BANSHEES, las hadas de la muerte.

Desde el remoto siglo VIII, cinco de las familias con apellidos más arraigados a lo celta, como lo eran los O'Neills, los O'Brien, los O'Connor, los O'Gradys y los Cavanaghs, privilegio o no, cuenta la leyenda y el folclore irlandés, que contaban con el servicio de unas divinidades, mensajeras o hadas anunciadoras de la muerte. Hoy las Banshees son figuras aterradoras, a las que buen seguro algunas familias irlandesas, con algunos de esos apellidos vinculados, desearían ni escuchar hablar de ellas.


Cuando alguien de esas familias estaba cerca de la muerte, podía escuchar el lamento o el lloro de una de esas Banshees. Y es que en ese instante, esa persona o quienes la escucharan, sabían que esa misma noche alguien moriría. Daba lo mismo si esa persona tenía sus dependencias en lo alto de una torre, la Banshee levitaría hasta la ventana, para llorar por esa muerte cercana.


Las Banshees, durante siglos descritas como mujeres jovenes y hermosas, viejas con pelo canoso o como mujeres de alta sociedad, dependiendo de quien la vea, siempre vestidas con ropajes grises y telas mortuorias tapándoles la cara, permanecieron durante siglos cercanas a esas familias, tan solo con la misión de ser anunciadoras de esas muertes.

Con el tiempo, se decía que esas Banshees dejaron de servir exclusivamente a esas cinco puras familias irlandesas, para servir a la familia real del momento y sus descendientes. Lo es cierto que, a día de hoy, se considera que las Banshees sirven a cualquier familia de sangre irlandesa, allá a donde vaya, incluido a Estados Unidos, donde muchos irlandeses emigraron y donde el folclore también arraigó.

Allí, en tierras norteamericanas, se las describe como seres malvados y aterradores, que acechan a los incautos que pasean por los caminos solitarios de los bosques, con la intención de robarles el alma. 


También hay quien asegura haber visto a una Banshee, a orillas de un río, peinándose el pelo o lavando ropas manchadas de sangre. Hay quienes asegura haber visto a una al borde de una ventana, con los ojos rojos de tanto llorar.


Pasan los tiempos, pero las Banshees parecen continuar bien arraigadas no solo al folclore irlandés, también a las personas con un pasado familiar en Irlanda.


Comentarios