El Carro de la Muerte: la leyenda más oscura del folclore asturiano.
En las noches de tormenta, cuando el viento ruge entre los montes asturianos, hay quienes aseguran oír un carro invisible surcando el cielo. Dicen que lo conduce el último difunto del lugar… y que viaja en busca de un alma más para su macabra procesión.


La leyenda habla de un carro volador tirado por caballos invisibles y conducido por el último fallecido en la parroquia, que sale en busca de moribundos para llevarse el alma. También corre una versión, que cuenta que ese mismo carro circula por los caminos con ruedas de corcho para evitar ser escuchado. Al llegar hasta la puerta de la casa del moribundo alguien dice: “sal fulando que aquí, lo buscan” a modo de reclamo para que el alma del moribundo acuda en presencia del Carro de la Muerte.
Esta antigua leyenda forma parte del folclore popular no solo de Asturias, también de Galicia y también de Guatemala, entre otras. Así que ya sabes... el día que llegue inevitablemente tu hora y escuches a alguien llamarte que entre a buscarte una procesión de almas errantes, sabrás que tu alma está condenada a vagar junto al Carro de la Muerte y la “Güestia” por la eternidad.
Hay quién cree que cuando el carro llega a su destino, se baja del mismo lo que se conoce en el lugar como la “Güestia”, también conocida como Santa Compaña, que es procesión de almas en pena que circulan a fila de a dos, ataviados con sudarios blancos, cirios o huesos encendidos que buscan expiar sus pecados de alguna forma, que en el caso del Carro de la Muerte, serían los encargados de recoger el alma del moribundo y llevarla en procesión para que pase a ser una más de la “Güestia”.
Esta antigua leyenda forma parte del folclore popular no solo de Asturias, también de Galicia y también de Guatemala, entre otras. Así que ya sabes... el día que llegue inevitablemente tu hora y escuches a alguien llamarte que entre a buscarte una procesión de almas errantes, sabrás que tu alma está condenada a vagar junto al Carro de la Muerte y la “Güestia” por la eternidad.
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