Relatos Pandereta: El mal amor de Lucas (Cap.2)

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CAPÍTULO 2:

Por fin llegó el lunes, mientras una parte de la ciudad maldecía volver al principio de la semana, Lucas se levantaba con ganas e ilusión. El día pasó y Lucas agarró la bicicleta y pedaleando más rápido que nunca se dirigió hacia el Pub de siempre. Allí estaban ya Pedro y Marcos tomando unas cervezas como siempre en la barra. Lucas se acercó a ellos y sin apenas saludarlos giró la cabeza hacía donde se encontraba el grupo de Miriam,
pero Miriam no estaba esa tarde. Lucas se volvió a sus amigos y sin explicarles nada de lo que sucedió, se resignó a continuar con su vida. Alguien golpeo la espalda de Lucas bruscamente, al girarse para ver que había ocurrido ahí estaba Miriam, al parecer volvía en ese momento de su trabajo con unas carpetas repletas de papeles que del golpe fueron a parar al suelo. Mientras ella se disculpaba insistentemente y se agachaba a recoger esos papeles, Lucas se levantó del taburete en el que estaba sentado y se agachó para ayudarla. En cuanto cruzaron sus miradas ella tartamudeaba y sonreía nerviosa, él no lograba articular palabra.

Durante esa semana volvieron a hablar, se separaban de sus grupos y entablaban pequeñas conversaciones. Pasadas unas pocas semanas esas conversaciones eran más largas e incluso unieron en un mismo grupo a sus amistades. Como si de adolescentes se tratara mensajeaban durante el día y se llamaban durante la noche antes de acostarse. Unas semanas más tarde Lucas y Miriam formalizaron su relación ante sus amigos y familias y a los dos años ya estaban comprometidos. Su historia de amor era digna de película. Se casaron y gracias a que Lucas consiguió encontrar un mejor empleo y Miriam ya trabajaba de periodista, pudieron emprender una vida juntos en una casa en las afueras de la ciudad. La vida les sonreía y Lucas ya ni recordaba aquella madrugada de locura.

Lucas ya tenía 35 años y su vida era estable e incluso habían hablado de tener un hijo, pero en ese momento empezó a tener ciertas dudas. Algo dentro de Lucas se apagaba. Lucas llegó a tener una aventura con otra mujer, fue entonces cuando entendió que su amor por Miriam había terminado. Después de aquello habló con Miriam y le pidió el divorcio. Miriam quedó desolada, el amor que sentía por Lucas era enorme y no quería hacerse a la idea de perderle. Su relación se tensó pasado algún tiempo. Lucas decidió mudarse a un piso en el centro de la ciudad, esperaba que la distancia entre los dos calmaría su relación y finalmente haría entrar en razón a Miriam.

Lucas había solicitado unos días de vacaciones para la mudanza, cuando el teléfono empezó a sonar, Marcos le estaba llamando y Lucas corrió a descolgar. La voz de Marcos era seria y preocupada, Lucas lo notó nada más descolgar y se apresuró a preguntar ¿que pasaba?. Marcos contestó:
- Lucas... Miriam a muerto... 
A Lucas le temblaron las piernas y volvió a preguntar: 
- ¿Que significa eso? ¿que le pasa a Miriam?. 
Marcos continuó con la voz cada vez más rota: 
- Ayer noche Miriam se lanzó desde un puente y cayó al río muriendo en el acto, la policía la ha encontrado flotando y ya la ha identificado, Lucas... Miriam esta muerta.

Ese instante cambió la vida de Lucas por completo, igual que aquel lunes hace cinco años cuando cruzó la mirada con Miriam, ahora su muerte lo volvía a cambiar todo. La investigación forense dictaminó que fue un suicidio y que en el momento de la muerte Miriam estaba embarazada de varias semanas. Aquello destrozó por completo a Lucas, los padres de Miriam le culpaban e incluso le prohibieron asistir a su funeral, sus propios padres no entendían los motivos por los que pudo Lucas dar la espalda a Miriam y la mayoría de sus amigos en común ya ni le hablaban, incluso Pedro dejó de cogerle el teléfono. Solo Marcos mantenía relación, pero cada vez más distante. Nadie lograba entender los motivos que habían llevado a Lucas a terminar una historia de amor que él mismo siempre había soñado, precisamente con Miriam. Lucas abandonó su empleo, dejó el piso donde residía y abandonó la casa que tenían en común, se dio a la bebida y empezó a vagabundear sin rumbo fijo a lo largo del país.

Una noche mientras intentaba cobijarse cerca de un parque público recordó aquel día en el que realizó ese ritual que había visto en televisión. Recordó a ese extraño hombre que se le apareció y todo lo que le dijo. Recordó como después de aquello su vida pasó a tener sentido junto a lo que deseaba. Lucas arrancó a llorar desconsoládamente y maldijo a gritos en plena noche a ese extraño hombre: 
- ¡Maldito seas! ¡Ojalá jamás hubieras aparecido! ¡Ojalá jamás te hubiera llamado!. 
Roto y desconsolado Lucas notó que el ambiente se enfriaba por momentos, que el viento soplaba con fuerza y que la poca luz que alumbraba el lugar donde pretendía pasar la noche se apagaba por unos segundos. Una sensación extraña invadió a Lucas y como en aquella madrugada una voz entre la penumbra decía su nombre. Lucas miró a todos lados de forma nerviosa hasta que pudo reconocer una silueta. Un hombre elegante, con una gabardina y un bastón en la mano se le acercó, era ese extraño hombre. Antes de que Lucas pudiera decir nada ese extraño hombre empezó a hablar: 
- Lucas, veo que la vida finalmente no te trató bien, aunque no siempre fue así, ¿verdad?. 
Lucas escuchaba sin poder articular palabra. Mientras el hombre extraño seguía diciendo: 
- Te prometí cumplir tú deseo, tú gran anhelo a cambio de nada. Solo te pedí que si realmente lo sentías me lo confirmaras de corazón y así lo hiciste. Yo cumplí pero tú no lo hiciste Lucas. 
En ese instante Lucas mostró una cara de incredulidad, no sabía a que se refería el hombre extraño que continuó: 
- Me pediste el amor de Miriam y yo te lo concedí, desperté en ella un amor puro e incondicional hacia ti tal y como me pediste, ¿acaso te engañé?. Cumplí con tu deseo a la perfección, no me pediste que despertara el mismo amor en ti, por lo que debías ser tú quién le mostrara el mismo amor el resto de tus días. 
Lucas quedó completamente perdido, si ya se sentía responsable de todo, lo que le estaba diciendo el extraño hombre aún le hizo sentir más dolor, mientras seguía hablando: 
- Desear el amor de alguien es peligroso Lucas si luego no vas a estar a la altura de ese amor, has de tenerlo bien claro y si lo deseas de corazón es porque eres capaz de igualar el amor más auténtico que desperté en Miriam. En lugar de maldecirme a mí hazlo contigo, ya que por tú culpa Miriam murió, por desear un amor que jamás podrías llegar a igualar. Lucas contestó casi sin voz: 
- No me advertiste de ello...  
A lo que el extraño hombre le respondió:
- Me llamaste para que cumpliera tu deseo y yo cumplí, ahora la responsabilidad es toda tuya, yo no maté a Miriam lo hizo tu deseo el mismo momento que te lo concedí, deberías haber sido capaz de estar a la altura de tu propio deseo. 
Después de esas palabras el hombre extraño desapareció y ya nunca más volvió a aparecer.

Lucas siguió vagabundeando unas semanas más, en las que intentó volver a realizar el mismo ritual que hace años pero sin éxito. Días después el cadáver de Lucas fue encontrado flotando en el mismo río donde se encontró a Miriam, a pocos metros del puente donde se suicidó.

FIN.

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