El origen oscuro de los Elfos de Santa Claus: lo que nadie te contó.

Cuando pensamos en Papá Noel, es casi imposible no imaginarlo rodeado de sus pequeños ayudantes: esos elfos incansables, risueños y expertos en fabricar juguetes a un ritmo que haría llorar a cualquier sindicalista.

Pero antes de convertirse en iconos navideños, los elfos tuvieron una trayectoria digna de saga nórdica: magia, peligros y una reputación que daba más miedo que ternura.


EL ORIGEN NÓRDICO DE UNOS ELFOS MUY POCO NAVIDEÑOS.

Para empezar, la tradición que asocia a los elfos con Papá Noel se cree que llega de las tierras nórdicas, aunque en esas culturas los elfos eran seres algo más oscuros. 

CRIATURAS MÁGICAS… Y PELIGROSAS.

Muchas leyendas e historias nórdicas, nos cuentan como los elfos son seres mágicos de la naturaleza, que atesoran grandes poderes y habilidades. En un momento dado de la historia, se aliaron con demonios y espíritus malignos, convirtiéndose en seres mezquinos, embaucadores y crueles. 

Era tan mala la imagen que se tenía y se sigue teniendo de ellos en algunas regiones, que pasear por los bosques era sinónimo de peligro si se sospechaba que podrían acechar alguno de ellos.

DE ALIADOS OSCUROS A ACOMPAÑANTES DE SAN NICOLÁS.

Algunas culturas que también hablaban en sus leyendas del bueno de San Nicolás, relataban como este iba acompañado en ocasiones de un ser oscuro, que era el encargado de impartir los castigos a los niños malos e incluso secuestrarlos (Krampus). Esos seres eran monstruos que podrían asemejarse a elfos oscuros o endemoniados, también conocidos como los acompañantes de Santa Claus.


EL CRISTIANISMO Y LA “DULCIFICACIÓN” DE LOS ELFOS.

Con todo esto, ¿cómo es posible que estos seres hayan podido acabar trabajando para Papá Noel en su taller?

Hay quien opina que la visión de Papá Noel, junto a los elfos, surgió a partir de que el cristianismo llegó y se instauró en tierras escandinavas. 

De forma interesada, tal y como hizo en otras ocasiones, el cristianismo quiso dulcificar la figura de esos acompañantes de Santa Claus, haciéndolos más amistosos y buenos, hasta el punto de ayudar en el reparto de regalos a Papá Noel, como sucede, por ejemplo, con el Tomte.


LA REVOLUCIÓN DEL SIGLO XIX: EL NACIMIENTO DEL ELFO NAVIDEÑO MODERNO.

Pero, cuando realmente se describe esa relación laboral tan estrecha por primera vez, fue en el libro no publicado Christmas Elves (1856) de la estadounidense Louisa May Alcott

Aunque no fue hasta 1873 cuando se popularizaría de verdad gracias a un grabado publicado en la revista Godey’s Lady’s Work. A partir de entonces, la imagen de Papá Noel rodeado de pequeños elfos o duendes se normalizaría, extendiéndose Navidad tras Navidad.


¿MANO DE OBRA IDEAL O FANTASÍA CAPITALISTA?

Hay quien asocia esa imagen al sueño capitalista de los empresarios norteamericanos de entonces, que esperaban tener mano de obra barata, eficiente y que trabajara muchas horas sin quejarse y con una sonrisa en la cara. Pero eso… es otra historia.

UNA TRADICIÓN QUE SIGUE EVOLUCIONANDO.

Y así, entre leyendas oscuras, transformaciones culturales y un buen lavado de imagen, los elfos terminaron trabajando codo con codo con Papá Noel. Una carrera profesional curiosa donde las haya. Sea como sea, ahí siguen: pequeños, incansables y convirtiendo el invierno en un lugar un poco menos gris… incluso si su historia real tiene bastantes más sombras que purpurina.



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