La mansión legalmente encantada.

Nadie quiere compartir su vida con fantasmas que le atormenten cada día de su vida. El conocido “caso Cazafantasmas” de 1991 y desarrollado por el Tribunal Superior de Justicia de Nueva York, es un ejemplo claro y legal de que las casas encantadas pueden existir. ¿Quieres conocer qué sucedió y qué llevó a la justicia a declarar una mansión como encantada?


Todo comenzó con la venta de la mansión situada en Nyack, Nueva York, un pueblecito costero a las afueras de la ciudad. El matrimonio Stambovsky, Patrice y Jeffrey, decidieron adquirir en 1990 dicha vivienda que data su construcción a principios de siglo, en el 1900. Durante años la vivienda fue destinada como casa de huéspedes y casa familiar, pero desde hacía unas décadas las historias de fantasmas alrededor de la casa eran bastante conocidas en Nyack


Inquilinos anteriores ya habían tenido experiencias extrañas, incluso habían hecho públicas sus vivencias en medios locales. Helen Ackley, que era para aquel entonces la propietaria y vendedora de la casa, sabía de su pasado e incluso había sido testigo de innumerables situaciones. De hecho e igual que anteriores propietarios e inquilinos, ella también difundió en Nyack sus experiencias, hasta el punto de publicarlas para diversos medios escritos e incluso fue visitada por médiums e investigadores de lo paranormal.


Entre lo que vivieron los Ackley y otros antes que ellos, constaban sonidos extraños que anunciaban que algo más intenso se avecinaba, pasos, golpes, los muebles se movían de su sitio, las puertas y ventanas se abrían y cerraban solas, igual que las luces de la casa. En ocasiones se podía escuchar en habitaciones cerradas y vacías a personas conversar entre ellas. Se llegaron incluso a cruzar con entidades que se materializaron frente a ellos. Los Ackley relacionaban la muerte de un amigo, un joven sano sin problemas aparentes, que una noche fue invitado a cenar con ellos y que se desplomó frente a su puerta antes de entrar. Aquel joven cayó fulminado debido a un aneurisma. Aunque definitivamente Helen Ackley decidió vender a raíz de la muerte de su marido, la que creyó estaba también relacionada con la casa y al que alma de su esposo creía que había quedado atrapada en la casa. No obstante y para evitar perder la venta de la casa, Ackley y la inmobiliaria que gestionaba la venta se guardaron esa información y la terminaron vendiendo a los Stambovsky.

Cualquiera podría pensar que aquellas historias eran tan solo cuentos para infundir temor entre los niños, leyendas urbanas sin base alguna para explicar en las noches de Halloween. Puede que los Stambovsky en el fondo lo pensaran así o puede que no, pues queda la duda que no conocieran esas historias. De todas formas los flamantes nuevos propietarios no tardaron en descubrir, después de hacer efectivo el depósito de la fianza, que su nuevo hogar estaba incluido en un tour del misterio.

En Estados Unidos existe la obligatoriedad por parte de los vendedores en diferentes estados, de informar de cualquier dato del pasado del inmueble incluido, por ejemplo, cualquier dato relevante ya sea de su construcción o historia, un asesinato o muerte traumática, así como cualquier caso de embrujo, encantamiento o posesión que haya generado fenómenos paranormales o polémicas. Al omitirse ese dato relevante de la historia de la casa, los Stambovsky iniciaron un proceso judicial contra Helen Ackley argumentando “fraude ectoplasmático”, un argumento jamás antes expuesto y que incluso hoy se pone como ejemplo en algunas universidades.

El primer fallo fue a favor de Helen Ackley, pero tras una apelación los jueces fallaron a favor de los Stambovsky a los cuales se les devolvió el depósito de la fianza y no llegaron nunca a pisar esa casa. 

En la sentencia se hizo constar que: “cuando el vendedor no solo se aprovecha injustamente de la ignorancia del comprador, sino que ha creado y perpetuado una condición sobre la cual es poco probable que incluso pregunte, la ejecución del contrato es ofensivo para el sentido del tribunal de equidad”. El contrato quedó rescindido y se creó un precedente legal para este tipo de casos. 


De todas formas y pese a lo que podría pensar, Helen Ackley no tardó en desprenderse de la casa, incluso por encima de su valor. A raíz de la sentencia, decenas de investigadores de lo paranormal, aficionados y demás seguidores del misterio se interesaron por la casa. 

Así que ya sabes, si te encuentras en una situación similar, siempre podrás exponer este caso y esperar que un juez se atreva a una sentencia tan polémica, como sorprendente. 

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