Hidratarse en verano con ¿agua fría o templada?

Con el verano llega inevitablemente el calor y con el calor la deshidratación. Si nos mantenemos bajo el sol lo recomendable es hidratarse constantemente, pero ¿que elegirías para beber e hidratarte? ¿Agua fría o templada? La verdad es que en épocas estivales pocos son los que no recurrimos en cualquier momento del día a un buen vaso de agua bien fresca para saciar nuestra sed. Pero ¿qué sucedería si con ese vaso de agua fría no estuvieras hidratándote correctamente?

El cuerpo humano es capaz de mantener una temperatura corporal constante haga frío o calor en el exterior. Cuando hace frío tiritamos para generar calor y cuando hace calor se pone en marcha la sudoración, para refrescar la temperatura acumulada de la piel. Un método sencillo e inteligente para mantener la temperatura que pese a todo no es del todo efectivo, ya que con la sudoración por ejemplo perdemos gran cantidad de líquidos que deben ser repuestos si no queremos enfrentarnos a un problema de salud.

Bajo el calor del verano seguro que de primeras nuestra elección para saciar nuestra sed es beber un poco de agua fría, cuanto más fresca mejor, pero lo cierto es que nuestro organismo digiere demasiado rápido ese agua a baja temperatura sin darnos oportunidad a destinarla a nuestra hidratación con lo que tampoco saciamos nuestra sed como deberíamos. Gran parte de ese agua es destinada a enfriar nuestra piel para de esa manera mantener la temperatura constante e idónea que requiere nuestro propio organismo. Por ello la hidratación es mucho menor que si nos bebemos un vaso de agua templada. De hecho con un trago de agua algo templada conseguimos una hidratación mayor, algo importante si llevamos un rato sudando, ya que se absorbe mucho mejor que el agua fría además de refrescarnos.

Por tanto beber agua fría al contrario de lo que la gente cree no sacia nuestra sed como si hace el agua templada. El agua fría da la sensación de saciar la sed puesto que dentro de la boca los sensores de la temperatura no se comportan igual que los que tenemos en la piel, en cambio la templada sacia nuestra sed mucho mejor por su mejor absorción por parte de nuestro cuerpo.

Si tuviste la duda y pese a beber agua fría seguiste con sed, ahora sabes el motivo. ¿Podrás sucumbir a la tentación de saciar tú sed con un buen vaso de agua fresca en verano?

Comentarios