El Origen del Ketchup.

Aunque podamos pensar que esta salsa tan popular en los Estados Unidos y representativa de la gastronomía del país americano, es de origen yankee, no lo es, de hecho, tendría un origen mucho más antiguo y distinto en sus ingredientes.


DESDE EL MAR DEL SUR.

Los inicios de esta salsa los encontramos en China, allá por los siglos XVII o XVIII. Fueron presumiblemente unos pescadores de la isla de Amoi, los que introdujeron en el país una salsa que utilizaban para condimentar tanto carne como pescado y que tenía como ingrediente principal, pescado fermentado.


La misma palabra provendría del chino Kôe Chiap, que traducido a nuestro idioma vendría a ser “salsa de pescado o en salmuera”.

Aunque existe la teoría que defiende que, en realidad, su origen radica en las salsas típicas de la zona a base de soja fermentada, una teoría que explicaría el auge de las salsas de frutas inglesas que, posteriormente, los colonos británicos exportarían a tierras norteamericanas. 

UNA MÁS EN LA COCINA INGLESA.

Pero antes de esto, las bondades del Kôe Chiap, esa salsa hecha a base de pescado fermentado y especias, pero sin tomate en ningún momento, llegarían al corazón del Imperio Británico

Se estima que durante el siglo XVIII esta salsa china habría sido importada por los ingleses al archipiélago malayo y, más tarde, empezaría a popularizarse e implementarse en diversos platos de la gastronomía inglesa, apareciendo en una publicación británica del 1690 nombrándola como Catchup. Aunque no fue hasta el 1727, cuando se habló por primera vez de Ketchup, en el libro de cocina “La completa ama de casa” de Elisa Smith, donde se explicaba de forma detallada la receta de esta salsa que, como habrás ido comprobando hasta ahora, seguía sin tener tomate.


EL KETCHUP CON TOMATE, UN ÉXITO COMERCIAL.

No fue hasta el 1812 cuando el científico, médico y horticultor estadounidense James Mease, crearía, a partir de la receta original, la primera receta oficial de Ketchup con pulpa de tomate. 


La receta se convertiría en todo un éxito comercial, tanto por su sabor como por los conservantes naturales del mismo tomate, que permitía conservarla en buen estado durante meses. El problema fue que la producción de tomates se realizaba durante los meses de primavera y verano, por lo que, encontrar una solución para seguir produciéndola industrialmente, fuera de esos meses, era todo un reto.

James Maese dio con una polémica solución que le granjeo varias críticas y problemas. Y es que se comenzó a producir con colorantes y conservantes añadidos como el benzoato sódico, perjudicial para la salud, tal y como defendía en aquel momento el reconocido médico Harvey Washington Wiley, que decidió asociarse con el empresario Henry John Heinz, para buscar una solución saludable a la receta de Maese.



Henry J. Heinz
, que ya era propietario de una empresa de condimentos y aderezos, la F. & J. Heinz, y que en 1869 revolucionó la industria de las conservas, comercializando rábanos en conserva en botes de cristal, tomó la decisión en 1876 de comercializar su versión del Ketchup, con tomates frescos maduros y vinagre. La combinación de ambos ingredientes, fortalecía el poder conservante natural del tomate y le aportaba su sabor característico. 


Todo ello, presentado en un tarro transparente de cristal, hizo que su producto se convirtiera en todo un éxito que marcaría el futuro de la compañía (HEINZ) y convertiría a Henry J. Heinz, en el inventor de la receta actual.


EL KETCHUP HOY.

Según datos emitidos en 2014, un 97% de las familias estadounidenses tenían al menos un bote de Ketchup en sus hogares. Se estimaba también que un estadounidense medio podía consumir al año, unos tres botes enteros de Ketchup. Con estos datos en la mano, no es difícil comprender por qué el Ketchup es la salsa más popular y consumida, también, en el mundo, y lo que representa para toda una industria alimentaria como es la de la comida rápida.


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