Marte: Zona Ciega. Capítulo 3 - El Plan.


El comandante Andrew Sinclair empieza a notar que algo no encaja en la rutina de la base marciana e inicia una investigación silenciosa, enfrentándose a la creciente desconfianza hacia los androides BOB’s y a una serie de irregularidades inquietantes.

Capítulo 3. 
EL PLAN.




Los conocimientos sobre los planos de la base adquiridos en el entrenamiento en la Tierra por parte de Trachoswki, nos daría la ventaja necesaria para movernos rápidos y ágiles por la misma. Duncan advertiría al equipo de un comportamiento extraño y errático de uno de los BOB’s, concretamente el BOB6, que los custodiaba en el comedor central de la base. Duncan idearía una forma de distraerlo aprovechándose de ese comportamiento defectuoso y centrando la atención del BOB situado en la puerta del comedor, dándonos vía libre para salir de allí en dirección a la armería que se encontraba cerca de allí. Por su parte, Vasquez nos informaría de un pasillo de mantenimiento que no aparece en los planos estándar, pero que originalmente estaba pensado para utilizarse contra una posible emergencia por presión interna de la cúpula, por el que una vez armados nos podríamos mover sin posibilidad de que los BOB’s nos siguieran debido a su tamaño y, a través de donde Duncan podría acceder al cuadro eléctrico, saboteando las cámaras de la base y allanando el camino hasta la sala de MADRE.

El plan se inició con Duncan creando la distracción boicoteando al BOB6 que provocó un fallo definitivo de funcionamiento. Este comenzó a golpearse contra las mesas de forma descontrolada y caerse al suelo, mientras el otro BOB acudía a intentar detenerlo. En ese instante los cuatro se escabulleron entre la confusión, llegando hasta el pasillo de mantenimiento, por el que la propia Duncan accedería para llegar hasta el cuadro eléctrico que le permitiría inutilizar las cámaras, mientras Trachoswki nos guiaba a Vasquez y a mí hasta la armería.

Con las cámaras inutilizadas, la luz de la base pasó a luz de emergencia de un tono rojizo, por la falta de energía y el mensaje de emergencia comenzó a sonar indicando al personal como debía actuar. Abrimos la armería, pero antes de que pudiéramos ni tan siquiera entrar, nos vimos rodeados por varios BOB’s. Estos habían descubierto la distracción y habían calculado hábilmente que como militares, uno de nuestros siguientes pasos sería armarnos. Tras nuestro fracaso seríamos conducidos a módulos de contención, todos menos la suboficial jefe Duncan, de la que desconocíamos su estado. 

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