La Trilogía del Apocalipsis de J.Carpenter.
La figura de John Carpenter es a día de hoy en el cine, la de un referente de auténtico calado, sobre todo en los géneros que dominó toda su carrera como son la ciencia-ficción y el terror. Con éxitos de la talla de Halloween (1978), 1997 Rescate en Nueva York (1981) o Golpe en la Pequeña China (1986), entre otros tantos, en su mayoría, grandes éxitos que obtuvieron reconocimiento, a posteriori, en el mercado doméstico. Pero lo que me gustaría destacar de lo mucho bueno del trabajo de John Carpenter, es un proyecto en forma de trilogía que culminó en 1994, conocido como La Trilogía del Apocalipsis.
Sin estar aparentemente relacionadas en su trama, si lo están en un concepto que las une como es el Horror Cósmico, un tipo de terror influenciado por las novelas de H.P. Lovecraft, uno de los maestros por antonomasia del terror.
Y en esas tres películas que componen su particular apocalipsis cósmico, Carpenter ahonda en el peligro de la amenaza alienígena, la perdida de la personalidad humana, a través de la búsqueda de conocimientos, y la destrucción de la misma atacando el cuerpo, la mente y el espíritu. Estos, por separado, son el centro del ataque y destrucción hacia la humanidad, por parte de esas criaturas cósmicas, en cada uno de los títulos que conforman esta aterradora trilogía.
LAS TRES HISTORIAS.
THE THING (La Cosa): El primero de los títulos de esta apocalíptica trilogía lo conforma un auténtico clásico del terror y la ciencia-ficción, THE THING (La Cosa) de 1982, protagonizada por el gran Kurt Russell.
Los miembros de la Estación 31 de investigación de la Antártida, compuesta por investigadores norteamericanos, ven como su día a día se ve alterado cuando un helicóptero aparece en el lugar persiguiendo a un perro. El helicóptero lo pilotan dos miembros de una estación de investigación noruega cercana. Lo que no imaginan es que ese perro oculta un aterrador secreto, puesto que en realidad es un mortal ser extraterrestre, capaz de asimilar la forma y comportamiento de cualquier ser vivo.
Una vez comprendemos, realmente desde el inicio, que la amenaza llega del espacio exterior, Carpenter comienza a construir el modus operandi que la criatura utilizará para destruir a los seres humanos. Este no es otro que corromper el Cuerpo, destruyendo a la víctima mientras la asimila por completo creando una réplica exacta que utilizará para mezclarse entre los demás, aprender de ello y, cuando tenga la oportunidad, atacar y comenzar una nueva asimilación.
Si lo piensas bien, La Cosa funciona como un organismo celular que se adapta a su entorno para sobrevivir. En este caso, asimilando cualquier ser biológico, destruyéndolo en su proceso.
Con La Cosa, tenemos el inicio del primer apocalipsis cósmico de Carpenter, aquel que ataca directamente al cuerpo, hasta el punto de no saber si a quien tienes enfrente es ese ser aterrador venido de las estrellas.
PRINCE OF DARKNESS (El príncipe de las tinieblas): El segundo de estos tres títulos apocalípticos es El príncipe de las tinieblas de 1987, una historia en la que Carpenter mezcló el Horror Cósmico, ciencia y ocultismo en una misma película que hoy es una auténtica joya de culto.
Unos científicos descubren y estudian un extraño líquido verdoso, almacenado en un antiguo tanque de vidrio escondido desde hace siglos en el sótano de una iglesia. Pronto descubrirán que ese líquido, al que religiosos creen que es el mismo anticristo, tiene la habilidad de corromper el alma de las personas, con la intención de liberarse y destruir a la humanidad.
En esta segunda película, Carpenter plantea al anticristo como una especie de ser extraterrestre poderoso, encerrado hace siglos en ese tanque de vidrio con el que evitar que desate el apocalipsis bíblico. De esta forma, se entiende que Jesús fue otra entidad extraterrestre llegada en su momento a la Tierra, con la intención de advertir del peligro de ese anticristo.
Con este otro peligro cósmico, al que la humanidad se enfrenta a un inevitable apocalipsis, la entidad ataca directamente al espíritu del ser humano para provocar su destrucción.
IN THE MOUTH OF MADNESS (En la boca del miedo): en 1994, Carpenter estrenaría la cinta que cerraría esa trilogía apocalíptica con un título inquietante y aterrador.
Sutter Cane, un conocido y exitoso escritor de novelas de terror ha desaparecido. Su editor contrata a John Trent, interpretado por Sam Neill, un ex-investigador de seguros, para que siga las pista de Cane y lo haga volver. Su próxima novela está a punto de ser publicada y la editorial le necesita presente. Cuando Trent llega a un extraño y desconocido pueblo llamado Hobb’s End, guiado por su investigación, comienza a ser testigo de una serie de aterradores fenómenos capaces de llevarlo a la locura.
En el final de la trilogía, a Carpenter solo le faltaba corromper la mente del ser humano, a través de la locura desatada a cada paso que daba ese investigador en un pueblo donde, la diferencia entre la realidad y la ficción era demasiado fina como para identificarla. Sutter Cane (inspirado en el mismísimo Stephen King) es, por tanto, una especie de emisario de seres cósmicos que le indican, a través de sus novelas que trastornan a las personas que las leen, como llevar a la humanidad a una auténtica locura atacando la mente del ser humano, hasta el punto de no diferenciar entre el bien y el mal.
Y hasta aquí un viaje a la locura que permitió a Carpenter, enseñarnos que tan fácil podría ser derrotar al ser humano, ante el contacto de un ser cósmico con malas intenciones que quisiera atacar, directamente, a cualquiera de los tres aspectos más importantes que nos hacen ser lo que somos. Tres grandes ejemplos de cine de terror, que hacen grande a un director capaz de influenciar a varias generaciones de cineastas.
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