Relatos Pandereta: La puerta del mal (cap.1)

CAPÍTULO 1:

Huyo de algo, corro y corro sin apenas detenerme ya que siento que algún tipo de peligro me persigue. Estoy en un callejón estrecho y oscuro, me tropiezo el suelo esta mojado, escucho un estruendo lo que sea que me persigue esta cerca, siento terror, el corazón me palpita a mil por hora y me falta el aire. Miro una vez más atrás pero no veo nada, vuelvo a girar la cabeza y algo me golpea en la cara con tremenda violencia, caigo al suelo y esa criatura se me hecha encima, cuando logro mirarla soy yo con un terrible aspecto... Me despierto totalmente empapado en sudor, me incorporo e intento tomar aire, busco en la mesita de noche la botella de agua y bebo sin parar hasta terminarla. Miro la hora y de nuevo son las 3:30 de la madrugada, otra noche más en vela, no se si podré resistir mucho más tiempo esta situación.

Llega la hora y salgo de casa, como hace ya unas semanas llego excesivamente pronto a la oficina donde trabajo. Hago tiempo paseando por los alrededores, hoy es un día importante ya que unos clientes vienen para que les convenza a invertir en nuestro proyecto. María y yo hemos trabajado muy duro y nada puede fallar. Veo llegar a María:
- ¡Hola Edu! ¿Que tal estas?
- Bueno ya sabes, esperando el momento.
- Te noto mal, ¿de nuevo las pesadillas?
- He perdido la cuenta de ellas.
- ¿Has podido dormir?
- Que va... algo de ejercicio, una ducha y hasta ahora.
- Bueno tu anímate, saquemos esto adelante y luego hablamos de tu problema, quiero presentarte a un buen amigo de mi padre que es psicólogo, estoy segura de que podrá ayudarte.
- De acuerdo, entremos, ganemos nuestro sueño y celebrémoslo.

Una vez dentro en la sala de reuniones iniciamos la presentación ante nuestros posibles inversores. María y yo trabajamos juntos desde que nos licenciamos como Ingenieros Arquitectónicos, diseñamos edificios eficientes con una clara tendencia de arquitectura moderna. Mantemos una relación de compañerismo, amistad y amor, tanto tiempo trabajando codo codo despertó algo más en nosotros que por ahora esta en fase inicial. Hoy unos potenciales inversores japoneses pueden ser nuestro trampolín para poder transformar en realidad nuestros bocetos y maquetas. La cosa parece que funciona y la exposición va por buen camino, hasta que todo se detiene por un instante y cambia. Sigo en la sala de reuniones pero estoy solo, la enorme mesa esta destrozada, las paredes manchadas de sangre y las ventanas rotas dejando ver una imagen dantesca de la ciudad que esta medio en ruinas y en llamas y el cielo está completamente rojo. Alguien golpea la puerta de la sala como si quisiera pedir permiso para pasar, en un primer momento no me atrevo a acercarme pero quién haya tras la puerta no deja de llamar. Me acerco lentamente, tomo aire y abro la puerta. Tras ella no hay nadie pero un viento muy caliente a entrado de golpe, miro atrás y de nuevo esa criatura aterradora que tiene mi aspecto, me agarra el brazo izquierdo por encima de la muñeca y empiezo a arder. En ese instante vuelvo a la realidad y grito de dolor, la gente me esta mirando perpleja, no resisto más y caigo de rodillas al suelo desmayado. Cuando recupero la conciencia estoy en una cama de hospital y a mi lado agarrándome la mano esta María:
- Por fin despiertas Edu, me diste un susto de muerte.
- ¿Que pasó con la reunión?
- Podríamos decir que han tenido un gesto de buena fe con nosotros y han decidido postponer la reunión para otro momento, tal vez tengamos que viajar a Japón, pero no debes preocuparte por ello ahora.
- ¡Dios! no puedo aguantar todo esto más.
- No me dijiste que también sufrías alucinaciones.
- Si, desde hace un tiempo no solo sufro pesadillas.
- No puedes dejarlo más tiempo, cuando salgas de aquí vamos a ver al amigo de mis padres para que te pueda ayudar.
- Eso espero...

Al día siguiente me dieron el alta y tal como me dijo María vamos a ver a su amigo. Llegamos a la consulta y nos atiende el doctor Roberto Milar:
- Buenos días, Soy el Doctor Milar especialista en psicología. María me ha explicado cual es su problema. Vamos a empezar para no demorarnos más. Me gustaría saber cual es esa figura que le aterra es sus pesadillas.
- Bueno... no se lo creerá pero me veo a mi mismo, siempre a sido así en mi infancia, en mi juventud, hasta hoy. Pero completamente diferente... Tengo aspecto terrorífico, la piel grisácea, con heridas profundas en la cara, los dientes podridos y el blanco de los ojos amarillos... Siempre fue muy extraño...
- Interesante y cuando se le aparece ¿le dice algo o hace algo?
- No, siempre termino despertando antes, creo que busca algo de mí pero no se el que. La última vez mi otro yo me agarró del brazo... lo más sorprendente es que luego en el hospital pude apreciar que tenía la marca de esa mano grabada a fuego.
Le enseñe la marca y el Doctor Milar no supo que decir. María también estaba allí por lo que solo podía alucinar con lo que estaba viendo. El Doctor Milar decidió llevar a cabo una sesión de hipnosis para ahondar más en mi personalidad y descifrar cual podía ser mi problema. Me preparo y empieza con la sesión mientras me habla con mis ojos vendados. Al poco rato pierdo la conciencia, solo recuerdo lo que quedó grabado en la grabadora utilizada para documentar la sesión:
- Eduardo, dime donde te encuentras actualmente.
- Estoy aquí en su despacho, pero... esto está totalmente vació, hay una ambiente muy cargado, algo se quema y de las paredes sale sangre, no sé...
- ¿Eduardo? ¿Eduardo? ¿Está bien? Siga conmigo Eduardo no se preocupe.
- ...
En ese momento en la grabadora solo se escucha mi respiración cada vez más intensa, hasta que una voz gutural emana de mi boca:
- Regocijaos, pues vuestro final está apunto de llegar.
Esa voz no es la mía, parece llegar desde lo más oscuro de mi ser. En ese momento el Doctor continua preguntando sin poder evitar un leve titubeo en su voz:
- ¿Quién eres? ¿Eduardo sigues ahí?
- Eduardo no está ahora mismo. Yo soy vuestro destructor, quién mancillará vuestros cuerpos, corromperá vuestro corazón y se alimentará de vuestras almas. ¡Regocijaos pues seréis testigos del final de vuestra existencia!
El despacho se llena de un fuerte olor a sangre mezclado con ceniza, fue entonces cuando el Doctor Milar no supo como proseguir y dio por concluida la sesión de hipnosis. Al despertar no recordaba absolutamente nada y al escuchar la grabación se me heló la sangre. Algo malo me pasa, algo muy malo que no logro entender.

Próximamente el segundo capítulo de "La puerta del mal"...

Comentarios