El Conjuro: los inquietantes sucesos reales tras su rodaje maldito.
Pocas películas de terror han conseguido traspasar la pantalla como El Conjuro (2013). Lo que comenzó como una recreación cinematográfica del caso Perron —investigado por los célebres demonólogos Ed y Lorraine Warren— terminó convirtiéndose en un rodaje que muchos describieron como una experiencia inquietante y, en ocasiones, aterradora.
Desde llamadas telefónicas interrumpidas por ruidos imposibles hasta incendios sin explicación, visitas inesperadas y marcas que aparecían de la nada, la producción dirigida por James Wan pareció estar envuelta en un halo oscuro desde el primer día.
Desde antes incluso de comenzar, tanto actores como técnicos aseguraron sentir presencias y ser testigos de sucesos sin explicación, muchos de ellos relacionados —según creían— con los hechos reales del caso Perron.
Entre los más recordados:
Aunque James Wan nunca confirmó la existencia de una maldición, sí admitió que la atmósfera durante el rodaje fue “demasiado intensa, incluso para una película de terror”.
Lorraine Warren, en cambio, fue más directa: “Lo que ocurrió durante esa película no fue coincidencia. Cuando invitas a la oscuridad, aunque sea en una ficción, a veces responde”.
Desde llamadas telefónicas interrumpidas por ruidos imposibles hasta incendios sin explicación, visitas inesperadas y marcas que aparecían de la nada, la producción dirigida por James Wan pareció estar envuelta en un halo oscuro desde el primer día.
James Wan adaptó la aterradora experiencia que la familia Perron vivió entre 1971 y 1980, periodo en el que recibieron la ayuda de los Warren. Estos fueron los hechos más destacados de su historia:
- La familia Perron (Roger, Carolyn y sus cinco hijas) se mudó a una antigua granja en Harrisville, Rhode Island.
- Desde el principio afirmaron sufrir fenómenos extraños: ruidos, olores, camas que se movían, juguetes que volaban y apariciones.
- Las hijas dijeron ver varios fantasmas, no solo uno. Algunos parecían inofensivos, otros más agresivos.
- Carolyn Perron creyó que el espíritu principal era Bathsheba Sherman, una mujer real que vivió en la zona en el siglo XIX y fue acusada (nunca condenada) de practicar brujería.
- En 1974 contactaron a Ed y Lorraine Warren, quienes investigaron la casa. Lorraine aseguró que Bathsheba maldijo el terreno y trató de poseer a Carolyn.
- Los Warren realizaron una sesión espiritual (no un exorcismo formal) que, según los Perron, agravó la situación.
- Finalmente, la familia decidió no seguir con los Warren y convivir con la actividad hasta marcharse años después.
Los sucesos inquietantes del rodaje.
Desde antes incluso de comenzar, tanto actores como técnicos aseguraron sentir presencias y ser testigos de sucesos sin explicación, muchos de ellos relacionados —según creían— con los hechos reales del caso Perron.
Entre los más recordados:
- Los cortes de llamadas con las hijas Perron. El equipo de la película contactó con las hijas de la familia Perron, para ultimar una serie de preparativos antes del inicio del rodaje. En plena conversación la llamada se cortó sin motivo aparente y al volver a llamarlas, las líneas telefónicas se fundieron literalmente. Según Tony DeRosa-Grund, uno de los productores de la película: “Oímos un ruido extraño en la línea, como si fuera un gruñido y luego la comunicación se cortó”
- Vientos de origen imposible. Durante el rodaje que llevaron a cabo en Carolina del Norte, Andrea Perron, la hija mayor de los Perron visitó el set de rodaje. Tan solo llegar una misteriosa ráfaga de viento empezó a soplar con fuerza sobre el equipo de rodaje y los árboles cercanos, mientras nada más alrededor parecía moverse en absoluto. El viento se detuvo en seco cuando Andrea Perron se marchó. El director James Wan describió aquello como: “una de esas cosas que no puedes explicar ni quieres volver a vivir”.
- Fenómenos en el hotel. Durante el rodaje, varios miembros del equipo se alojaron en el mismo hotel y algunos de ellos aseguraron que amanecían con objetos movidos de su sitio o caídos en el suelo.
- Incendio en el set de rodaje. Los fenómenos también sucedían en el set de rodaje. Un incendio sin explicación aparentemente incendió el set, no había ni instalaciones eléctricas cerca, ni material ignífugo. James Wan aseguró que aquello pudo ser “la escena más aterradora del rodaje”.
- Una entidad endemoniada pegada a los Perron. Miembros de la propia familia Perron sufrieron la aparente maldición del rodaje del Expediente Warren: El Conjuro. Concretamente, fue Carolyn Perron, la madre de los Perron, la cual sufrió una importante caída y fuerte lesión en su casa. Después aseguró que en los momentos previos al accidente, sintió como una presencia extraña la acompañaba. Lorraine Warren, que se mantuvo en contacto con la familia, interpretó aquello como una manifestación del ente que amenazaba el rodaje, inspirado en la supuesta bruja que maldijo a los Perron. Carolyn Perron se negó a volver al set de rodaje desde entonces.
- La confesión de Vera Farmiga. La actriz que interpreta a Lorraine Warren en la película, Vera Farmiga, aseguró que mientras leía el guion por las noches sentía una energía opresiva. Al cerrar el portátil y volverlo a abrir, Vera Farmiga encontraba marcas de garras en el portátil, que en conversaciones con miembros del equipo llegó a mostrar. También describió como en alguna ocasión tuvo pesadillas con una figura demoniaca que, tras despertar descubrió una marca de garra en su pierna. Vera Farmiga no volvió a leer el guion fuera del set.
- Bendiciones matinales. Para apaciguar y tranquilizar los ánimos de los integrantes del rodaje, Lorraine Warren pidió que un sacerdote bendijera cada mañana el set. Pese a ello, los actores sentían presencias a su alrededor así como luces que se apagaban solas, puertas que se abrían, pasos detrás de las cámaras… El actor Patrick Wilson, que interpreta a Ed Warren, llegó a asegurar en tono serio lo siguiente: “A veces no sabías si el frío que sentías era del aire acondicionado o de algo más”.
- Los cuervos. Justo el día en el que se rodaba la escena del exorcismo en la casa donde se filmaban las escenas de exteriores, una bandada de cuervos comenzó a sobrevolar la casa. Aparecieron de la nada, rodearon el set y desaparecieron. El equipo de efectos pensó que sería un buen efecto para la película. Nadie se explicó cómo fueron atraídos hasta allí, justo en aquel preciso momento.
- La maldición tras su estreno. Después del estreno en cines, muchos espectadores aseguraron vivir situaciones y fenómenos extraños. Desde sombras en sus casas, ruidos por la noche o mascotas que se negaban a entrar en las habitaciones donde estaban viendo la película o que se marchaban de allí, hasta los ataques de pánico que se vivió en algunas salas de cine de Filipinas, que obligaron a desplazar a sacerdotes para bendecir dichas salas.
Aunque James Wan nunca confirmó la existencia de una maldición, sí admitió que la atmósfera durante el rodaje fue “demasiado intensa, incluso para una película de terror”.
Lorraine Warren, en cambio, fue más directa: “Lo que ocurrió durante esa película no fue coincidencia. Cuando invitas a la oscuridad, aunque sea en una ficción, a veces responde”.
¿Realidad, sugestión o una operación de marketing? Lo que está claro es que el rodaje de El Conjuro fue tan inquietante como la historia que buscaba contar.
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