Los fenómenos del Baúl del Monje.

En el año 1999, una extraña e insólita noticia, abrió un boletín informativo de una conocida cadena de radio española. Los propietarios de una pequeña tienda de antigüedades de Madrid, conocida como El Baúl del Monje, denunciaban ser víctimas de una serie de fenómenos poltergeist a los que no lograban encontrar explicación.

Hasta el lugar se desplazó una reportera para entrevistar a una de las propietarias, que sin pudor alguno relataba con todo detalle sus experiencias. Al parecer, desde hacía un tiempo en aquel negocio se venían sucediendo una serie de fenómenos, que tenían perplejos a sus propietarios. Desde objetos que se movían solos, se caían de los estantes, eran lanzados por los aires o aparecían en otras estancias sin que nadie los hubiera tocado, hasta luces o grifos que se encendían. Otros fenómenos inexplicables eran, por ejemplo, sentir un fuerte olor a podrido que parecía emanar del suelo para, acto seguido, convertirse en un intenso olor a rosas, conversaciones que se escuchaban dentro del local, a puerta cerrada en plena noche o que la lámpara con lágrimas de cristal, se balanceara sola haciendo que algunas de sus lágrimas cayeran al suelo, reventaran o aparecieran en otros lugares de la tienda. En ocasiones, afirmaban poder sentir presencias o ver figuras pasearse por el local, para acto seguido, desaparecer.

Todos estos fenómenos, calificados por el Grupo HEPTA, como fenómenos poltergeist, empezaron a darse a horas concretas del día y en presencia de ambos propietarios, aunque la cosa comenzó a complicarse cuando estos fenómenos empezaron a ser presenciados por estudiantes que impartían cursos de restauración en la trastienda, así como por los mismos clientes, que en alguna ocasión huyeron asustados del lugar.

Aquello comenzó a convertirse en un problema, puesto que pocos clientes volvían, afectando económicamente al negocio.

En un momento dado, creyeron que todo aquello lo causaba el fantasma de un abogado, antiguo inquilino del lugar, que murió calcinado hacía muchos años. Y es que otro de los fenómenos que se llegaron a vivir en varias ocasiones, era que desde algún armario, cuando lo abrían, se podía oler a un fuerte olor a pelo quemado. Fue el conocido Grupo HEPTA, que tras un exhaustivo estudio del lugar, pudo determinar que los fenómenos poltergeist eran provocados inconscientemente por uno de los propietarios, ya que solían producirse con más intensidad en su presencia, así como reproducirse de una u otra manera, dependiendo del estado anímico de esa persona. Por lo visto, esta no había sido la primera tienda de antigüedades que había regentado, siendo también en otras, donde habría vivió fenómenos similares.

Al tiempo de surgir la noticia, los fenómenos fueron remitiendo, aunque no desaparecieron.

Los actuales propietarios del local aseguran que no han notado nada extraño, ni vivido nada teóricamente inexplicable. Aunque los fenómenos poltergeist del Baúl del Monje, son ya parte de la historia paranormal de Madrid.

Si quieres escuchar un pequeño reportaje con las impresiones del Grupo HEPTA, años después de su investigación en El Baúl del Monje, clica en este enlace

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