Hanako-San, ¿estás ahí?

Japón es un pozo inacabable de historias y leyendas aterradoras, como siempre cuando publico una nueva entrada sobre ello, recuerdo la capacidad para adaptarlas a cada tiempo que llega y a cada generación nueva. Hanako-San es una de esas leyendas que, como otras que seguro ya conoces si sigues el blog y su Halloween Pandereta, se adapta desde tiempos remotos y logra ese objetivo que todas ellas persiguen, aterrar a todo aquel que las conozca.


Su origen es incierto, lo único que se conoce es que Hanako-San fue una niña japonesa que, según cuentan, murió escondida en los baños de su escuela mientras bombardeaban el lugar en plena Segunda Guerra Mundial. Cuenta la leyenda que Hanako-San, tras morir se convirtió en un Yōkai o espíritu vengativo. Se aparece vistiendo un tradicional traje escolar con falda y tirantes rojos, sobre una camisa blanca, con pelo lacio, oscuro y cortado a media melena. Hanako-San se esconde en los baños de las escuelas, concretamente en el tercer baño, allí donde presumiblemente perdió la vida en aquel fatal bombardeo.


Y aquí llega el juego macabro que muchas y muchos jóvenes japoneses se atreven a llevar a cabo, corriendo el riesgo de enfadar a una Hanako-San peligrosa, aterradora y vengativa. Explican quienes lograron sobrevivir que si al entrar en el baño, detectas la presencia de Hanako-San, deberas golpear tres veces en la puerta del tercer baño y preguntar: “Hanako-San, ¿estás ahí?”. Si obtienes respuesta, puede que conteste afirmativamente y notes desaparecer su presencia con el ruido de la cisterna al accionarse. También puede que la puerta se abra de repente, apareciendo una pálida mano que te arrastrará al interior, donde Hanako-San acabará con tu vida.


Existe otra posibilidad y es que tras preguntar, la voz que surja de detrás de la puerta sea una voz aterradora, que muchos asocian a la identidad real de Hanako-San, la de un demonio que intenta engañarnos para acabar con nosotros. Tras contestar es muy probable que esa puerta se abra mostrando su aterrador rostro.

Según la leyenda, también hay otras formas de invocar o llamar la atención de Hanako-San. Una de ellas es remover varias veces con un palo o fregona el agua del wc, mientras la llamas de forma insistente. Tras invocarla una mano surgirá del inodoro intentando agarrarte. Otra forma sería entrar en el cuarto wc y recitar lo siguiente en japonés: “Ichibanme (Primera) Hanako-San, Nibanme (Segunda) Hanako-San, Sanbanme (Tercera) Hanako-San”. Tras ello una mano pútrida asomará desde el tercer baño, intentando agarrarte y llevarte con ella.


Dicen que Hanako-San siente predilección o se aparece en los baños más sucios y poco iluminados, por lo que en las escuelas se hace hincapié en que los alumnos sean limpios al utilizarlos. Pero Hanako-San no solo acecha en los baños de las escuelas, pues aseguran que también persigue a los niños que corren y juegan en el recreo. Si se caen y lastiman, corren el riesgo de contraer el hongo Hanako, un hongo que infectará la herida y luego se expandirá poco a poco hasta cubrir todo su cuerpo.

Curiosamente el espíritu de Hanako-San dejará marchar sin amenazar su vida, a aquellos buenos estudiantes que saquen buenas notas.

Ya ves que ni tan siquiera en las escuelas japonesas, puedes estar a salvo de un Yōkai vengativo.

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