El misterio resuelto del Payaso Asesino.

A las 10:45 de la mañana del 26 de mayo de 1990, en el acomodado barrio de Aero Club, en la localidad de Wellington, situado en el condado de Palm Beach (Florida), se produjo uno de los crímenes más misteriosos de los últimos 30 años en Estados Unidos, sin resolver hasta no hace mucho. Un caso que siempre llamó mi atención y que la justicia por fin logró hacerse valer.

Marlene Warren se encontraba en su casa junto a su hijo mayor, fruto de su primer matrimonio. Su entonces marido, Michael Warren, estaba en uno de los concesionarios que tenían en propiedad trabajando, cuando alguien tocó el timbre de la puerta. Al abrir, Marlene se encontró de frente con una persona disfrazada y pintada como un payaso que portaba un ramo de flores y dos globos, uno de blancanieves y el otro con el mensaje: “Eres la mejor”. Aquel payaso estuvo unos segundos parado frente a ella sin articular palabra alguna, Marlene debió quedarse igualmente parada sin saber como reaccionar por la sorpresa y desconcierto de la situación. En ese instante el payaso le entregó el ramos y los globos a Marlene, que sin posibilidad a reacción vio como de entre el traje, aquel payaso se sacaba una pistola que le disparó directamente a la cara. Tras el sonoro disparo, su hijo acudió corriendo a la entrada donde se encontró a su madre tendida en el suelo en mitad de un charco de sangre, mientras presenciaba la huida del asesino en un Chrysler LeBaron de color blanco a gran velocidad.


A partir de entonces aquel caso se convirtió en uno de los más mediáticos del momento, mediático y misterioso. Curiosamente en la historia criminal del país norteamericano, no era la primera ocasión en la que alguien disfrazado de payaso cometía un delito que causaba revuelo. Desde secuestros de niños, asesinatos, robos, agresiones... en la historia contemporánea existen diferentes casos, muchos de ellos no resueltos. Pero este causó bastante revuelo por como se produjo y por el testimonio del propio hijo que casi presenció el asesinato de su madre, viendo como escapaba sin remedio el culpable. Rápidamente la policía se puso manos a la obra dispuesta a investigar lo sucedido y dar con la o las personas responsables. Para ello se tomó declaración a varios vecinos que aseguraron haber visto salir a la fuga el vehículo, que pocos días después la policía descubriría abandonado. Del vehículo extraerían una serie de pruebas, pelos del mismo color de la peluca del payaso, que podrían demostrar que aquel fue el Chrysler LeBaron Blanco utilizado en la huida. También lograron localizar el lugar donde aquellos globos y disfraz fueron adquiridos. El vendedor de aquel establecimiento aseguró reconocer a una mujer, que de forma fría y seria adquirió aquellos artículos de fiesta.


Tras meses de investigación no se logró concretar nada más allá de sospechas. Sospechas que recaían en Michael Warren y en una de las trabajadoras del concesionario. Según la familia de Marlene, ella sospechó desde hacía tiempo que su marido le era infiel con alguien del trabajo, concretamente sus miradas recaían sobre Sheila Keen. El vendedor de la tienda donde se adquirió el disfraz identificó a Sheila e incluso vecinos de esta, situaron en varías ocasiones a Michael Warren entrando y saliendo del apartamento de la sospechosa. Muy probablemente el móvil del asesinato pudo haber sido el sentimental y económico, pues el matrimonio tenía varios seguros de vida millonarios. Aún así seguía siendo muy complicado incriminar a los dos principales sospechosos del crimen por falta de pruebas, algo que impedía a la fiscalía llevar a cabo una acusación solvente. Lo que no logró Michael Warren fue evitar su ingreso en prisión, por un motivo bien distinto, pues fue juzgado y condenado por 43 cargos delictivos de corrupción en su ámbito profesional, además de pertenencia a agrupación criminal que le llevó a estar entre rejas del 92 al 94. Todo ello a consecuencia de la investigación llevada a cabo por la policía, que destapó de forma colateral toda una serie de amaños en cuentakilómetros y diversas corruptelas en sus empresas.

El misterioso asesinato de Marlene Warren a manos de una persona disfrazada de payaso, se convirtió rápidamente en un misterio que acrecentaba ese temor a los payasos, por parte de muchos, y que además generó numerosas hipótesis al respecto. Una de ellas y que fue de las más apoyadas fue la del ajuste de cuentas por parte de la mafia. Hoy afortunadamente para la familia y la sociedad norteamericana, se puede confirmar que este misterio está por fin resuelto.

Pese a que hoy en día realizar pruebas de adn están a la orden del día para resolver diferentes crímenes, en los años 90 aún era una técnica poco extendida y complicada, no al alcance de cualquier investigación. En 2014 la oficina del Sheriff del condado recibió una generosa inyección económica que le permitió reabrir antiguos casos sin resolver, estando el del asesinato de Marlene Warren entre ellos. Aprovechando una serie de pruebas biológicas archivadas y obtenidas en el vehículo utilizado en la fuga, se inició un análisis de adn que pudiera poner luz entre las sombras. De hecho, aquel vehículo fue robado tras ser alquilado por una pareja que al devolverlo, se equivocaron y lo hicieron en la empresa de Michael Warren, al confundir los logos de las empresas que eran parecidos. Por lo visto nadie les advirtió del error y solo les indicaron donde dejarlo aparcado. Al día siguiente ese vehículo había desaparecido. Gracias al análisis de adn se pudo demostrar que la culpable y quién apretó fríamente el gatillo fue Sheila Keen, o como ahora se apellidaba Sheila Warren o Debbie Warren, como la conocían en el nuevo barrio donde vivían casados desde 2002. Sheila fue detenida pidiéndose para ella una condena de pena de muerte. Tanto Sheila como Michael Warren niegan cualquier implicación en el crimen, aunque esta vez si, todas las pruebas les incriminen claramente.


Comentarios

  1. Ostras!! pues no tenía ni idea de este caso.
    De verdad que vaya sangre fría (y morro) el ir a matar a la mujer de tu amante para cobrar el seguro de vida.

    Claro que como bien dices... antes sin tanta prueba forense... pues más de uno se libró, pero estas cosas, por suerte son cada vez más fáciles de pillar.
    Muy buena entrada!!

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    Respuestas
    1. ¡Gracias Zhura! Hace tiempo que conocía el misterio que rodeaba al caso, que siempre me atrajo, pero al saber de que por fin se resolvió, me motivó a escribir sobre él. Lo que parecía un crimen perfecto, en realidad no lo fue, pues con los avances que hay hoy y las pruebas conservadas se pudo hacer, al menos, parte de justicia.

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