El Pretzel, lazos de historia y fe.

Todo tiene un origen y como he ido descubriendo en otras ocasiones, la comida y muchos de sus platos típicos y recetas tienen mucha historia tras de sí. Hay un dulce típicamente germano que tiene un origen mucho más antiguo de lo que podrías imaginar, con unas connotaciones religiosas que seguro desconocías. El dulce protagonista de esta nueva entrada, con la etiqueta #HistoriaDeLaComida es: el Pretzel.


Aunque en los últimos tiempos, Hollywood exportó el Pretzel como un dulce que se consume de forma habitual en Estados Unidos, aunque no lo confundamos con el Pretzel típico alemán. Ambos, de formas muy similares, tienen recetas algo distintas, puesto que el norteamericano añade mucho más azúcar a la misma, con un toque de sal por encima, convirtiéndolo en un dulce bastante más dulzón con un toque salado.


Este Pretzel yankee, llegó al nuevo mundo con los primeros inmigrantes alemanes allá por el siglo XVIII, convirtiéndolo rápidamente en un dulce típico en zonas como, por ejemplo, Pensilvania. Colonos que entre otras cosas también exportaron algo tan típico y representativo de la gastronomía norteamericana como son las hamburguesas. Pero más allá de como llegó al país de las barras y estrellas, conviene mirar mucho más atrás para encontrar los primeros vestigios del Pretzel como postre o snack.

Y es que una de las teorías explica que el primer Pretzel se preparó en el año 610 D.C. en Aosta, en los Alpes Italianos, por parte de un monje italiano que horneó dos tiras de masa de pan, que luego entrelazó en forma de cruz para dar como recompensa a los estudiantes que se aprendían sus oraciones. A su creación le puso el nombre de “pretiola”, que en latín vendría a significar algo así como “pequeña recompensa”.

Otra teoría sobre su origen, nos situaría en Viena, Austria, en pleno siglo XVI, durante el asedio a la ciudad por parte del Imperio Otomano. Se cuenta que durante la noche, los turcos excavaron un túnel que pretendía salvar la muralla de la ciudad bajo tierra. Unos monjes que trabajaban horneando dulces aquella noche, escucharon ruidos extraños y alertaron a las autoridades, que detectaron a tiempo el intento de incursión del enemigo. Por su labor, esos monjes panaderos fueron recompensados con su propio escudo de armas, uno con unos leones que aguantan una galleta salada tipo Pretzel. Este escudo aún se puede ver grabado en la fachada de algunas antiguas panaderías austriacas.


También hay quien asegura que fueron inventados por unos panaderos alemanes, los cuales le dieron ese nombre por su variante del latín “bracellae”, que significaría “pequeños brazos”, en alemán Pretzel


El éxito de los Pretzel se extendió por Europa en la Edad Media, popularizándose como un símbolo de buena suerte y prosperidad para quien lo preparaba y compartía, en cualquiera de sus formas o tipos diferentes de comerlos. 


Ya ves como, una vez más, una comida tan popular como un Pretzel, puede tener siglos de historia. Y como última curiosidad, una que reafirmaría esa condición religiosa que tenía el Pretzel, con el significado de sus tres característicos agujeros, que vendrían a representar la Santísima Trinidad con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.



Comentarios