BATMAN: CAPED CRUSADER, vuelve la esencia de los 90.

Tenía muchas expectativas puestas en esta serie. Desde la icónica BATMAN: La serie animada de 1992, los fans andábamos algo huérfanos de una serie que pudiera, como poco, igualar a aquella que muchos recordábamos con cariño. Mis Impresiones son sobre BATMAN: Cape Crusader (2024).


Batman libra su particular batalla contra el crimen de Gotham mientras Harvey Dent, como fiscal del distrito, inicia su carrera para llegar a la alcaldía y James Gordon intenta mantener el orden rodeado de policías corruptos.


Tras diversas cancelaciones por parte de Warner Bros, que obligaron a HBO a perder la serie, Amazon Prime lo aprovechó para hacerse con su licencia y estrenarla en 2024. Con un equipo de productores importantes como lo son Bruce Timm, Matt Reeves o J.J. Abrams y con guionistas del Caballero Oscuro de la talla de Ed Brubaker o Greg Rucka las tramas de cada capítulo son interesantes y a la altura de lo que puede esperarse del personaje. 

La animación recuerda a la serie del 92, un punto muy a su favor. El diseño de Batman es perfecto, así como su siempre comparado Batmóvil. 




Pero algo no acaba de encajar, a ojos de un fan muy acostumbrado a ver a sus personajes de una forma concreta.

No es la primera vez que en los cómics del Cruzado de la Capa, hemos podido ver historias alternativas en las que el mismo protagonista, sus enemigos u otros personajes, cambian de aspecto o que, incluso, algunos se intercambian papeles, pero esos cambios los entendemos propios de las historias cortas y alternativas, también del género Elseworlds, que ha dado muy buenas historias de Batman. Pero en BATMAN: Caped Crusader, una historia que pretende ser lineal y referente, hay varios cambios en personajes principales y villanos que sorprenden. Cambios de raza, origen, sexo o de relaciones entre ellos que hacen que cueste reconocerlos y que se enmarcan en esa necesidad imperiosa de nuestros días, de forzar ciertas cosas para contentar o atraer a ciertos colectivos, que en unas ocasiones funcionan y encajan de primeras y, en otras, sinceramente y dejando de lado fobias y demás actitudes intolerantes, no tanto.

Sorprende, por ejemplo, el personaje de Harley Quinn. Si por algo es conocida la serie del 92, es por ser el origen de la bufona aliada del Joker, un personaje creado por Paul Dini y que rápidamente se ganó el cariño de los fans y su sitio en el universo de Batman. En esta el personaje cambia bastante, hasta el punto de que cuesta reconocerla y pensar en ella como quien es.


Otro personaje del que vemos un cambio muy evidente, es con el personaje del Pingüino o, más bien la Pingüina, otro personaje que no funciona mal, pero el recuerdo del original puede dificultar que realmente nos creamos estar enfrente de Oswald Cobblepot o Oswalda Cobblepot.


Con respecto a los personajes de James Gordon y Bárbara Gordon, sus papeles funcionan muy bien, aunque la ocupación de Bárbara difiera de lo que conocemos de ella.


El aspecto de Alfred Pennyworth también cambia, aunque igual que pasa con James Gordon, mantiene su esencia.


Salvo estos y otros cambios, estamos ante una serie digna de ser comparada con la del 92. Con un estilo noir inspirado en los 50, encontramos un thriller policiaco competente y entretenido. Sus 10 capítulos se antojan poco, por lo que habrá que esperar a su segunda temporada, para seguir disfrutando de más momentos y más villanos.


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