El lado turbio de “La Voz”.

La figura de Frank Sinatra es una de las más importantes de todo el siglo XX. Conocido popularmente como “La Voz”, su extraordinario talento le encumbró en el Olimpo de los dioses de la música. Vendió millones de discos, fue actor, incluso ganando un Óscar, tuvo su propio programa, se codeó con los más grandes o, tal vez mejor, los más grandes se codeaban con él. Tenía todo lo que se podía soñar y, además, gozaba de una extraordinaria fama de galán y trabajador nato. Sinatra es, por tanto, uno de esos personajes que despierta fascinación al hablar sobre él. Pero lo que mucha gente no conoce y que, se viene rumoreando desde sus mejores años, allá por la década de los 40, es su lado más turbio y oscuro que le habría procurado gran poder y cierta impunidad, en el mundo del espectáculo y la política. 

El 12 de diciembre de 1915 nacería en Haboken, Nueva Jersey Francis Albert Sinatra, más conocido tiempo después como Frank Sinatra. Hijo de una madre de 19 años que regentaba un local de venta de alcohol clandestino, proporcionado por la mafia, así como una clínica abortiva ilegal, su nacimiento no fue nada fácil. Fruto de unas complicaciones en el parto, al pequeño Franky se le daría por muerto antes incluso de su alumbramiento. El médico que asistía en el parto, decidió utilizar los fórceps para extraer, sin apenas cuidado para el bebé, el cuerpo del vientre de la madre. Aquella acción dejaría lesiones en el rostro de Sinatra, que ya de adulto intentaría disimular con una operación facial, aunque ese estigma le perseguiría el resto de su vida.

En los años 30, conocería a la que sería su primera mujer, Nancy Barbato, la prima de uno de los matones del mafioso Willie Moretti, con el que acabaría haciendo buenas migas y que ayudaría a Sinatra en sus primeros años en la música, tras ver el potencial que atesoraba, claro está, a cambio de favores, tales como los de actuar en la boda de su hija.


Ya de joven empezó a destacar por su talento. A varios músicos reputados, les llamó la atención e intentaron unirlo a sus grupos. Finalmente, Frank se uniría en 1940 a la banda musical de Tommy Dorsey, donde empezaría a alcanzar notoriedad. 

Tanto fue así que en 1947 sería invitado para viajar a la Habana (Cuba), donde amenizaría lo que él pensaba que era un evento privado, que servía, a su vez, como un homenaje a su persona. Allí mismo se daría cuenta de que donde realmente estaba participando, era en una reunión de los capos del crimen organizado. Sea como fuere, aquello le sirvió para conocer a algunos de los más importantes mafiosos del momento e, incluso, para hacer muy buena amistad con alguno de ellos, como sucedió con Sam Giancana.


Estas peligrosas relaciones, le servirían tiempo después para beneficiarse personalmente de ellas. El contrato profesional que mantenía con Dorsey era casi irrompible, ligándole a aquella banda musical casi de por vida. Sinatra sabía que era el momento de volar solo y buscar ese éxito ansiado, pero en esas condiciones le era imposible. Por ello la mafia decidió ayudarle, en concreto su antiguo mecenas. Willie Moretti lograría que Dorsey le vendiera su libertad al propio Sinatra, al que por otro lado, siempre se la había negado, por la irrisoria cantidad de tan solo un dólar. 

Dorsey no hablaría públicamente de aquello, pero Moretti pudo haber obligado a Dorsey a ceder, dicen que tras encañonarle con una pistola en la boca, suceso que se convertiría en un secreto a voces. Frank Sinatra consiguió lo que ambicionaba e iniciar su carrera en solitario, donde empezaría a labrarse su extraordinaria carrera.

Durante su vida estuvo casado en cuatro ocasiones, tres de ellas con mujeres muy famosas y deseadas de la época como Ava Gardner, Mia Farrow o Bárbara Marx. La prensa especuló en más de una ocasión con la afición a la bebida de Frank, así como a los maltratos a los que pudo someter a alguna de sus mujeres. Debido a todo esto, Frank Sinatra mantuvo una relación muy tensa con periodistas de la prensa sensacionalista, de los que varios de ellos asegurarían haber recibido amenazas de muerte e incluso alguna paliza, para que dejaran de hablar sobre él y su vida personal. En aquel entonces cualquier cosa que necesitase, la mafia estaría respaldando a su protegido.

Es de hecho gracias a la mafia, cuando Frank Sinatra consigue un papel en la película que más tarde le valdría un Óscar con De aquí a la eternidad de 1953. En las primeras audiciones para decidir que actor interpretaba a quién, Sinatra no estuvo nunca entre los favoritos, porque no pasaba entonces por su mejor momento. Siempre se sospechó que Frank Sinatra se valió de su influencia con la mafia para conseguir dicho papel. En la película El Padrino, se relata perfectamente ese momento en una de las escenas, eso si, con nombres ficticios. 



En 1955, Frank Sinatra y Marlon Brando participaron en la película musical Guys and Dolls, que no tuvo lo que se dice un rodaje fácil, por culpa de las constantes desavenencias entre las dos estrellas, que ya venían dadas tiempo atrás, aunque nadie es capaz de asegurar en que momento Sinatra y Brando se convirtieron en casi enemigos acérrimos. Tanto uno como otro no perdían la oportunidad de criticarse en público, hasta menospreciarse, en plena gala de los Oscars, el talento del otro como lo hizo Sinatra subido en el escenario justo el año que Brando ganó una estatuilla. Pero volviendo al rodaje de Guys and Dolls, Brando sabía que no era ni mucho menos un buen bailarín, así que haciendo de tripas corazón pidió a un experto como lo era Sinatra, que le diera ciertas directrices o consejos para afrontar mejor su papel. Sinatra se negó en redondo y eso a Brando no le sentó nada bien, decidido desde aquel momento en convertir ese rodaje en una pesadilla. Todo lo que odiaba hacer Sinatra en los rodajes de sus películas, como repetir constantemente escenas, fue una constante provocada por Brando. Se dice que en ese momento, Frank Sinatra puso en marcha sus influencias mafiosas para que “hablaran” con Brando y arreglaran sus diferencias. Desde entonces todo se calmó y Brando jamás volvió a hablar de Sinatra, ni de aquel rodaje complicado.

Pero la sombra de Frank Sinatra era alargada y aún podía abarcar mucho más, concretamente en la política. Fue durante las elecciones en las que JFK aspiraba, por parte de los Demócratas, a desbancar de la presidencia al entonces presidente republicano Richard Nixon

Sinatra aprovechó la ocasión y mostró un insólito interés público por la política, al financiar de su propio bolsillo parte de la campaña de JFK, así como organizando conciertos especiales durante esa campaña. Pero todo ese interés iba más allá del interés general por su país. La mafia que arrastraba la figura de Sinatra, vio en todo aquello la ocasión perfecta para introducirse en la Casa Blanca ayudando al aspirante demócrata, para luego cobrarse sus favores. Aquella campaña estuvo manchada por dinero del crimen organizado y JFK lo supo, aunque una vez en el poder, se atrevió a darles la espalda y perseguirlos por sus delitos. Aún con todo y mientras Sinatra se mantuvo cerca del presidente norteamericano, el cantante fue quien le facilitaba a JFK los contactos y las citas con las jóvenes mujeres con las que engañaba a su mujer. Entre esas mujeres destacó la relación extra matrimonial más conocida de JFK, Marylin Monrou, con la que el propio Sinatra también tuvo un idilio. 


Pero Sinatra fue un poco más allá en su relación con JFK, al mantener una fugaz relación con Jacquelinen Kennedy, la Primera Dama. Ella terminaría esa aventura al enterarse de que el propio Sinatra le habría estado facilitando a su marido los encuentros con otras mujeres.

La fama de mujeriego casi le llegó a costar la vida en una ocasión. Ni corto ni perezoso, Sinatra mantendría una serie de encuentros íntimos con la mujer de su buen amigo y capo de la mafia, Sam Giancana. Al enterarse de la infidelidad, Giancana decidió acabar con la vida del cantante como venganza, pese a la amistad que les unía y la admiración que le profería. Dicen que antes de consumar la ejecución, Giancana se puso un disco de Sinatra a modo de despedida. Tras un rato, el capo mafioso fue incapaz de cumplir su cometido, aludiendo algo como que “sería un pecado arrebatar ese don al mundo”.

Allá por la década de los 90, Sinatra llevaba tiempo separado de su exmujer Mia Farrow, aunque eso no les impidió mantener una buena relación. Justo en 1992 Woody Allen decidió separarse de Farrow, para iniciar una relación formal con la hija adoptada por ambos. Aquello enervó a Sinatra que decidió vengarse de Allen, mandando a la mafia en su contra para asesinarlo. Afortunadamente, la cosa no fue a mayores, pues la impunidad de la mafia no era la misma que años atrás.

Aunque nada de esto fue nunca reconocido por el propio Frank Sinatra, no son pocos los testimonios anónimos y no tanto, que han ido relatando en entrevistas, biografías, documentales y libros de todo tipo estas experiencias que desvelan el lado oscuro de “La Voz”. Incluso siendo requerido por la justicia en 1972 por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, para justificar esas conexiones con la mafia, que el propio Sinatra jamás se preocupó en disimular ni ocultar ante la opinión pública.

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