El vestido de bodas encantado de Anne Baker.

Anne Baker fue una joven de familia adinerada de Pennsylvania (Estados Unidos). En 1849 Anne Baker era una joven casamentera que no encontraba el amor entre sus pretendientes más pudientes, hasta que un buen día encontró, por fin, el amor que tanto ansiaba, pero en alguien que nadie esperaba.


Un joven que trabajaba en la fundición propiedad de su padre, fue quién robó el corazón de Anne Baker. Los dos se enamoraron perdidamente hasta el punto de comprometerse en secreto. Los preparativos de la boda se pusieron en marcha totalmente en secreto, ya que el padre de Anne no aceptaría nunca ese compromiso, por considerarlo un desprestigio para su hija y la familia.


Todo iba por buen camino, incluso Anne mandó confeccionarse un bonito vestido de bodas, hasta que su padre se enteró de su noviazgo y compromiso y lo anuló todo. El joven novio fue inmediatamente despedido y desterrado de la ciudad con la intención de hacerlo desaparecer por completo de la vida de Anne. Cuando Anne Baker se vio sola y con su sueño roto, cayó en una profunda depresión que la hizo prometer que jamás se casaría con nadie más, de hecho jamás lo hizo, muriendo soltera y con un gran sentimiento de rencor hacia su padre.

El vestido se convirtió en el objeto más valioso para Anne Baker, recuerdo de un amor injustamente roto. Ese vestido fue vendido a varias mujeres que se casaron con él, pero nunca ninguna se lo quedó por mucho tiempo, pues aseguraban que sucedían cosas extrañas con él.


Quienes lo tuvieron relataban que el vestido solía moverse solo, en una ocasión se dijo que tras una de las bodas se empezó a mover la misma noche de bodas, como si alguien se lo pusiera y bailara. Rápidamente se empezó a creer que aquel vestido estaba impregnado con el espíritu de Anne Baker, que intentaba vivir aquella experiencia que se le negó en vida.

El vestido fue investigado e incluso adquirido por el famoso matrimonio Warren, expertos investigadores de lo paranormal que se hicieron con él tras determinar que efectivamente estaba poseído por su primera propietaria Anne Baker. El vestido se podía y puede contemplar en el museo de los Warren que tenían en su casa, con diversos objetos misteriosos y extraños, obtenidos en sus múltiples investigaciones.

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