Gatos Negros ¿Superstición o realidad?

Los gatos son de esos animales domésticos que no dejan indiferente a nadie. Curiosamente los gatos, más en concreto los de color negro, provocan diversas supersticiones que algunos/as se toman muy en serio. ¿Cuales son los motivos y orígenes de ese mal fario?


Para empezar, lo justo es decir que pese a que mucha gente los “teme” al verlos cruzar, estos pobres animales no tienen culpa de que durante la historia de la humanidad, se les haya colgado el cartel de portadores de mala suerte. De hecho se cree que la relación entre la mala fortuna y los gatos negros proviene de muy antiguo.

En la antigua cultura egipcia se los consideraba Dioses. De hecho todos los gatos sin excepción eran venerados como auténticas deidades y tenerlos cerca, era motivo de buena fortuna. Incluso les consideraban seres muy especiales por esa habilidad de caer siempre sobre sus patas, por lo que fueron ellos los que les atribuyeron aquello de las siete vidas. Pero, ¿cuando empezó a torcerse la cosa? Todo indica que debió de ser durante la época medieval y, posiblemente, por culpa de la Inquisición. Ese absurdo movimiento que empezó a surgir allá por el siglo XII y que se encargaba de castigar y suprimir, de maneras terribles, la herejía en el seno de la Iglesia Católica y de todo buen católico. Pudo ser entonces cuando a los gatos negros se les empezó a asociar con las brujas y la brujería, hasta el punto de considerarlos la misma encarnación del mal. Tener un gato negro en casa podría suponer que sus dueños fueran acusados de brujería o de cometer actos diabólicos, motivo suficiente para ser juzgados y condenados a la hoguera.


A partir del siglo XVII es cuando a los gatos y en especial a los gatos negros, se les empezó a ver con mejores ojos, así como a tomar la costumbre de acogerlos como animales domésticos incluso en familias de clase alta. Aún así tantos siglos de creencias negativas no pudieron ser erradicados, por lo que ese estigma continúa hoy en día.

De todas formas aún queda pendiente averiguar de donde viene esa creencia o temor sobre ver cruzarse un gato negro y, puede que esa costumbre nos llegue de la misma China Imperial. Los chinos cuentan una curiosa leyenda que habla de Lyn Hi Tan, un Emperador Chino que tenía una hija a la que adoraba. Un buen día la mascota de su hija, un gato negro, se escapó y no había manera de agarrarlo, por lo que el Emperador mandó que todo aquel que se cruzara con el gato y no consiguiera rescatarlo, sería condenado a muerte. Por lo visto el Emperador Lyn Hi Tan cumplió la ley y aquello generó la leyenda por la cual cruzarse con un gato negro traía mala suerte.


Aún con todo la mala suerte no era así en todos los lugares y hay países e incluso profesiones que agradecen la presencia de gatos negros, como por ejemplo la de los marineros que creían que tener un gato negro abordo era motivo de buena suerte, aunque nadie podía pronunciar la palabra gato... Sus mujeres era costumbre que tuvieran un gato negro en casa mientras les esperaban, pues se creía que de esa manera protegían a sus maridos y favorecían que volvieran a casa.

Ya ves que los gatos negros se ganaron una mala fama injusta, aún así aunque luego nos riamos de según que costumbres, estoy seguro de que más de uno/a incluso se santigua al cruzarse con un gato negro.


Comentarios

  1. Yo tengo 2 gatas en casa, aunque ninguna de las dos es negra, pero la de mi madre si.
    y tengo que decir, que ninguna de las tres es digna de creerlas especiales por caer de pie, porque no lo hacen. no he visto en mi vida gatas mas patosas que esas, pero la mía... se lleva la palma. La pobre se da cada leche.... tatas que miramos a ver si tenía problemas de vista pero no, solamente es patosa jajajajja.

    Un abrazo!
    https://similocuramedeja.blogspot.com/

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Si quieres comentar, adelante, pero siempre con respeto. ¡Gracias!