La evolución de los zombies en el cine.

Desde la que se considera la primera aparición de zombies en la gran pantalla con "White Zombie" en 1932, hasta por ejemplo "Guerra Mundial Z" de 2013 pasando entre medias y posteriormente entre otras tantas, el género zombie ha cambiado varios conceptos que las nuevas generaciones consideran ahora como básico. ¿Pero cuales fueron aquellos primeros zombies que aterrorizaban entrados el siglo XX y su posterior evolución?


Cuando en 1932 se estrenó "White Zombie" el guión tomaba de ejemplo la leyenda haitiana que habla sobre como a base de rituales de budú, se consigue zombificar a personas. Algo así como "embrujar"o hipnotizar a personas para que hagan cualquier cosa, dominadas por un maestro budú que los esclaviza. El aspecto de esos zombies era el de personas normales, pero con miradas perdidas, como faltos de vida y gestos lentos y toscos. Estos solo obedecían ciegamente a su amo que los controlaba por completo.


Durante tres décadas esas películas aterrorizaban a las personas que se atrevían a pasar una noche de miedo frente a su televisor, eran otros tiempos. Hasta que llegó uno de los títulos que rápidamente transformaron el género zombie hasta convertirlo en lo que hoy muchos lo reconocemos. 1968 sería ese gran año en el que, de la mano del mítico George Romero, se estrenaría “La noche de los muertos vivientes”. Esta película marcó un claro antes y después en como mostrar a esos monstruos, siendo esta vez muertos levantados de sus tumbas. Romero dejaba de lado la magia budú y entraba en el misterio por el que los muertos se levantan de sus tumbas. En esta ocasión una posible misión de exploración espacial de vuelta de Venus, se argumentaría como la causante de aquel incidente global, aunque más tarde se introducirían en entregas posteriores influenciadas por esta, elementos como programas de investigación militar que salen mal, accidentes biológicos e incluso magia negra. A partir de entonces la apariencia de esos zombies cambiaría, pasando a descubrirlos como muertos que caminan de forma errática y lenta, con caras pálidas, ojeras negras y en ocasiones manchados de sangre. Además desde entonces a los zombies se les despierta un apetito caníbal insaciable, siendo los cerebros su plato preferido. También descubriríamos que solo se puede acabar con ellos de un disparo o fuerte golpe en la cabeza que les dañe el cerebro.


Romero revolucionó el concepto zombie llevándolo a un campo a un más inquietante y aterrador que el inicial. Aquello crearía escuela y tanto él como otros tantos influenciados por su curiosa visión de Los Muertos Vivientes, acabarían dándole otra vuelta de tuerca más para aterrar más si cabe al público desde los 70 hasta los 90. Aprovechando los avances en maquillaje y la demanda de cine gore, ahora los zombies que se levantaban literalmente de sus tumbas eran cuerpos en avanzado estado de descomposición o visiblemente dañados por un ataque que los convirtió, que atacaban a todo aquel que se cruzaba ante ellos contagiándolos sin remedio. En esas películas se exploraba el auténtico apocalipsis zombie que terminaba con el orden y la seguridad de los pueblos y ciudades, obligando a reducidos grupos (en ocasiones variopintos) de personas a sobrevivir huyendo constantemente. En ellas esos zombies erráticos lo continúan siendo, pero esta vez con aspectos más aterradores y capaces de sorprendernos con alguna que otra carrera un tanto forzada.


Y llegaron los 2000 y con ellos alguien debió pensar que el género debía adaptarse a los nuevos tiempos, dar más miedo y sensación de no poder escapar fácilmente de esas criaturas infernales. La película que más abanderó este cambio en varios sentidos fue la británica “28 días después” (2002), del conocido director Danny Boyle. En ella se introduce no solo un nuevo argumento del motivo del apocalipsis zombie, provocado en este caso por la experimentación en animales que sale mal y que nos lleva al contagio rápido de un nuevo virus de la rabia, que convierte a todo aquel que es atacado, mordido o que entra en contacto con cualquier fluido del infectado, en un nuevo, fuerte, veloz y letal zombie llevado por una rabia extrema y violenta. A partir de ese momento el genero zombie volvió a cambiar y ahora todos los muertos vivientes ya no se levantan de sus tumbas con gran esfuerzo, moviéndose o arrastrándose lentamente hasta sus víctimas, para convertirse en seres que eran transformados casi al instante, tremendamente veloces, fuertes y con patrones de comportamiento propios de mentes colectivas e incluso, en ocasiones, de individuos inteligentes con macabros objetivos que persiguen incansablemente. Este tipo de zombie jugaba a hacernos creer o dudar sobre si realmente eran muertos irreversibles o, simplemente, infectados a la espera de una cura.


Desde entonces hemos vivido zombies entre lo clásico con toques de velocistas y humor como en “Bienvenidos a Zombieland” (2009),


pasando por auténticas, peligrosas y descontroladísimas hordas de infectados que avanzan imparables como en “Guerra Mundial Z” (2013),



extrañas mutaciones provocadas por virus o catástrofes nucleares, que convierten a la gente en seres nocturnos aterradores medio animales, super evolucionados para la caza con aspecto humano como en “Soy Leyenda” (2007) o "Extinción" (2015),



hasta de nuevo zombies clásicos, algo lentos, de aspecto muy descompuesto que amplían su menú caníbal más allá de los cerebros como en “The Walking Dead” (2010) o “El Amanecer de los Muertos” (2004).


Incluso zombies convertidos a través de señales de teléfono móvil como en la adaptación al cine de la novela de Stephen King “Cell (Conexión mortal)” (2016)


o medio vampiros medio zombies como en “Blade 2” (2002), entre otros ejemplos que podemos encontrar en el cine de las últimas décadas.


Zombies en ocasiones alejados de ese aspecto y características que teníamos muchos asimilados del zombie tradicional, que hoy forman parte habitual del género.

Comentarios

  1. La verdad es que a lo largo de la historia del cine, los zombies han cambiado mucho.
    A mi me encantaban cuando eran unos empanados he iban despacio pero llegaban a todas partes jajajaja.

    Un saludo!

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    Respuestas
    1. Estoy contigo. Lo cierto es que aunque siempre pensé que quienes se dejaban atrapar por esos lentos zombies, poco menos que eran algo torpes, porque siempre imaginaba lo relativamente sencillo que podría ser escapar de uno o unos pocos. Aún así, he de reconocer algo, no fue hasta el estreno de “Bienvenidos a Zombieland” que no empecé a superar mi trauma con las pelis de zombies que me llevaban incluso a revolver el estómago. Por muy tonta que fuera, no lograba aguantar la entre asquerosa y aterradora situación que un muerto viviente medio descompuesto pudiera devorar a una persona. Recuerdo pasarlo tremendamente mal con el estómago dando vueltas, con “El regreso de los muertos vivientes” y “El amanecer de los muertos” Y aún así me provocaban mucho interés. Por suerte esa etapa está superada y puedo aguantar cualquier película sin exclamar aquello de: ¿dónde co... me he metido? No puedo, ¡Me he equivocado de peli! Jaja ¡gracias por comentar!

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