¿Puede una mosca volar dentro de un coche? Dilemas para cortocircuitar la mente.

¿Te lo has parado a pensar alguna vez? Seguro que en algún momento te has encontrado subiendo a un coche y darte cuenta en plena marcha que tienes una mosca volando como si nada dentro del mismo. Lo mismo pasaría si fueras en tren, avión o barco. ¿Conoces el motivo por el que tanto la mosca, como los mismos ocupantes del vehículo, no son arrastrados hasta la luna trasera del mismo por su velocidad? Prueba de pensar en ello y luego continúa leyendo este nuevo Dilema para Cortocircuitar la Mente.


Este mismo dilema ya se lo plantearon en su momento grandes personajes de la historia desde Arquímedes o Galileo, llegando a Newton o Einstein por poner algunos de los más relevantes. Pero para entendernos entre el gran público ¿porqué diablos esa molesta mosca no acaba aplastada en la luna trasera de nuestro de coche al ir, por ejemplo, a 120 km/h?

Todo se explica en una palabra: INERCIA. Volvamos a la mosca, si arrancamos con nuestro coche y empezamos a coger velocidad, todo a nuestro alrededor lo dejamos atrás a gran velocidad. Incluso si intentáramos viajar fuera de la misma cabina del vehículo, no podríamos soportar la fuerza de la velocidad que nos arrastraría hasta quedar atrás, pero eso no sucede dentro del mismo. Su explicación es que la mosca y todos los ocupantes del vehículo se impregnan de la inercia provocada por la velocidad del mismo vehículo, incluso el aire que queda dentro queda impregnado a su vez de esa inercia que permite, por ejemplo, a la mosca batir sus alas con tranquilidad como si no estuviera ahí dentro. Esa misma inercia creada por el movimiento del vehículo nos permite movernos con total tranquilidad, como si allí dentro se creara un mundo paralelo al que no afectara nada del exterior... o no exactamente. Si frenamos bruscamente después de circular a una velocidad elevada, nuestros cuerpos impregnados de esa inercia continúan a la velocidad a la que se circulaba, de ahí la importancia de las medidas de seguridad. Esa frenada brusca detiene al vehículo pero no a su entorno dentro de él que continúa con la misma inercia que le haría seguir avanzando. De hecho esa mosca revoloteando alegremente por dentro del coche, vería que en décimas de segundo se encuentra aplastada en la luna delantera, cuando de seguir circulando conseguía volar pudiendo mantener una misma posición.

Imagina si la inercia no existiera, ¿de que manera nos afectaría viajando en un avión a las velocidades que se alcanzan?. Sería practicamente imposible volar ni cómodamente, ni de forma segura sin quedar incluso afectados físicamente. Pero es que las leyes de la inercia están en todos lados. Piénsalo, la tierra da vueltas alrededor del Sol a unos 108.000 km/h, pero es que a su vez el mismísimo Sistema Solar, da vueltas alrededor del centro de la Galaxia a una velocidad estimada de 792.000 km/h. ¿Que vida podría lograr sobrevivir en cualquier lugar de la Galaxia sin inercia?

Como ves no hace falta estrujarse demasiado el cerebro para resolver este dilema. En otras épocas estas teorías, totalmente aceptadas y probadas a día de hoy, fueron consideradas una herejía. Por suerte hoy podemos aprender que las moscas no son mágicas y que como todo en este mundo y más allás de él, se rige entre otros por algo esencial como es la Inercia, que nos permite mantenernos en pie caminando tranquilamente sin que nos afecte el movimiento de nuestro planeta.


Comentarios

  1. Sí, a mí me ha pasado tener una mosca cojonera todo el viaje a mi lado, cosas de la inercia... Pero siempre pienso cuando llego a destino y abro la puerta para expulsar al intruso, que seguramente al salir del coche la mosca sufra una superparadoja mental al no reconocer el entorno y ver diferente paisaje al que podía ver antes de subirse al vehículo...
    Saludos.

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