaso ascendió a unos 65 millones de pesetas y unos 18 millones de ficha para el jugador. Cruyff consiguió lo que llevaba años buscando y por su parte, el Barça conseguiría al crack que le haría ganar aquella liga tras 14 años, transformando de arriba abajo al club, aunque no debutaría hasta octubre de ese año, tras conseguir el presidente del Ajax forzar que la Federación Neerlandesa tardara en enviar el transfer necesario a su homóloga en España.



Johan Cruyff es santo y seña del Ajax y del Barça, tanto como jugador como, posteriormente, entrenador. Uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte que ganó títulos deportivos a nivel colectivo e individual, pero también fue una persona que enamoraba a quienes lo trataban, de convicciones fuertes, que cuando quería algo iba a por ello. Uno de los primeros grandes rebeldes del fútbol moderno.

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