Los chicos malos del fútbol: jugadores polémicos que marcaron los 80 y 90.

En los años 80 y 90, el fútbol vivía un periodo de transición: profesional, globalizado y cada vez más mediático. Sin embargo, entre los grandes talentos de aquellas décadas también surgieron figuras que parecían ir a contracorriente. Estrellas con un espíritu indomable, rebelde y un carácter explosivo que los convirtió en los auténticos “enfant terrible” del fútbol: jugadores capaces de enamorar y desesperar a partes iguales.


A continuación encontrarás algunos de esos “chicos malos” del fútbol de esas dos décadas:

Eric Cantona (Francia): el “enfant terrible” francés parecía jugar al borde del caos sus partidos. Como se dice comúnmente, Cantona era de “mecha corta” y cualquier cosa podía hacerle saltar.



Ya desde sus inicios en Francia, Cantona coleccionaba tarjetas rojas por protestas airadas y con duros insultos de por medio, hasta entradas violentas que lo apartaban directamente del terreno de juego. Encararse con rivales e incluso con el árbitro eran prácticas habituales. De sus actitudes no se libraban ni entrenadores ni sus propios compañeros, a los que les hacía notar cuando no estaba conforme con alguna decisión o cuando tenía alguna diferencia.

En 1995, cuando militaba en el Manchester United, Cantona protagonizó uno de los momentos más polémicos de su carrera. Durante un partido contra el Crystal Palace, Eric Cantona fue expulsado y mientras enfilaba el túnel de vestuarios bordeando el campo, Cantona se encaró con un aficionado al que golpeó con una patada voladora, que sería recordada como la “Kung-Fu kick”.




Paul Gascoigne (Inglaterra): “Gazza” era un futbolista brillante, uno de los talentos más notables de finales de los 80 y 90, pero a la vez explosivo, polémico y autodestructivo.



Gazza” era demasiado duro en el terreno de juego, llevando al límite sus entradas a otros jugadores. También era provocador y vacilón con jugadores rivales y árbitros, llegando a tensar los ánimos peligrosamente, como la vez en la que jugando para el Rangers escocés el famoso derbi contra el Celtic de Glasgow, Gascoigne llegó a imitar con una flauta el gesto de los desfiles protestantes, causando una acalorada polémica cultural y religiosa.



Su vida fuera de los terrenos de juego fue un auténtico terremoto en la que malas decisiones, el alcohol y diversas adicciones sacaron su faceta más autodestructiva.


Andoni Goikoetxea (España): el mítico central vasco del Athletic Club de Bilbao fue, sin ninguna duda, uno de los jugadores más temidos de los 80 en La Liga española.



En aquella época la permisividad arbitral era demasiado laxa, por eso Goikoetxea no llegó a ser de los jugadores más sancionados pese a su merecida fama de extremadamente duro.

Buen y efectivo central, Andoni Goikoetxea exprimía al máximo esa dureza con entradas extremas, patadas y demás artimañas que solían calentar los partidos generando peleas y protestas intensas.

Entre algunas de sus muchas polémicas dentro del terreno de juego destaca una, con el F.C. Barcelona como principal víctima del apodado “El Carnicero de Bilbao”. Fue en el partido liguero disputado en el Camp Nou en 1983 entre el Barça y Athletic Club, en el que en ese mismo encuentro y por partida doble, lesionó con dos terribles entradas a Diego A. Maradona y Bernd Schuster



La perdida de dos de sus máximas estrellas y la violencia de algunas entradas, además de las de Goikoetxea, así como la permisividad arbitral, provocó una pelea campal dentro del mismo campo donde llovían patadas, puñetazos y empujones entre carreras y cargas policiales. 




Paolo Di Canio (Italia): Uno de esos “bad boys” más recordados de los 90. Delantero talentoso que tanto marcaba goles, como se metía en auténticos líos que generaban polémicas dentro y fuera del campo.



Di Canio no escondía sus controvertidas afinidades políticas llegando, en su etapa como jugador de la Lazio, a hacer saludos fascistas a la grada ultra del club que lo vitoreaba y le devolvía el saludo. Aquello generó una agria polémica en Italia e internacionalmente.



Jugador con demasiado carácter e incapaz de saber llevar correctamente sus frustraciones dentro del terreno de juego, que acostumbraba a discutir airadamente con compañeros de equipo y entrenadores, así como a encararse con árbitros. Precisamente en su etapa en la Premier League, jugando con el Sheffield Wednesday, Di Canio perdió completamente los papeles y tras ser expulsado empujó al árbitro que cayó de espaldas al suelo. Por aquello se ganó una sanción de 11 partidos sin poder jugar y una multa económica.

Con Di Canio en el campo podías esperar lo peor, aunque hubo un partido en el que ese carácter indomable y agresivo pareció quedar apartado en una jugada. En el 2000, jugando para el West Ham se negó a marcar un gol fácil al estar el portero rival tendido en el suelo y lesionado. 



Aquel gesto fue tremendamente aplaudido e incluso algunos vieron un atisbo de luz en su oscura forma de comportarse, pero… no.


Vinnie Jones (Gales): lo de Vinnie Jones en su etapa como futbolista profesional entre la década de los 80 y 90, fue un claro ejemplo de comportamiento antideportivo.



Jones se hizo célebre jugando para el Wimbledon, equipo extremadamente duro y barriobajero que se ganó el apelativo de “Crazy Gang”. En aquel temido Wimbledon Vinnie Jones comenzó a demostrar al mundo su estilo de matón, más propio de un pandillero que de un deportista. 



Su aspecto infundía miedo y él mismo se aprovechaba de ello para amedrentar a sus rivales. Muy viral en aquellos tiempos fue el partido en el que agarro de los genitales a Paul “Gazza” Gascoigne, para intimidarlo o la aterradora patada que le propinó a Eric Cantona




También recurría a salvajes entradas que ponían en riesgo la salud de quienes las sufrían, codazos, patadas y golpes además de insultos o amenazas. Una de esas amenazas que profería en el campo fue contada por Gascoigne, quien lo sufrió directamente aquel día que lo agarró de sus partes y que le dijo sin ningún tipo de problema: 

Me llamo Vinnie Jones, soy gitano, gano mucho dinero. Te voy a arrancar la oreja con los dientes y luego la voy a escupir en el césped. ¡Estás solo, gordo, solo conmigo!

Jones acumuló a lo largo de su carrera innumerables expulsiones por tarjeta roja, sanciones, multas y críticas por un juego que ni se planteaba cambiar. De hecho, llegó a firmar por el Chelsea donde logró el récord de ser el jugador más rápido amonestado con tarjeta amarilla de la historia de la Premier League con 3 segundos de juego.




Pero Vinnie Jones no tenía suficiente con esa imagen de jugador duro y violento, por lo que se prestó a grabar un vídeo titulado “Soccer’s Hard Men” donde daba instrucciones sobre como dar patadas y ser un jugador duro en el campo. Un vídeo muy criticado por la FA.

Tras colgar las botas en el Queens Park Rangers (1998/99), Vinnie Jones ha hecho carrera en el cine, protagonizando papeles de mafioso y matón. Aunque su carácter no parece haberse calmado, al haber sido denunciado por amenazas e, incluso, agresiones, como una por haber pegado una paliza a un vecino, que le han llevado a cumplir horas en tareas comunitarias.




Roy Keane (Irlanda): el irlandés se destacó como un futbolista todoterreno y un líder brutal. Además de destacar con su selección, Keane lo hizo con un carácter muy fuerte en aquel mítico Manchester United de Sir Alex Ferguson. Pero Roy Keane también fue uno de esos jugadores difíciles de controlar y contener dentro del terreno de juego.



Rayando lo criminal, algunas de sus entradas salvajes producían escalofríos. De hecho, en 2002 Roy Keane reconoció que la durísima entrada que le propinó a Alf-Inge Håland en el derby entre el Man. United y en Man. City de 2001 fue intencionada. Por lo visto, todo venía de unos años atrás, cuando en 1997 Keane se rompió los ligamentos y Håland, en aquel momento militando en el Leeds United, dudo de Keane y llegó a decir que el irlandés estaba simulando una lesión.



Las peleas y broncas con jugadores rivales eran habituales. Recordados son los encontronazos con Patrick Vieira, en los tensos encuentros entre el Manchester United y el Arsenal.

Ser capitán era algo que no se tomaba a la ligera, algo que conocían bien sus compañeros. Roy Keane no dudaba en recriminar con gritos y broncas visibles a sus compañeros, cuando consideraba que algo no habían hecho bien. Eso lo terminó convirtiendo en un jugador muy respetado en el vestuario del United y en uno de los jugadores más queridos de la afición.



En definitiva, los 80 y 90 nos dejaron jugadores que tanto podían regalar una obra de arte con el balón como una patada para la hemeroteca. No fueron héroes modélicos, pero sí personajes inolvidables que recordamos como el lado más salvaje y rebelde de la historia del fútbol.




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