La Coca de San Juan: De Ofrenda Solar a Postre Estrella.

La coca de San Juan no es solo un dulce típico de Cataluña, Valencia o Baleares: es un pedazo de historia comestible. Su forma, sus colores y sus sabores nos hablan de antiguos rituales paganos, del culto al solsticio de verano y de una tradición que ha sobrevivido al paso de los siglos, reinventándose sin perder su esencia.


Un poco de historia sobre el solsticio de verano y la celebración.

El origen de la que hoy conocemos como Coca de San Juan es de hace 3.000 a 4.000 años en culturas indoeuropeas, célticas y mediterráneas cuando las comunidades agrícolas y pastoriles, rendían culto al Sol como fuente de vida y fertilidad, durante el solsticio de verano. En esas celebraciones paganas que empezaban alrededor del 21 de junio, anteriores incluso al Imperio Romano, se encendían hogueras y se preparaban ofrendas en forma de panes redondos dulces, que simbolizaban el Sol en su honor.


A partir del siglo IV, el cristianismo se expandió por esas regiones, pero sin erradicar esas costumbres que reinterpretaban y adaptaban a su propia fe. Fue entonces cuando la Iglesia comenzó a fijar y marcar fechas simbólicas en el calendario, que coincidían con festividades paganas. El 24 de junio fue el día elegido para vincular el solsticio de verano con el nacimiento de San Juan Bautista, justo 6 meses antes del nacimiento de Jesús. Así pues, el fuego y la luz, símbolos paganos del Sol, pasaron a representar la luz espiritual de San Juan, profeta que anunció la llegada de Cristo.

El origen del dulce que hoy disfrutamos.

La aparición de la Coca de San Juan tal y como la conocemos hoy en día, data del siglo XV en pleno medievo. Era para entonces cuando aparecieron las primeras referencias que tenemos de “les coques” en Catalunya, ofrendas entregadas durante las celebraciones religiosas. Esas ofrendas en forma de panes redondos y alargados, se endulzaban y decoraban con frutas, aunque no fue hasta los siglos XVII y XVIII que no empezó a consolidarse como una tradición ya con frutas confitadas, piñones, crema o cabello de ángel tal y como las consumimos hoy.


La Coca de San Juan es mucho más que un postre, es la forma de celebrar la vida, la llegada del verano y la luz del Sol que todo lo hace brillar.


EXTRA: Se dice que la noche del 23 de junio, verbena de San Juan, es la noche más corta del año, precisamente porque el día es el más largo del año, pero este tradicional dato no es correcto, por mucho que la tradición así lo sienta. Realmente deberíamos hablar del día astronómico más largo entre el 20 o 21 de junio, y no el 23 como la tradición cristiana establece. 

El 20 o 21 de junio en el hemisferio norte, son los días en los que en la tradición pagana se celebraba el solsticio de verano, puesto que es el día que el Sol alcanza su punto más alto y, por lo tanto, tenemos más horas de luz.

Si quieres conocer más sobre la celebración de San Juan, clica en el enlace de la entrada: San Juan, la fiesta pagana del Sol y el fuego.

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