El primer y olvidado LOONEY TUNES.
Con casi 100 años de existencia, los Looney Tunes han marcado a muchas generaciones. Su legado aún sigue vigente y se deja notar en la cultura popular gracias a sus personajes. Como hice en la entrada “El conejo que pudo ser Mickey Mouse”, esta vez descubre a Bosko, el primer Looney Tunes.
Corrían los locos años veinte y los animadores Hugh Harman y Rudy Ising formaban parte del equipo de animación de Walt Disney Studios. Deseosos de expandirse por su cuenta y de aprovechar el auge del cine sonoro, tomaron la decisión de separar sus caminos de los de Disney, fundando Harman-Ising Pictures y crearon a Bosko, su primer personaje animado con el que pretendían emular el exitoso trabajo de Disney con sus Silly Symphonies, aquellas divertidas caricaturas musicales y animadas de la época que gustaron tanto al público y que protagonizaban el ratón Mickey Mouse.
Harman diseñó a Bosko a partir del modelo de Félix el Gato e Ising lo perfiló y dio color. Su personaje tenía aspecto de un niño afroamericano alegre que sabía cantar, bailar y tocar cualquier instrumento. Su primer cortometraje se estrenaría en 1929 y se titularía Bosko, the Talk-Ink Kid, corto en el que se demostraría la habilidad del estudio para sincronizar animación, imagen real, música y voz.
La inspiración para ese corto y los venideros, residía en el género teatral conocido como minstrel, un género típicamente estadounidense muy popular desde 1840 hasta entrados los 1900, en el que se utilizaba música de los esclavos de las plantaciones del sur y que caracterizaba a sus personajes de forma cómica, de los que caricaturizaba con estereotipos racistas de la época a negros que habitualmente eran interpretados por actores blancos, que se pintaban la cara de negro, aunque años más tarde actores afroamericanos pasarían a interpretar esos mismos papeles, pintándose igualmente sus caras de negro.
Tras ese corto, el productor de cine norteamericano Leon Schlesinger se fijaría en la creación de Harman e Ising, asociándose con ellos con la intención de negociar con Warner Bros., productora de cine con la que Schlesinger ya había trabajado produciendo alguna película, y llevarlos a competir directamente con los Silly Symphonies de Disney. La Warner aceptaría el proyecto y juntos crearían la serie Looney Tunes, que rápidamente se irían ganando al público.
Al principio los cortos de Bosko se idearon como una copia alternativa de los de Mickey Mouse de Disney, puesto que el personaje se asemejaba mucho al del ratón. El aspecto de los entornos y personajes eran similares entre ellos, teniendo Bosko una novia o pareja llamada Honey, como Minnie Mouse, e incluso un perro, como Pluto.
El primer corto de la mano de Warner Bros. y la serie Looney Tunes, se estrenó en 1930 con el título Sinkini' in the Bathtub y después llegaron 39 cortos más.
En 1933, debido a problemas en las negociaciones de presupuesto con Schlesinger, Harman e Ising rompieron con Warner Bros. y firmaron con la Metro Goldwyn Mayer, donde los cortos musicales de Bosko seguirían en la serie animada Happy Harmonies.
Aprendieron del ejemplo de los problemas que tuvo Walt Disney con su primera creación, Oswald el conejo afortunado, y ambos se ocuparon de tener los derechos de su personaje animado bien atados en su anterior relación con Warner, por lo que tuvieron la libertad de firmar con la MGM sin temor a perder su pleno control.
A partir de entonces, Harman e Ising irían poco a poco apartando a Bosko por otros personajes de la serie Happy Harmonies, hasta prácticamente desaparecer.
Durante los años 50 volvería a aparecer, esta vez a través de algunas cadenas de televisión que emitían sus cortos. En los 90, las cadenas Nickelodeon y Cartoon Network emitirían sus cortos y, también en esa década, tendría un diminuto y casi imperceptible cameo en la película Space Jam (1996).
A finales de los 90, Warner Bros. adquiriría la propiedad de Cartoon Network y, con ello, el catálogo que obraba en su poder de clásicos de la animación de la Warner y MGM como Bosko, recuperando así al personaje para su marca.
Su inspiración claramente con connotaciones y clichés racistas propios de la época, impide que hoy el personaje pueda volver a intentar hacerse popular, a no ser que se revise mucho su aspecto y se redefina su origen ficticio. Hay quien cree que la aparición de los divertidísimos y muy recordados Animaniacs, pudiera ser un intento de reconstruir la imagen del personaje y darle un rumbo diferente.
Más allá de esas connotaciones censurables, que han de verse bajo el contexto histórico y social de aquellos tiempos, la figura de Bosko representa el inicio de una de las series que más han marcado y que, aún hoy en día, siguen siendo un referente de humor divertido y disfrutable para todos los públicos con personajes como Bugs Bunny, el Pato Lucas o Porky entre muchos otros que forman los locos Looney Tunes.
¡Qué interesante! No tenía ni idea de su existencia.
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