El día en el que murió la música.

El compositor y cantante norteamericano Don McLean escribió y lanzó al mundo en 1971 una de sus canciones Folk Rock más conocidas, American Pie. Pese a que él mismo nunca quiso explicar el motivo de la letra, dejando su interpretación a quién la escuchara, muchos interpretaron en algunos momentos de la misma, claras referencias a un día aciago para la música, el “Día en el que murió la música”. Aquel día es una fecha grabada a fuego entre los fans del Rock & Roll, la del 03 de febrero de 1959, cuando tres jóvenes y prometedores cantantes de un incipiente y cada vez más consolidado género musical como era el Rock & Roll, morirían en un trágico accidente aéreo.


Justo por aquellas fechas varios músicos se unieron en una dura, agotadora y estresante gira que les llevarían por 24 ciudades de Estados Unidos y que les permitiría darse a conocer mejor por buena parte del país, además de ganar un buen dinero. De entre ellos destacaban Buddy Holly de 22 años y que ya cargaba con dos discos a sus espaldas y varios éxitos.


Ritchie Valens de 17 años que tan solo había iniciado 8 meses atrás su prometedora carrera musical en solitario con dos grandes éxitos lanzados como La Bamba o Donna. 


Jiles Perry Richardson, conocido artísticamente como The Big Bopper, de 28 años de edad y que al igual que Valens había iniciado su carrera musical poco tiempo antes, tras haber trabajado como Dj durante bastante tiempo en una cadena de radio.


A ellos se les sumaban los miembros de sus bandas, los productores de la gira, operarios de montaje y otro grupo musical, en una gira que pretendía ir de ciudad en ciudad por carretera con un autocar que debido al intenso frío que se vivió aquel invierno, tuvo muchos problemas de funcionamiento.

Cada vez que reanudaban el viaje el autocar que llevaba a todos los integrantes acababa detenido en algún punto kilométrico del camino averiado. El problema era tal que incluso el sistema de calefacción estuvo estropeado, provocando que muchos sufrieran las inclemencias del frío durante el viaje, incluso se tuvo que ingresar de urgencias a uno de los bajistas por congelación de los pies. Un día en el que vieron que no llegaban a tiempo a su siguiente ciudad por culpa de las averías, llamaron a las oficinas de los organizadores de la gira para confirmar que al día siguiente tenían libre, tal y como marcaba su calendario. Pero se encontraron que los organizadores ya les habían buscado otro bolo extra en otra ciudad. Aquello indigno a los músicos que no aguantaban más aquellas condiciones.

Buddy Holly decidió contratar una avioneta que le llevaría a él y dos personas más a la siguiente ciudad, arto por completo de aquel caótico viaje. Para ello contrató los servicios de Roger Peterson, un joven piloto de 21 años, al que pagó 36 dólares por cabeza a cambio de que les llevara en una avioneta modelo Beechcraft Bonanza, hasta su próximo destino. Con él iban a viajar los miembros de su banda Waylon Jennings y Tommy Allsup, pero The Big Bopper, aquejado de una gripe, pidió a Jennings que le cediera su billete para poder llegar antes e ir al médico, a lo que Jennings accedió sin problemas. Valens, que no había viajado nunca en avioneta, hizo lo propio a Allsup con la intención de vivir esa nueva experiencia. Para ello Valens y Allsup se jugaron a suertes lanzando una moneda al aire su asiento en la avioneta. La suerte cayó de lado de Valens que entonces subió a la avioneta. Holly al ver que tampoco Allsup iba a viajar con él bromeó diciéndole: “Espero que ese viejo autobús se congelé” a lo que Allsup respondió con otro: “Bueno, yo espero que tú avión se estrelle”. Los dos entonces se despidieron entre risas y la avioneta despegó con los tres músicos a bordo.

Horas más tarde se perdió todo contacto con la avioneta de Holly, Valens y The Big Bopper que tras no tener constancia de su paradero, se dio la alarma que movilizó a las autoridades. La avioneta o más bien los restos de ella, fue localizada en un campo de maíz de Clair Lake en Iowa. El piloto se encontró dentro de la misma, atrapado entre el amasijo de hierros en el que se convirtió aquella avioneta. Los cuerpos de los otros tres cantantes fueron encontrados unos metros más alejados de los restos del aparato. Aquel 03 de febrero de 1959 corrió como la pólvora la noticia de la muerte de Holly, Valens y The Big Bopper que hizo llorar a millones de personas que no acaban de entender los motivos de aquel fatídico accidente.


Las autoridades aéreas competentes que investigaron el accidente, determinaron que la culpa del mismo fue del piloto, un piloto inexperto que tuvo que pilotar en mitad de un mal tiempo y que, además, se argumentó que no estaba familiarizado con el tipo de giroscopio de la aeronave, el cual pudo interpretar de forma incorrecta y fatal para todos los que viajaban. Pero el misterio sobre este accidente llegó meses más tarde, cuando se encontró cerca de donde se encontraron los restos de la avioneta, un arma de fuego del calibre 22 y que supuestamente estaba registrada a nombre de Buddy Holly. Fue entonces cuando las dudas e hipótesis del accidente empezaron a virar hacía un problema más grabe que pudo haber sucedido minutos antes del accidente.

¿Un fatal error de pilotaje o una discusión entre los cantantes con arma de fuego? Lo cierto es que las autopsias a los cuerpos no arrojaron nada que invitara a pensar en la segunda hipótesis, tampoco nada totalmente firme que llevara a pensar en la primera y principal, ya que para entonces las cajas negras no se instalaban en ese tipo de aviones. Lo que sucedió en aquel vuelo y que segó la vida de tres jóvenes y prometedores cantantes, que comenzaban a abanderar un Rock & Roll que cada vez más ganaba mayor peso en la sociedad, será por siempre un misterio y un día triste para el mundo de la música, que pese a ello afortunadamente no representó su muerte.

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