Las ofrendas de los Reyes Magos.

Según cuenta la tradición, tras el nacimiento de Jesús, este recibió la visita de tres grandes Reyes, considerados Magos. Estos, después de un largo viaje siguiendo una estrella en el cielo que les guiaba hasta Belén, le entregaron al recién nacido como presente: Oro, incienso y mirra. Pero, ¿cuál era el motivo y significado de cada uno de estos regalos?


Existe un motivo que, para aquel entonces, tenía mucho sentido. Según la Biblia y la tradición que ha sido transmitida de padres a hijos durante siglos, los tres Reyes Magos iniciaron un viaje con mucho simbolismo, pues marcharon con la intención de conocer y mostrar sus respetos al que consideraban el mesías. Para ello, sus presentes debían representar la importancia adquirida para la humanidad, tras su nacimiento.

El oro, entregado por Melchor, era el regalo habitual para un Rey. Un claro ejemplo de que se consideraba a Jesús de Nazaret, el Rey de los hombres. En el caso de Gaspar, el incienso tenía un significado divino, pues tanto judíos como hebreos lo utilizaban como ofrenda a Dios. De esta forma, con el incienso se le consideraba oficialmente el hijo de Dios. Y por último, Baltasar le entregaría mirra, una sustancia resinosa y aromática con propiedades medicinales. La utilización de la mirra, entre otros, para obtener perfumes y para utilizarse en los embalsamamientos, aportaría otro fuerte simbolismo, porque los Reyes Magos reconocerían al niño Jesús, como un hombre que moriría por los hombres.


La tradición marca que cada 6 de enero, los niños y niñas de los países donde existe esta tradición como son España, Italia, Colombia, Argentina, Venezuela, Paraguay o Filipinas, despiertan esa mañana con regalos, que los tres Reyes Magos conceden a pequeños y grandes, siguiendo la estela de esas ofrendas realizadas en la antigüedad al hijo de Dios. 

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