Cuando GREMLINS pudo ser terror de serie B.
Estrenada en el verano de 1984 como una película navideña de terror y comedia, Gremblins llegó a España en octubre de aquel año, reafirmando el éxito arrollador que estaba teniendo en taquilla con una recaudación final de 150 millones de dólares. Hoy en día es considerada un clásico navideño en toda regla, un clásico atípico en aquel momento por el tipo de apuesta y por decidir estrenarla en verano para competir con otras cintas, pero que logró calar de forma rápida en el espectador de los 80 y de décadas posteriores. Tal vez lo que no sepas, es que originalmente fue pensada como una película de terror de serie B.
La película fue producida por Amblin Entertainment, productora fundada en 1981 por Stephen Spielberg y distribuida por Warner Bros. Para la dirección, Spielberg eligió a Joe Dante (Piraña, 1978 o Aullidos, 1981) y para el guion a Chris Columbus (Los Goonies, 1985 o Solo en casa, 1990).
Un tiempo atrás llegó a manos de Spielberg el guion para una película de terror escrito por el propio Joe Dante en su juventud y que, tuvo como inspiración los extraños sonidos que hacían los ratones correteando y royendo por el interior de las paredes de su apartamento durante la noche mientras él escribía. Ese boceto gustó a Spielberg que quería, precisamente, tener una película de terror de serie B como primera cinta que estrenara su flamante productora, al considerar esa opción una opción segura.
En aquel primerizo borrador el villano de la historia iba a ser Guizmo y los gremblins se mostraban salvajes y violentos, decapitando personas como, por ejemplo, a la madre del protagonista Billy o devorando vivo al perro del mismo Billy. También se hacía que los gremblins atacaran y arrasaran violentamente un McDonalds.
Cuando Spielberg, Dante y Columbus realizaron las primeras reuniones centrados en aquella primera idea, retocada en un primer guion por Columbus, llegaron a la conclusión de que no les iba a ser posible realizar la película que tenían en mente, porque la tecnología de principios de los 80 aún no estaba tan avanzada para conseguirlo. En aquella primera idea los gremblins se movían de forma muy natural por el escenario, por ejemplo, corriendo por la nieve, pero aquello era algo aún imposible de conseguir. Se barajó con la idea de trabajar bajo la tecnología de stop motion, pero la idea se acabó desechando. Por lo que de nuevo, tuvieron que adaptar su historia antes de presentarla a Warner Bros.
Cuando se reunieron con Warner Bros., estos no veían claro ese nivel gore de la cinta en un ambiente navideño, tampoco ese comportamiento tildado de repugnante de los gremblins.
Sí les compraban la innovadora idea de una historia navideña no al uso, aunque un comentario a modo de sugerencia de los responsables de Warner, dejó claras las líneas rojas que Spielberg no iba a dejar cruzar a nadie. Esos responsables sugirieron que en la historia “había demasiados gremblins”, a lo que el director y responsable de taquillazos como Tiburón (1975), Indiana Jones, en busca del arca perdida (1981) o E.T. El extraterrestre (1982) les espetó “Bueno, podemos eliminar a los Gremlins y llamarla ‘Personas’, pero nadie la verá”.
Finalmente, la película que llegó a los cines, que fue la primera en la historia clasificada con el sello de “para mayores de 13 años” y que se rodó en el mismo set de Regreso al futuro, fue bastante diferente a la que originalmente se había pensado.
Se eliminó el gore inicial, pero se logró mantener muchos aspectos que hacían a los gremblins esos pequeños, descarados y odiosos monstruos que en un principio habían surgido de la imaginación de Joe Dante y, posteriormente, del aporte de Chris Columbus y Stephen Spielberg.
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