A Christmas Carol (Cuento de Navidad), lo que motivó a Dickens y lo que consiguió.

El 19 de diciembre de 1843, el escritor inglés Charles Dickens publicaba lo que en poco tiempo se convertiría en un éxito literario, que perduraría en el tiempo y pasaría a la historia como una de las grandes obras de la humanidad, adaptada en numerosas ocasiones para cine y televisión. 


En el momento en el que comenzó a dar forma a su nueva historia, el autor de Oliver Twist (1837-1838) no pasaba por una buena situación económica, pese a su posición y estatus gracias a su trabajo. Sus anteriores obras no le reportaron los beneficios esperados y, pese a que su tour por Estados Unidos fue positivo, tampoco logró revertir una situación con perdidas y deudas que amenazaban su presente y futuro. 


Por ello y para conseguir dar un empujón a su carrera, su principal objetivo fue conseguir crear una obra que le diera unos beneficios acordes a su posición como escritor de élite. Finalmente, Dickens dio con la idea de una historia con la que no perdiera su esencia, ni su capacidad de trasladar la crítica social sobre la sociedad victoriana en la que le tocó vivir.

Los orígenes humildes de Dickens le hacían depender totalmente de sus trabajos literarios, así como la necesidad de mantener a una numerosa familia. Por eso mismo, decidió que debía encontrar una historia que lograra marcar a sus lectores y, la Navidad, era la época ideal para remover conciencias y sentimientos.


En aquellos tiempos, la Navidad estaba curiosamente en auge tras mucho tiempo en el que su seguimiento y celebración eran escasos, con tradiciones y villancicos que volvían con fuerza, así como costumbres que empezaban a asumirse e implementarse, entre los buenos feligreses cristianos.

Dickens quiso agarrar esas tradiciones y ese espíritu navideño de amor y generosidad, mezclado con esa realidad económica y de explotación laboral que vivía la sociedad de entonces. Con la figura del personaje principal de Ebenezer Scrooge, un personaje capaz de despertar odio y compasión a medida que avanza la historia, Dickens consiguió remover la moral de muchos capitalistas convencidos, que podrían verse reflejados en un personaje que perdió lo que le hacía humano. Una historia que, además, ayudó a ensalzar ese espíritu navideño, tanto religioso como social, que tanta falta hacía en una sociedad con tantas diferencias y precariedades.


A Christmas Carol fue un éxito, pero tampoco ese éxito rotundo que el bueno de Dickens esperaba. Pese a todo, su gran obra navideña consiguió excelentes críticas por parte de la prensa especializada e, incluso, contentó a una exigente Iglesia que se veía bien reflejada en esa obra.

Con los años, A Christmas Carol se convirtió en una auténtica obra maestra y en una de las obras imprescindibles de la Navidad, que todos conocemos y relacionamos directamente con esas fechas. Con el tiempo, hubo quien leyó entre líneas y entendió que dicha obra, era una especie de autobiografía de Dickens, que durante un tiempo estuvo obsesionado con el dinero y los beneficios de su carrera. Al situarla en una época como la Navidad, pudo enfrentar al Dickens humilde de su pasado frente al de su presente, con todo lo que había conseguido y el hombre en el que se había convertido. Pasando a reflexionar sobre el futuro, así como el futuro de una sociedad cada vez más oprimida en sus derechos laborales y sociales, por culpa de personas egoístas y ambiciosas como él.

Dickens consiguió, a la larga, mucho más de lo esperado con una obra que, curiosamente, el propio autor declaró que le provocó mucha ansiedad y decepción. No logró cubrir las expectativas iniciales puestas en su recaudación, pero sí consiguió extender tradiciones navideñas y ese espíritu de concordia, generosidad y amor tan propios de estas fechas.

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