Biodiésel, una demanda que amenaza al planeta.

Hace unos años cuando en Europa se empezaba a hablar y apostar por la utilización de biodiésel para reducir las emisiones de CO2, parecía que se sentaban las bases para la utilización poco a poco de otros tipos de combustibles que sin ser 0% contaminantes ayudaban a contaminar menos nuestro planeta, algo era algo. Eso teóricamente es cierto y la apuesta de Europa por este tipo de combustible era un buen paso adelante, pero aquello no podía quedarse ahí sin tomar más medidas en otros sectores que también colaboran con la contaminación y el maltrato a nuestro planeta.

La apuesta parecía clara y decidida pero o no se calculó bien el impacto que tendría la demanda sobre la agricultura y la ecología de muchos países o se actuó sin medida, por intereses de sectores que veían en la producción de ese combustible la oportunidad de sacar de nuevo tajada. Debido a esa demanda muchos países que decidieron destinar gran cantidad de recursos a la producción de colza, soja o palma han colaborado a la destrucción de sus propias agriculturas necesarias para el cultivo como el arroz o el maíz, con lo que eso representa en la destrucción de puestos de trabajos, en las propias reservas de alimentos básicos y dependencia de ellos en el extranjero, en definitiva provocando una peligrosa monopolización de la agricultura. Otro punto muy malo que tiene la masiva producción de productos destinados al biodiésel es la tala indiscriminada de árboles para ganar más terreno donde producir, que en países donde están en constante riesgo de deforestación la monopolización de esa agricultura y el incremento de productividad para satisfacer la demanda de los países ricos, les complica aún más un problema que no solo les afecta a ellos si no que también al resto del mundo, ya que sin árboles no hay posibilidad de que el CO2 que corre por nuestros aires se convierta en oxígeno necesario para nuestra vida. Si sumamos a todo esto el incremento de los índices de CO2 debido a la emisión de gases contaminantes consecuencia de la producción y transporte de ese producto, agrava aún más las consecuencias de la demanda de un combustible que si en la base es una buena idea, tal vez no está ni bien planteada ni bien organizada para no convertirse en otro problema más para nuestro planeta.

Aquí algunos podrían aplicar ese refrán de "es peor el remedio que la enfermedad" y no ir mal desencaminados visto lo visto, ya que lo que ha generado la demanda de un combustible menos contaminante para el planeta a sido totalmente lo contrario y peor. Replantear la producción de ese biodiésel para que muchos países no hipotequen el futuro ecológico y de su agricultura podría ser un paso para mejorar. También lo podría ser que los países de Europa así como Estados Unidos se pusieran de acuerdo en políticas firmes de reducción de emisiones contaminantes, como por ejemplo fomentando los transportes públicos sostenibles con el medio ambiente en lugar de la utilización constante de vehículos para desplazarnos constantemente, zonas en las ciudades de circulación restringida durante unas horas, fomentar y ayudar a la instauración definitiva en nuestras vidas de las energías renovables (que están secuestradas por el sector de la energía como eléctricas o petroleras), etc que darían un gran ejemplo a seguir por otros que por los motivos que sean no están dispuestos a tomar medidas de ese tipo.

No es posible que con solo una cosa o unas pocas en las que tímidamente se intenta poner sentido común solucionemos un problema que afecta a nuestras vidas, a nuestra salud y a la vida y salud de nuestro planeta, que al fin y al cabo también es nuestra casa. ¿Cuál es el futuro que estamos dejando a nuestros hijos?.

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