Escenas épicas: LOST

En 2004, la serie de televisión LOST, producida por ABC, conseguía romperla durante 6 temporadas a nivel internacional, gracias a su gran innovación en varios campos. Una serie enmarcada entre el drama y la ciencia ficción, salida de las mentes de J.J. Abrams y Damon Lindelof, que les catapultó a lo más alto de la meca del cine. Su narrativa, sus giros sorprendentes y sus flashbacks, hacían que perderse un solo capítulo representara perder el hilo de la historia, algo que la convertía en una serie altamente adictiva. Los años han pasado para LOST, pese a ello sigue siendo una experiencia de entretenimiento muy recomendable para los más seriéfilos que no la hayan visto, que deseen sumergirse en una trama que no les dejará indiferentes. Pero para los que si la hemos visto, una escena sobresale por encima de otras, también muy recordadas, la escena de “No es el barco de Penny” (Not Penny’s Boat). 

La escena, que corresponde al episodio 22 de la temporada 3, tiene dos grandes protagonistas, a Desmond y Charlie. Desmond, protagonizado por el actor Henry Ian Cusick y Charlie, interpretado por Dominic Monaghan, lograban infiltrarse en la misteriosa base secreta Espejo. En ella esperaban poderse poner en contacto con el barco que creían podía rescatar a todos los supervivientes de la isla y, en el que Desmond esperaba que viajara el amor de su vida Penny.

En un giro dramático de los acontecimientos, Charlie descubre que ese barco que navegaba alrededor de la isla no era el de Penny, siendo una trampa en la que cayeron los dos personajes.

La sala de comunicaciones comienza a llenarse de agua tras una explosión, exponiendo el resto de la base. Charlie entiende que ambos no podrán salvarse si uno no se sacrifica y consigue que el otro vuelva con el grupo. Es en ese momento, cuando el capítulo nos regala una de las escenas más emotivas y dramáticas, de esas que todo buen fan de LOST recuerda y que quedan grabadas a fuego. 

Charlie cierra la puerta de la sala de comunicaciones, dando tiempo a Desmond para huir. Entonces, Charlie tiene unos segundos en los que asimila lo que está sucediendo y las repercusiones de su valiente decisión. Es ahí cuando reacciona, busca un rotulador en mitad de aquella sala inundándose de agua inevitablemente y antes de que le alcance a cubrir todo su cuerpo, escribe en su mano el famoso mensaje que se convirtió en eterno: “Not Penny’s boat” o en castellano, “No es el barco de Penny”.

Desmond, que se encontraba aporreando la puerta intentando salvar a Charlie, sin entender nada de lo que estaba pasando, lee el mensaje escrito en la mano Charlie, que posa decididamente la palma de su mano en la pequeña escotilla de cristal de la puerta. Desmond descubre lo que sucede mientras es testigo de como el agua deja completamente cubierto a Charlie, que antes de morir ahogado logra transmitir su trascendental mensaje a Desmond, en una de las muertes más dramáticas y emotivas de toda la serie.

Ahí nació una de las escenas más recordadas de la televisión, que no tardó en pasar a la historia para los fans de LOST.