Caga Tió, la tradición navideña.

En Catalunya existe una tradición arraigada a través de siglos de antigüedad. Fer cagar el Tió (Hacer cagar al Tió), es una tradición que también se practica en Andorra y algunos lugares de Aragón. La figura de ese simpático tronco a sufrido cambios que lo han humanizado con el paso de los años, pero lo que muchos posiblemente desconozcan, es que su origen radica en costumbres y tradiciones paganas pre-cristianas, con cierta conexión con otra de las tradiciones navideñas más seguidas y populares en medio mundo.


La iglesia Cristina nos ofrece una historia y origen más acorde con dicha fe, en la que unos pastores muy pobres, tras enterarse del nacimiento de Jesús, no pudieron regalar nada de valor al hijo de Dios, por lo que decidieron llevarle como presente un tronco para que pudieran hacer leña de él y calentarse durante las frías noches de invierno. De vuelta a casa, en una de sus paradas nocturnas, vieron como de la hoguera que habían encendido para calentarse, aparecieron de las brasas de aquellos troncos, alimentos que ayudaron a esos pastores a sobrellevar mejor su viaje de vuelta.

Y es que, antes de que el Cristianismo evangelizara a aquellos antiguos paganos y coincidiendo con la celebración del solsticio de invierno, una celebración Celta que daba la bienvenida al invierno, había quién veneraba un tronco dejándole incluso dulces y demás alimentos a sus pies. Con esta costumbre, se quería venerar al tronco que ofrecía calor a las familias durante el invierno. El hecho de decorar ese tronco y ponerle regalos alrededor del mismo, explicaría a su vez que el Caga Tió tendría su origen en el Árbol del Universo Celta, más conocido hoy en día como Árbol de Navidad. Los antiguos cuidaban y veneraban a ese tronco hasta el 25 de diciembre, cuando se disponían a quemarlo en la hoguera para que devolviera, en forma de calor, todos aquellos cuidados y respetos que se le habían ofrecido hasta entonces. Sus cenizas eran extendidas por el bosque, tras ser consumido por las llamas.


Con el tiempo, el folclore y la cultura a ido cambiando y en una clara intención de humanizar al tronco, para así acercarlo también más a los niños y niñas, se le pintan ojos y boca y, en el caso de Catalunya, se le coloca una barretina típica catalana como sombrero a la vez que se le abriga con una manta, para que no tenga frío y se le alimenta cada día. Aunque una de las curiosidades que más sorprenden a quienes no conocen esta tradición, es la de que los niños y niñas deban golpear el día de Navidad al Tió con bastones, para favorecer o ayudarle a que cague los presentes esperados. Esta práctica deriva de la acción de golpear con ramas secas los troncos de las hogueras, para avivar las brasas y conseguir que pudieran seguir ardiendo y calentando más tiempo. De igual forma, hoy en día ya no es necesario quemar el tronco tras las ofrendas obtenidas, en su lugar se prepara su vuelta al bosque.


Hasta aquí un poco sobre la historia de esta curiosa tradición navideña, que dejó hace ya mucho tiempo de representar una celebración en honor a la llegada del invierno, para pasar a ser una celebración más infantil que se enseña y se practica en muchos hogares catalanes, andorranos y aragoneses.

Comentarios

  1. Llevo muchos años viviendo en Cataluña, pero es una práctica que en mi casa no se ha puesto en marcha. Nosotros somos más de Papa Noel :-P

    Gracias por la historia, es muy curiosa.

    https://similocuramedeja.blogspot.com/

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