¿Has tenido la sensación de caerte durmiendo?

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos tenido esa sensación de irnos a caer de la cama mientras dormimos. Algunos más que otros, pero esa sensación a bien seguro la hemos sentido en alguna ocasión. Aunque la ciencia ha estudiado el tema para averiguar los motivos, lo cierto es que a día de hoy, los motivos siguen siendo una incógnita, pese a que hay alguna que otra hipótesis.

Según nos cuentan los expertos en la materia, esta situación se da cuando iniciamos la transición entre el sueño y la vigilia. Un proceso un tanto complicado en el que nuestro cerebro se dispone a un cambio de funcionamiento, para asumir el descanso. No se tiene muy claro si primero viene la sensación de caerse, acompañada de la sacudida física o la sacudida y, por consiguiente, la sensación de que nos vamos a caer. Por tanto, una de las teorías planteadas tienen que ver con el estrés al que podamos haber sometido a nuestro cerebro. 

Los factores que pueden favorecer ese estrés van desde la ingesta de demasiada cafeína, después de un elevado trabajo físico o mental o tras un cambio de horario notable. Estos casos producirían un descontrol en los vasos vestibulares, que son los encargados de enviar constantemente señales al cerebro con la situación exacta de donde estamos y que, por lo tanto, afectarían a nuestro equilibrio.

Otra hipótesis tiene que ver con que fuera una reacción natural. Esa perdida de equilibrio justo en ese momento entre el sueño y la vigilia, sería una medida natural de alerta. En nuestros inicios evolutivos vivíamos en plena naturaleza, expuestos a diferentes peligros como quedarnos dormidos en lo alto de un árbol, en la oscuridad total de una cueva o en mitad de un claro. Esta reacción nos despertaría súbitamente, para que pudiéramos asegurarnos perfectamente que donde nos hemos quedado totalmente traspuestos, es un lugar seguro sin amenazas evidentes.

Si has sufrido esa sacudida en mitad de la noche, despertándote de golpe con una sensación de angustia, escalofríos y mirando a todos lados sin parar hasta que logras situarte, tranquilizarte y retomar el sueño, ten por seguro que aunque la ciencia no ha terminado de averiguar los motivos exactos, es algo totalmente normal y natural.

Comentarios