La desaparición de los hermanos Sodder.

Los Sodder eran una familia con raíces italianas. Habían llegado a Norteamérica muy jóvenes junto a sus padres en busca de un futuro mejor. George y Jennie se conocieron ya de adolescentes, les unía que los dos eran italianos llegados de niños junto a sus padres. Pronto entablaron una amistad que culminaría en un matrimonio que les daría diez hijos. George que era muy crítico con el régimen de Mussolini y rechazaba cualquier vinculación con la mafia italiana, trabajó muy duro para levantar y sacar a delante su negocio de transportes, hasta que llegó el 24 de diciembre de 1945, la noche en la que desaparecerían misteriosamente cinco de sus hijos.


Aquella noche todos dormían en la casa de los Sodder, tanto George y Jennie como sus nueve hijos. El mayor de ellos se había alistado al ejército y estaba movilizado por lo que no se encontraba en la casa aquella noche. Los padres dormían en la planta baja igual que cuatro de sus hijos y en la planta superior se encontraban sus otros cinco. En mitad de la noche sonó el teléfono, Jennie se despertó y fue a ver quién llamaba. Al descolgar una voz le contestó que se había equivocado. A Jennie le extrañó que la luz de la escalera estuviese encendida y que la puerta de entrada a casa no estuviera cerrada con llave, pero no le dio más vueltas al creer que pudo ser un descuido. Poco después de volver a la cama se escuchó un golpe en el piso superior y más tarde empezaron a oler a humo. La casa estaba ardiendo por la planta superior. Rápidamente George y Jennie se movieron para despertar a sus hijos en la planta baja y sacarlos de casa, pero los que dormían en la planta superior no contestaban a los gritos de su padre. Ante la imposibilidad de subir las escaleras bloqueadas por las llamas, George Sodder decidió salir al patio trasero para buscar una escalera que guardaba allí y trepar por fuera, pero la escalera no estaba, alguien la había robado. Acto seguido fue hasta uno de sus camiones con la intención de arrancarlo y acercarlo a la casa para luego subir encima de él, pero ninguno arrancaba. Poco después descubrirían que además la línea telefónica de la casa había sido cortada intencionadamente. La desesperación se hacía patente en unos padres incapaces de salvar a sus hijos de una casa devorada por las llamas.

La investigación de la policía no logró aportar nada y lo más extraño de todo, no fueron encontrados restos de ninguno de los cinco niños, algo imposible ya que aunque calcinados los bomberos y la policía deberían haber encontrado algo, sencillamente se desvanecieron con las llamas según el resultado de la investigación.


Destrozados los Sodder no comprendían que podía haber pasado hasta que empezaron a correr unos extraños rumores, concretamente el de una vecina que instantes antes de que las llamas acabaran con todo aseguraba haber presenciado como dos extrañas personas se alejaban del lugar en un coche donde viajaban los cinco hermanos. Días más tarde y con los padres volcados en buscar ayuda, contratar investigadores privados y llenar de carteles con las fotos de sus hijos las calles junto a mensajes de recompensa para quien aportara información del paradero de sus hijos, se supo que una mujer aseguró haber visto a cuatro de los cinco niños Sodder desaparecidos cerca de un hotel en Carolina del Sur, una semana después de los hechos caminando por allí acompañados de dos hombres y dos mujeres. 
Por lo visto la mujer intentó hablar con los niños que reconocía de las fotos publicadas pero los dos hombres, que tenían acento italiano, se negaron de forma agresiva a que pudieran hablar con ella.



Los Sodder se dejaron una fortuna en la búsqueda de sus hijos en contra de la recomendación de las autoridades que les aseguraban que habían muerto en el incendio, algo que los Sodder se negaron a creer debido a lo extraño como se produjo todo.

Hasta finales de la década de los 80 estuvieron buscando a sus hijos, hasta que la muerte sobrevino a Jennie y nadie más con fuerzas quedaba para buscar. Hoy en día el caso permanece cerrado desde los años 50, los mismos Sodder sostenían la hipótesis de que pudieran haber sido víctimas de una extorsión de la mafia por no querer unir su negocio a ella o que hubiera sido todo una represalia contra las duras críticas vertidas públicamente por George Sodder contra la dictadura italiana de Mussolini. Fuera lo que fuera lo cierto es que la desaparición de los hermanos Sodder sigue siendo un misterio dentro de la historia negra de Estados Unidos.



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