El caso poltergeist de Xirivella.

En 1999 en la localidad valenciana de Xirivella, sucedió uno de los fenómenos paranormales más inquietantes y aterradores que puedas haber conocido. Como en otras ocasiones el origen reside en un peligroso juego, capaz de abrir peligrosas puertas.


Fueron cinco chavales los que en su instituto, convencieron a su profesor para que les permitiera utilizar material del centro y crear con chapa y soldaduras, una rudimentaria tabla de la güija. Su profesor no se negó en ningún momento, ya que consideraba todo aquello tonterías sin importancia. Durante varios días aquellos chicos se dedicaron a realizar varias sesiones en sus horas de recreo sin éxito, hasta un buen día algo sucedió.

En su última sesión algo pareció manifestarse, una entidad que generó voces y susurros imposibles, así como golpes llegados de la nada que hicieron levantarse a tan solo tres de los cinco chicos del susto que se llevaron. Acto seguido una extraña voz dijo una frase que en principio nadie entendió: “divide entre cinco”. Tras aquello los chicos se marcharon a la carrera de allí, incluso los dos que quedaron casi paralizados frente a aquella improvisada mesa, recuperaron la fuerza para huir de aquel lugar.

A partir de entonces sus vidas parecían no haber cambiado nada, los cinco continuaban normalmente aunque nunca hablaron con nadie del tema. Así siguieron tres meses hasta que llegó el mes de junio de 1990, mes en el que la casa de uno de los chicos que quedaron paralizados aquel día, empezaron a sucederse cosas extrañas e inexplicables. 

Pequeños golpes llamaron la atención del chaval, golpes que pasados los días eran más repetitivos y que también crecían en intensidad. Los objetos de las estanterías de su habitación comenzaban a moverse solos o se caían de ellas. Tan solo sucedían en su habitación por lo que cuando el chico intentaba llamar la atención de su familia, esta no le creía, hasta que los sucesos poltergeist empezaron a expandirse por la vivienda y afectar al resto de familiares de aquella casa.

Los golpes hacían retumbar las paredes, la cama del chico saltaba como si hubiera un potente terremoto o los objetos salían disparados de los estantes. En los momentos con más “calma” la familia escuchaba pasos que llegaban del piso de arriba donde nadie vivía, las cortinas se movían como si hubiera ráfagas de aire cuando las ventanas estaban cerradas y entonces llegaron las voces. Fueron varias distintas que parecían dirigirse a cualquiera que hubiera en ese momento. Una de esas voces se presentaba con el nombre de Satanás y anunció que aquello no terminaría nunca hasta que los chicos cerraran la comunicación abierta y les dejaran en paz. Fue entonces cuando el chaval que estaba sufriendo todos aquellos sucesos aterradores se dio cuenta del profundo error que cometieron, cuando se marcharon de aquel lugar sin cerrar aquella comunicación establecida con la güija.

La familia tras tres días atormentados quisieron que otros familiares acudieran a la vivienda, para que comprobaran por sí mismos que lo que estaban viviendo no eran imaginaciones suyas. Aquellos familiares quedaron completamente perplejos de lo que allí se sucedía. Fue entonces cuando la familia decidió traer a una sensitiva para que intentara ayudar, aunque tan solo lo empeoró todo. Tras entrar en trance y hablar con voces extrañas, la mujer aseguró que una entidad se había partido en cinco para atormentar a los chicos y quedarse con ellos, hasta que cerraran la comunicación que abrieron con ella. La sensitiva quedó tan derrotada y la familia aún más asustada, que solo les quedó llamar a la policía. La patrulla de policía llegó a visitar en dos ocasiones la vivienda, tomando declaraciones así como viviendo algunos de los fenómenos. Sus intervenciones quedaron plasmadas en dos informes, en los que reconocían que allí estaba sucediendo algo inexplicable.



Curiosamente pasados unos días los fenómenos remitieron casi de golpe. Tras aquello la familia decidió mudarse y cambiar de vida, aunque con el temor de que volvieran a sucederse en algún otro momento. En la actualidad en esa vivienda reside otra familia que asegura vivir tranquila y sin ningún tipo de suceso extraño. ¿Caso cerrado?.

Comentarios

  1. Si ves el informe policial los hechos ocurrieron en 1999 y no en 1990. Saludos de eltrasteromaldito.blogspot.com

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