El exorcismo olvidado de Clara.

Clara Germana Cele era una estudiante de 16 años sudafricana. Clara era huérfana y fue bautizada en su niñez. Todo transcurría de forma normal hasta que en 1906 comenzó su particular infierno, que llenó de miedo a toda su comunidad.

Se cuenta que una noche se encontró a Clara realizando un ritual en el que estaba haciendo tratos con el demonio. Desde entonces su carácter cambio por completo, volviéndose agresiva con todos a su alrededor. Una monja de la Misión de San Miguel en Natal, Sudáfrica, que fue testigo de los comportamientos impulsivos de Clara, aseguró en unas cartas que la joven rechazaba cualquier imagen sagrada, era capaz de hablar y entender diferentes idiomas y conocía aspectos personales e íntimos de quienes la trataban y rodeaban, con los que no habían tenido relación con ella anteriormente.

Controlarla era sumamente complicado, pues tenía una fuerza inusual para su peso y tamaño. Sus gritos no ayudaban a que los de su alrededor ganaran fuerzas para intentar ayudarla, pues según relató una monja que participó en su posterior exorcismo: “Ningún animal había hecho jamás tales sonidos. Ni los leones del África Oriental ni los toros furiosos…”. Sonidos que parecían llegados del mismo infierno. Dicen que más de un centenar de personas fueron testigos de sus levitaciones, que levantaban su cuerpo cerca de metro y medio del suelo.

Finalmente dos sacerdotes católicos, el reverendo director de la misión y su confesor habitual desde los 4 años y al que llegó a confesar su posesión, fueron los responsables de practicarle un exorcismo que les llevó dos días. Durante ese tiempo Clara manifestó la presencia en su cuerpo de varias entidades, le ardía la piel al entrar en contacto con agua bendita, intentó dañar e incluso matar a sus exorcistas, aparte de mostrar todo tipo de poderes propios de los endemoniados, entre otras muchas manifestaciones de su posesión.

Tras su exorcismo Clara fue declarada sanada, aunque aún se le tuvo que practicar un segundo exorcismo en enero de 1907, tras una recaída en la que volvió a entrar en contacto con el demonio. Pero tras ese segundo, por fin pudo ser librada de todos los demonios que la poseyeron y pudo volver a su vida normal. 

Clara vivió 6 años más hasta que a la edad de 22 años, en 1912, murió a causa de un ataque al corazón sin recordar nada de su aterradora experiencia. 

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