El riesgo de ser Emperador Romano.

Por mucho que puedas creer lo contrario, durante los siglos de gran dominio del Imperio Romano, ser Emperador no era lo que se dice la profesión más segura que había. Hace un tiempo me encontré con un documental que trataba en parte este tema y desde entonces quedé muy interesado. Hoy comparto unos datos que demostrarían que ser Emperador Romano, era una profesión de riesgo.  

Según un estudio realizado en 2020 por un profesor de Ingeniería Aeroespacial, que también es experto en historia Romana, el 62% de los 70 Emperadores Romanos que tuvo el Imperio murieron de forma violenta (puedes leer algo más a fondo sobre el tema en este enlace a un artículo de abc.es “La gran mentira sobre los gladiadores: los Emperadores sufrían más muertes violentas”). Y es que en aquellas épocas siendo gladiador era más sencillo sobrevivir, que siendo Emperador. De hecho esto se debe a que, pese a que el cine nos muestra a unos gladiadores luchando por su vida casi cada día, estos espectáculos violentos que entretenían a las sociedades romanas, no eran más que puro espectáculo donde se hacía gala de la técnica y destreza para la lucha de estos hombres que eran, a su vez, admirados y puestos como ejemplos para el aprendizaje en una sociedad forjada a base de violencia y guerras. De esa forma lo máximo que sufrían esos gladiadores eran hematomas, cortes, contusiones y demás heridas del estilo, si es que no salían del anfiteatro tal cual habían entrado, según escritos conservados de quienes estaban al cargo de su cuidado. Aquello era puro espectáculo en el que interesaba bien poco verlos morir, aunque también se daban los casos. Pero vamos a lo que nos ocupa, el riesgo mortal de ser Emperador.

Este ingeniero aeroespacial, aplicó una serie de parámetros que se utilizan para medir los riesgos de éxito y fracaso en misiones aeroespaciales, aportando sus conclusiones. Un Emperador Romano corría mayor riesgo de ser asesinado, envenenado u obligado a suicidarse en su primer año de mandato. Si superaba ese primer año, el riesgo parecía disminuir bastante hasta llegar al séptimo año, donde la cosa volvía a complicarse seriamente hasta alcanzar el onceavo año de mandato, si es que no moría antes claro está.

Los motivos de tanto riesgo eran variados. Desde antiguas o nuevas rencillas por el poder, perdidas de confianza de senadores o soldados, corrupción, diferencias, asuntos climatológicos como sequías, hasta la muerte liderando alguna batalla o guerra. La simple y en ocasiones complicada inestabilidad política propiciaba porcentajes (62%) elevados de riesgo mortal para un Emperador.

Hubo Emperadores asesinados en el mismo retrete, bastantes de ellos si indagas un poco. Uno incluso fue sorprendido y asesinado mientras defecaba junto a un camino donde se había detenido su comitiva, justo para poder aliviarse. Hubieron envenenamientos por parte de detractores, como de propios familiares. Alguna madre asesinó de esa forma a su propio hijo, para facilitar el ascenso de otro. También hubo revueltas de soldados no conformes por el trato o la forma de actuar con el enemigo, que terminaron en el asesinato de algunos Emperadores. Incluso hubo Gladiadores que atentaron contra la vida de algún Emperador, por amaños en los combates de estos. Los políticos tampoco se escapaban de esa forma de actuar, pues si ellos mismos no se ocupaban de ello, contrataban a sicarios para que lo hicieran. Cuando no se degollaba, apuñalaba, estrangulada o envenenaba, se les invitaba a quitarse ellos mismos la vida.

Gracias a la web “Historias de nuestra historia” y a su artículo “Veni, vidi, vici: un mapa de la muerte de los Emperadores Romanos” encontré un mapa muy ilustrativo sobre el tipo de muertes que sufrieron los Emperadores Romanos:

Algunas de ellas no fueron muy claras, invitando a creer que algo más hubo detrás. También hay que reconocer que muchos de ellos terminaron su mandato tras una muerte natural. Pero el número de fallecimientos por causas violentas, te hace pensar en lo complicado que pudo haber sido gobernar, en el que entonces, lo que fue el Imperio dominante. Ser Emperador era sin duda alguna, una profesión de riesgo.

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