El fantasma del cartel de Hollywood.

Hay quién busca el éxito y lo encuentra, pero también hay quién fracasa en el intento. Eso es lo que le pasó en los años 30 a una jovencísima actriz, que soñaba con brillar en el cielo estrellado de Hollywood. 


Aunque poco o nada se conoce de su niñez, Peg Entwistle nació el 5 de febrero de 1905 en Gales, en el seno de una familia de actores. Siendo ella aún muy joven tuvo que afrontar la muerte de su madre, motivo por el que su padre decidió trasladarse junto a Peg y sus dos hermanos hasta Nueva York, donde su padre se establecería trabajando en Broadway y volvería a casarse. La familia de Peg volvería a vivir un momento traumático con la precipitada muerte de su padre, que sería arrollado por un camión. A partir de entonces los hermanos de Peg se marcharían a Los Ángeles a vivir con la familia de su tío, aunque Peg decidiría quedarse para continuar una carrera de actriz en Broadway, que a la edad de 17 años empezaba a despegar.

Peg Entwistle se convertiría rápidamente en una actriz codiciada, tras su debut en Hamlet. Su fama le permitiría conocer a otro actor destacado de la época como fue Robert Keith, diez años mayor que ella y con la que acabaría casándose. Su matrimonio no duraría demasiado ya Peg descubriría que Robert Keith le habría mentido sobre su pasado. Keith habría mantenido en secreto que antes de casarse con Peg, mantuvo una relación con una mujer con la que estuvo casado, fruto de la cual nacería un niño. Por ello, Peg decidiría separarse de su primer amor y continuar adelante. 


Como si de una terrible maldición se cerniera sobre todo aquel que hubiera tenido algo que ver con Peg Entwistle, ese hijo secreto de Robert Keith, llamado Brian Keith, se convertiría en un conocido actor de series de televisión que sería encontrado en 1997 muerto de un disparo, dos meses después de que su hija se suicidara.


Peg seguiría con su carrera protagonizando una nueva obra en Broadway en 1931, pero el Crack del 29 y la Gran Depresión que provocó toda aquella crisis económica, impidió que la gente acudiera al teatro, por lo que los teatros de Broadway sufrirían grandes perdidas. Ante esa situación y el auge del cine en sonoro, que empezaría a desbancar al obsoleto cine mudo de la época, Peg decidiría tomar un nuevo rumbo y trasladarse a California, concretamente a la creciente meca del cine mundial como era Hollywood, con el sueño de convertirse también en estrella de la gran pantalla.

Antes de dar su salto al cine Peg estrenaría obra de teatro en California en compañía de la actriz Billie Burke, que fue la bruja buena del norte en la mítica y premiada “El Mago de Oz” y un joven, y aún poco conocido, Humprey Bogart. Para aquel entonces Peg se alojaría junto a su tío y dos hermanos en Los Ángeles.

Por fin en 1932 le llegaría su gran oportunidad, los famosos estudios RKO la contratarían para formar parte de la película “Trece Mujeres”. Pero su estreno fue un rotundo fracaso, a lo que se sumaría que el estudio reduciría drásticamente su aparición en pantalla, algo que terminaría por hundirla emocionalmente. 


Durante aquel verano se presentaría a muchas audiciones, de las que no lograría conseguir el papel en ninguna. Aún conseguiría un papel en otra película, la segunda de su carrera, pero en el día de su estreno no sería invitada. Sus amigos y amigas le darían la espalda dejándola completamente sola, ya que ninguno de ellos podrían permitirse el lujo de que les vieran con una fracasada.

Acosada por las deudas y prácticamente arruinada, Peg aceptaría posar en top less para un anuncio de la época, tan solo por un puñado de pocos dólares. Su situación era extrema y ella se encontraba sumida en una terrible depresión. El 18 de septiembre de 1932, Peg se dirigiría hacía la cima del Monte Lee, donde aún hoy sigue el icónico cartel de Hollywood, o Hollywoodland que era lo que entonces se leía.


Peg agarró una escalera que pertenecía al guarda del lugar, que en ese momento estaba ausente y que guardaba cerca, y subió a lo alto de la letra H del cartel. Allí se quitaría cuidadosamente su abrigo, que dejaría bien doblado, dejando encima su cartera, tras eso Peg se lanzaría al vacío dando fin, de una manera casi poéticamente dramática, a sus sueños de triunfar en Hollywood.

A la mañana siguiente una mujer realizaría una llamada anónima a la policía, donde les relataría que tras pasear por el lugar, encontraría un abrigo tirado, zapatos de mujer y un bolso. Seguramente por miedo, la mujer decidió dejar aquellas pertenencias en la puerta de entrada de la comisaría de policía. Dos días después una pareja de policías descubrirían el cuerpo sin vida de Peg. Como si la actriz no hubiera sufrido suficiente en vida el olvido de todos, aquellos policías no lograrían identificarla, por lo que se decidiría publicar un anuncio en el periódico local de su hallazgo, a parte de su descripción y la nota de suicidio que Peg había dejado. Su tío se enteró entonces del trágico final de su sobrina y pudo identificarla. 


Sus últimas palabras registradas en su nota de suicidio rezarían: “Sé que soy una cobarde y de haber hecho esto antes, habría ahorrado muchas molestias”.

Desde entonces alrededor del cartel de Hollywood se suceden fenómenos extraños. Desde saltos de alarmas instaladas cerca para funcionar de noche, hasta apariciones fantasmales que se cruzan a plena luz del día con excursionistas y personas que tan solo pasean por allí. De hecho existen testimonios que aseguran cruzarse con una mujer joven, vestida con ropas que los testigos identifican de los años 30, caminando de forma errática que cuando se acercan a ella se desvanece frente a ellos. Algo común que muchos relatan, es el aroma a gardenias salido de la nada, un olor asociado al perfume de gardenias preferido de Peg en vida.

Un día después de su suicidio recibió una carta de Beverly Hills Playhouse ofreciéndole un papel protagonista en una obra de teatro, qué paradojas de la vida, tendría que haber interpretado a una joven mujer que al final de la obra se suicidaba. ¿Quién sabe si aquel trabajo hubiera hecho cambiar a Peg Entwistle?

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