Eterno, el ocaso del héroe (Capítulo 5-FINAL)

CAPÍTULO 5: El fin de una era.

En un instante quedaron Héroe y Villano solos frente a frente en aquel lugar abierto del centro de la ciudad. La lluvia caía incesante en mitad de un cielo casi negro y un aire molesto. Parecía que la tensión no dejaba de incrementar, como si de alguna manera se escanearan mutuamente buscando alguna debilidad a la que atacar primero, cuando todo se desencadenó. Como si estuviera empujado por el viento nuestro Héroe voló a gran velocidad contra aquel Villano, golpeando su cara con un golpe que retumbó en los alrededores. A partir de ahí los dos comenzaron a repartirse todo tipo de golpes violentos. A cada uno de ellos los cristales de los alrededores amenazaban con romperse. Nuestro Héroe se empleaba a fondo como nunca lo había hecho, ni necesitado, ya que jamás había tenido que afrontar tal amenaza. 

Con cada puño que golpeaba, cada patada que asestaba, todas sus articulaciones se resentían. Si, era un ser extraordinario, podríamos decir que casi era un semidiós con gran fuerza y habilidades, pero al fin y al cabo un hombre al borde de su retirada. En cambio su rival parecía encajar de forma diferente todos aquellos ataques. Cuando golpeaba parecía hacerlo con más fuerza que él, cuando los recibía parecía resistirlos mejor que él, no obstante era mucho más joven y su evidente rabia le llevaba a ser mucho más violento, pero también más precipitado en sus esfuerzos. El crujir de huesos de Eterno era preocupante cada vez que aquel Villano le golpeaba, era como si lo resquebrajara poco a poco y él eso lo sentía.

Ya llevaban un buen rato luchando ante la atenta y preocupada mirada del mundo. Eterno sangraba, no lo hacía desde que prácticamente era un niño. Aquel intenso y agudo dolor tampoco lo había experimentado desde hacía mucho tiempo. Todo aquello era nuevo y en su interior sabía que, tal vez, no le llegaba en su mejor momento. De repente hubo como un pequeño alto el fuego, como un respiro que sin ser pactado surgió porqué ninguno de los dos era capaz de seguir ese ritmo. Los dos respiraban aceleradamente, sus corazones trabajaban como si de una locomotora se tratara. Aquel Villano permanecía medio agachado con las manos en sus rodillas, escupiendo sangre y dientes, mientras tosía derramando más y más sangre, a la vez que su pecho no hacía más que expandirse hasta el extremo, como si el aire que inhalaba no fuera suficiente. Por su parte nuestro Héroe intentaba recuperar fuerzas con una rodilla en el suelo. Sangraba demasiado, tanto que tenía, por dentro de la máscara, la cara totalmente encharcada de rojo, algo que le impedía poder ver a través de ella. Se sentía incómodo, por lo que necesitaba hacer algo, así que ante el asombro del mundo se sacó la máscara y levantó la cara mirando al cielo, como buscando el alivio de la lluvia en su rostro. Sabía que aquello era arriesgado y que posiblemente marcaría el resto de su existencia, si lograba salir de aquella, pero necesitaba aliviar esa molestia que le impedía seguir combatiendo de tú a tú. Los dos tenían a esas alturas las caras desfiguradas de la fuerza de cada golpe. Eso y la sangre que no dejaba de brotar de todas las heridas abiertas en cabeza y cara, le permitía a nuestro Héroe seguir ocultando su verdadera identidad.

- No esperaba que un viejo oxidado pudiera resistir tanto... tienes mis respetos Eterno, pero acabaré contigo y luego con esta maldita y asquerosa ciudad. ¡LO JURO!
- Mientras siga respirando, seguiré impidiéndotelo. Pero... te doy una última oportunidad, redímete de tus pecados... y entrégate. Me comprometo a ayudarte... y... mostrarte cómo utilizar ese don que tienes, para algo bueno...
- ¡CALLA! ¡Me lo quitaron todo!... y a todos... ¡NO ME QUEDA NADA Y ESO ES POR CULPA DE ESTA MALDITA CIUDAD!

Aquel Villano tenía los ojos literalmente inyectados en sangre mientras gritaba a Eterno. Ahí es donde nuestro Héroe comprendió que no podría recuperar a aquel chico, que en algún momento de su vida se había perdido por completo, por lo que debía terminar de una vez por todas con aquella situación. La suerte pareció querer aliarse con nuestro Héroe en ese preciso instante, pues un rayo, bastante cercano, iluminó todo el lugar cegando al Villano. Aquello lo aprovechó en cuestión de segundos Eterno para reunir todas las fuerzas posibles que le quedaban y lanzarse contra él, asestándole un golpe brutal y mortal en mitad del cuello. El momento del golpe fue acompañado por el terrible estruendo del trueno que seguía al rayo, le había fracturado ese pequeño hueso del cuello y entonces aquel Villano empezó a debatirse entre la vida y la muerte. Tumbado boca arriba en el suelo se ahogaba debido a esa fractura y el agua y la sangre que se le empezaban a acumular en su boca. Eterno, con gran dificultad y la sangre de su cuerpo filtrándose por su traje, se acercó a él postrando una rodilla en el suelo mientras contemplaba esa angustiosa escena.

- Lo siento... jamás deseé algo así. Espero que sepas perdonar.

Y entonces con un golpe brutal en pleno cráneo, lo reventó por completo, acabando definitivamente con la vida de ese Villano.

La lluvia no dejaba de caer, solo se escuchaban las gotas golpear contra el suelo. Y allí estaba nuestro Héroe, inmóvil al lado de ese cuerpo que ahora tapaban los harapos que fueron esa improvisada capa, de alguna manera velándolo solemnemente. La puerta del palacio del Ayuntamiento se abrió de par en par y de ella salió la Comisaria corriendo directa hacia Eterno.

- ¡Eterno!, ¿estás bien?
- No quiero que nadie toque este cuerpo. Yo mismo me encargaré de darle un entierro digno, allí donde jamás pueda ser molestado. Si tiene familia, darles apoyo si fuera necesario.
- De... de acuerdo. ¿Que hay de ti?
- ¿De mi? Volví cuando más me habéis necesitado y volveré a marcharme. Esta ciudad a vivido demasiado tiempo acomodada bajo mi protección. Eso debe cambiar.
- Pero ¿a donde irás?
- Confío en ti, igual que hice en su momento con el Comisario. Solo necesito una nueva identidad y solo tú la conocerás. Voy a retomar una vida que abandoné una vez... tal vez sea tarde, pero ahora entiendo que lo necesito.
- ¿Que pasará si te volvemos a necesitar?
- Cuando de verdad me necesitéis allí estaré. Cuando otro como yo vuelva para haceros daño, allí estaré, pero ahora más que nunca se que no soy eterno... debéis aprender a cuidaros, luchar por vuestra cuenta y a ser mejores cada día, pues lo contrario resulta en esto...

La policía empezaba a agolparse alrededor de Eterno y la Comisaria, que ordenaba a sus hombres y mujeres que no movieran un pelo contra el Héroe. Eterno se enfundó de nuevo su maltrecha máscara y se cargó el cuerpo de ese chico al hombro, para salir disparado hacía las nubes grises desapareciendo entre ellas.

A día de hoy nadie conoce que se hizo de su entonces gran Héroe. Las cosas han cambiado un poco, pero el peligro de volver a caer en los mismos errores sigue existiendo. La Comisaria, único enlace vivo con Eterno, gana una influencia mayor y crea una agencia con la que poder detectar nuevas personas extraordinarias y ayudarlas, si fuera el caso, a tomar el camino correcto. No es fácil y por el momento no hay resultados, pero puede que este momento de la historia sea uno de esos en los que vayamos a convivir con varios Héroes... o Villanos y para eso, es posible que nunca estemos preparados.

FIN.

Comentarios