Hollywood, un cartel con historia.

Uno de los iconos más impotentes que existen es el del cartel de Hollywood. Símbolo estadounidense de la meca del cine a nivel nacional e internacional, es conocido y casi venerado por lo que representa, pero no siempre significó lo que significa, ni fue como se le conoce hoy.

Situado justo en la ladera sur del Monte Lee, se ubica el cartel con las letras de Hollywood. Símbolo inequívoco del cine y el estrellato más mediático, se levantó hace casi 100 años, el 13 de julio de 1923, aunque para entonces su cometido era otro bien distinto. El promotor inmobiliario H.J. Whitley pensó que para anunciar la venta de unas promociones inmobiliarias en los terrenos colindantes al Monte Lee, sería interesante construir un gran cartel. Para ello convenció al dueño del periódico “Los Ángeles Times”, que también era buen amigo suyo, para que lo financiara. De hecho el nombre de Hollywoodland, que era el nombre de la urbanización que promocionaba, fue registrado por el mismo promotor años antes en 1887, gracias a la mujer de este que quedó prendada del nombre y el significado de la denominación Hollywood (madera o bosque de acebo). 


El cartel costó unos 21.000 dólares de la época y sus letras se construyeron con madera pintada en blanco, forrada por una chapa metálica también de color blanco, que sostenían a su vez 4.000 bombillas de 20 vatios que alumbraban el cartel en tres fases, la primera en la que se encendía “HOLLY”, la segunda “WOOD” y en la tercera “LAND”. El mensaje con el que se acompañaba el anuncio de la promoción fue: “ambiente excepcional y sin costes excesivos en la colina de Hollywood”. Cada una de las letras medía originalmente unos 15 metros de altura por unos 9 metros de ancho, sujetas por detrás por unos enormes postes de madera.


Pese a que la idea original fue mantenerlo activo por un corto período de tiempo, mientras se promocionaba y vendían las parcelas de la urbanización Hollywoodland, el auge del cine sonoro y de Hollywood como gran meca del cine internacional generó un peregrinaje cuasi masivo hasta el lugar, por parte de fans, curiosos y turistas que querían ver de cerca y fotografiarse junto al gran símbolo del cine del momento. Mientras el cartel vivía sus primeros grandes momentos de fama, paradójicamente también sufría un estado de dejadez y abandono que fue deteriorando su aspecto. 

Las bombillas fundidas y el mal estado del cartel, dejaron en evidencia su mal momento. A principios de los 40 un vigilante contratado para vigilar el cartel destruyó por accidente la parte superior de la letra H. Tal personaje iba conduciendo ebrio por la cima de la colina, cuando él y su vehículo se precipitaron colina abajo arrollando parte de esa letra H. El vigilante salió vivito y coleando, no se pudo decir lo mismo de su Ford A y de la propia letra H

Fue entonces cuando se decidió tomar cartas en el asunto con un cartel que representaba tantísimo para la industria del cine. En 1949 la Cámara de Comercio firmó un contrato con el Departamento de Parques y Jardines, para que se hicieran cargo de la reparación y reforma del cartel. Con ello se pretendía revitalizar la figura del cartel para que estuviera a la altura del glamour de Hollywood. En parte de ese acuerdo se estableció que la terminación “LAND” desapareciera, pues no representaba a todo el municipio y, a cambio de todo ello, Parques y Jardines logró que la responsabilidad y mantenimiento de la iluminación del cartel corriera a cargo de la Cámara de Comercio. Esto último provocó una decisión casi drástica que llevó a la eliminación de toda iluminación del cartel.

Todos los acuerdos alcanzados dieron un nuevo aire al cartel, pero con el tiempo la cruda realidad fue saliendo a la luz. Nadie se ocupaba activamente o seriamente de un cartel que volvió a deteriorarse visiblemente. Tanto como cuando dos de sus tres letras O sufrieron percances vergonzantes. Una de las letras O perdió su mitad superior quedando en su lugar una U más pequeña que las demás letras, mientras que la otra se cayó por completo. La imagen que podía divisarse del cartel era por tanto triste y decadente (HuLLYWO D), muy poco a la altura de la época dorada que vivía Hollywood.


Llegada la década de los 70 el cartel llegó a su nivel más ruinoso, por lo que, de nuevo, la Cámara de Comercio, inició una campaña para recaudar fondos con la intención de, directamente, derruir y volver a construir un nuevo cartel mejor y más duradero.


Nueve celebridades de Hollywood donaron la cantidad de 27.700 dólares, con los que se consiguió levantar un nuevo cártel de unos 13,7 metros de altura y entre 9 y 12 metros de ancho, con letras de acero que evitarían los constantes problemas de la antiguas de madera pintada. Su re-inauguración fue televisada el 14 de noviembre del 78, aprovechando el 75º aniversario del cartel, con una audiencia de unos 60 millones de espectadores, ahí era nada.

A partir de entonces el cartel de Hollywood obtendría, por fin, los cuidados y estatus que tanto merecía. Se iluminó correctamente con grandes focos que le otorgaban esa majestuosidad que hoy tiene, se le dotó de medidas de seguridad para salvaguardarlo de curiosos inoportunos y vándalos, además de con los años, instalarle cámaras y sistemas de alarma que lo protegían como uno de los mejores tesoros del séptimo arte.

En 2005 se acometió una última restauración para evitar que sus letras perdieran ese brillo y esplendor que tenían. Se lijaron hasta que tuvieron un aspecto metalizado y se volvieron a pintar de blanco. También en 2005 el cartel original fue subastado y vendido a través del portal eBay.

Pues ya ves que el cartel de Hollywood que tanto glamour y esplendor se le suponía desde sus inicios, no siempre fue como lo pensábamos. También tuvo una historia que bien merece conocerse, además de alguna historia sorprendente que ya publicaré más adelante.


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