El verdadero origen del Monopoly: un juego anticapitalista convertido en símbolo del capitalismo.

¿Quién no ha jugado alguna vez al Monopoly? Este famosísimo juego de mesa, presente en millones de hogares, es divertido, adictivo y, para muchos, un retrato perfecto del sistema capitalista en el que vivimos. Sin embargo, lo que pocos saben es que el origen del Monopoly fue completamente distinto al que nos vendieron.


🔥 Esta entrada fue publicada originalmente en abril de 2021 y ha sido actualizada y revisada.

Fue a principios del siglo XX cuando la feminista, escritora, poeta, taquígrafa e inventora Elizabeth Magie, creó un juego llamado The Landlord’s Game, (“El Juego del Terrateniente), patentándolo en 1904.

Magie diseño su juego basándose en las ideas económicas del profesor en economía Henry George, al que procesaba admiración. Henry George, defensor del georgismo, una corriente ideada por él mismo, proponía un impuesto único sobre el valor de la tierra como forma de reducir las desigualdades y repartir mejor la riqueza.

Con ese espíritu, Magie quiso crear un juego educativo que mostrara las consecuencias de dos sistemas económicos, dando la posibilidad a los jugadores de jugar aplicando uno u otro modo:

  • El modelo cooperativo, en el que las ganancias de un jugador beneficiaban también a los demás, fomentando la igualdad. 
  • El modelo monopolista, en el que un jugador acaparaba propiedades y rentas, empobreciendo progresivamente al resto. 
El objetivo era claro: que los jugadores comprendieran, de manera práctica y divertida, las injusticias del sistema capitalista y la necesidad de un modelo más justo y equitativo.


Décadas más tarde, el ingeniero estadounidense Charles Darrow conoció el juego y lo adaptó a su manera. Eliminó por completo la parte crítica y educativa de Magie y se centró en la modalidad competitiva y monopolista. La rebautizó como Monopoly y, en 1935, lo patentó como si fuera suyo.


El éxito del modelo de Darrow fue inmediato. Vendió los derechos a Parker Brothers, negociando además un porcentaje sobre las ventas que lo convirtieron en millonario.


¿Y qué pasó con Elizabeth Magie? Parker Brothers también le compró su patente… pero por apenas 500 dólares. Mientras Darrow se aseguraba una fortuna, la verdadera creadora fue invisibilizada y olvidada durante décadas.

El juego tal y como llegó a nuestras casas terminó representando justo lo contrario de lo que buscaba Magie: la exaltación del capitalismo salvaje, donde gana quien arruina a los demás a base de alquileres, hipotecas e impuestos.

Y, sin embargo, la historia original del Monopoly sigue ahí. Si alguna vez quieres darle un giro, prueba a jugar con las reglas de Elizabeth Magie: la versión cooperativa, en la que todos se benefician cuando alguien progresa. Así descubrirás el espíritu con el que nació este clásico.



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Comentarios

  1. Historia curiosa, a la par que triste, de este clásico de los juegos de mesa. Yo todavía guardo la edición publicada cuando era niño (años 80) pero me encantaría ahora poder disfrutar el original. Por desgracia, eso es algo que no creo que suceda nunca...

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